'Another Code: Recollection': Nostalgia, intriga e ingenio hechos videojuego

Arranco esta reseña apesadumbrado por el despido de 1.200 empleados bajos el seno de Microsoft, fruto de una reestructuración tras completarse la compra de Activision-Blizzard. Muchos de los puestos afectados, leo, corresponden al departamento retail de la compañía, lo que ratifica el triunfo incontestable de la distribución digital. No en vano, Ninja Theory confirmó hace poco que 'Senua's Saga: Hellblade 2' no recibirá copias físicas (siguiendo la estela de 'Alan Wake II'). A esto se suman los rumores de que la revisión de Xbox Series X carecerá de lector de discos, en consonancia a un dato revelador: el 90% de los juegos despachados en 2023 correspondieron al formato digital.

¿A qué viene semejante disertación en plena reseña de 'Another Code: Recollection? A la nostalgia con que varias generaciones de jugadores miramos a la colección de carátulas en nuestras estanterías. Quienes han venido detrás consideran un engorro el andar insertando discos o tarjetas de juego en sus máquinas; han interiorizado que la magia ocurre dentro de un disco duro. Para nosotros, sin embargo, no hay nada mejor que rescatar la caja de tal o cual juego y rememorar al tacto las sensaciones que nos transmitió.

Esto último me ocurrió al encarar Recollection y desempolvar mi copia de 'Another Code: Two Memories' para Nintendo DS con fines comparativos. La ópera prima de Cing (estudio ya extinto) fue una de las primeras exclusivas para la doble pantalla de los japoneses y, como tal, se ideó para sacar provecho a sus particularidades: desde el propio juego a dos paneles hasta la interacción táctil con los escenarios de aquella novela visual, pasando por triquiñuelas como abrir y cerrar la consola para resolver determinado rompecabezas. Aquellas florituras me volaron el cerebro, pero el conjunto funcionó por algo más que unos cuantos golpes de efecto: el guión conjugaba las suficientes dosis de intriga y emoción como para mantenernos enganchados hasta los títulos de crédito.

Algo que también ocurre con esta reedición, que mantiene intacta la trama tanto del original como de su secuela ('Another Code R: Más Allá de la Memoria', lanzado para Wii en 2009). Las diferencias radican en los propios puzles, rediseñados para obedecer a la pulsación de botones y los giroscopios de Switch en lugar de a su panel táctil. Esto resta encanto al conjunto, en parte porque ya hemos visto de todo en materia de controles por movimiento. Además, algunos acertijos se antojan algo toscos si optamos por resolverlos en modo portátil, zarandeo de la consola mediante.

Otro cambio significativo en 'Dos Memorias' es el reemplazo de la perspectiva cenital por una tridimensional que arroja pros y contras: los escenarios lucen más que nunca, repletos de profundidad y detalle, pero el desplazamiento de la protagonista (Ashley, quien acude a una isla remota en busca de un padre al que creía fallecido) se siente algo robótico, siendo habitual atorarnos con los elementos diseminados por cada estancia de la mansión que investigaremos durante buena parte de la aventura. Correr mientras giramos la cámara a velocidad de tortuga tampoco ayuda en exceso, en honor a la verdad.

Respecto a las mecánicas propiamente dichas, el nivel de dificultad general es más bien bajo. Estamos ante títulos ideales para usuarios primerizos, quienes por un lado desarrollarán sus dotes lectoras (la cantidad de texto es ingente y las opciones de conversación obligatorias) y por otro demostrarán su ingenio con pruebas basadas en superponer elementos, memorizar patrones o colocar ítems siguiendo un orden lógico. Cuentan en todo caso con un sistema de pistas que se lo da todo mascado: se nos indica hacia dónde ir a continuación, con qué objeto interactuar y qué hacer con él, por lo que resulta imposible dejar cualquiera de los juegos a medias. Ni que decir tiene que estas ayudas (a las que se suma las capturas de pantalla mediante el misterioso dispositivo que porta Ashley) deben utilizarse a modo de último recurso. De lo contrario nos encontraremos ante sendos libros digitales.

Unas novelas, en cualquier caso y como dejábamos caer, meritorias (más la primera que la segunda). Quitando algún cliffhanger predecible, el baile de flashbacks y revelaciones consigue tenernos en vilo: acontecimientos y personaje se entretejen hasta conformar un todo satisfactorio que aborda cuestiones como los vínculos familiares, la importancia de los recuerdos como herramienta cognitiva o el trastorno de estrés postraumático.

Cing tal vez se pasó de frenada con Más Allá de la Memoria, ambientado dos años después de Two Memories, donde Ashley protagoniza una acampada en el inquietante lago Julliet. Al tratarse de una secuela para sobremesa, el desarrollo pasó de las 6 a las 14 horas; incorporó un mayor número de personajes y dilató la experiencia en varias rizadas de rizo un tanto inverosímiles. Por comparar, sería como esa segunda temporada de una serie de éxito que terminas deseando que no existiese. No diríamos tanto en este caso, pero sí que presenta algunos problemas de ritmo por unos puzles menos inspirados y algunas secciones que alargan artificialmente la narración. Se aplaude el esfuerzo de los guionistas por solapar ambas entregas de formas que tan siquiera atisbábamos a imaginar, pero no deja de ser cierto que menos siempre es más.

Poco hay que objetar finalmente ante un lavado de cara completo: se nota que andan detrás muchos de los responsables de los títulos primigenios (ahora inmersos en Arc System Works), quienes se han mantenido fieles al arte original al tiempo que lo adaptan a los estándares técnicos vigentes. Se intuyen los años de algunas texturas y modelados, pero nunca chirrían; el conjunto es de una belleza plástica tremenda y sobresale gracias tanto a una banda sonora restaurada como al nuevo doblaje (en japonés e inglés). Los textos, como no podía ser de otra manera, nos llegan en un perfecto castellano y repletos de los guiños de localización a los que nos tienen acostumbrados los de Kioto.

Pese a ciertas aristas y un segundo capítulo menos trascendente (únicamente accesible tras completar el primero), Another Code: Recollection es un pack de culto para todo amante de las aventuras visuales. Una 'comeback' inesperado con el que Nintendo busca poner el broche a la última etapa comercial de su plataforma híbrida.

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