Concurso Sociedades Gastronómicas de Álava

En busca del pintxo más popular de Álava

El Concurso de Sociedades Gastronómicas de ELCORREO vuelve a encender los fogones de la buena cocina. Da comienzo una XXVII edición, patrocinada por la Diputación Foral de Álava, que viene con cambios. Importantes, además. Los 15 txokos, algunos de ellos ya veteranos, que se enfrentan a este reto culinario parten de cero. Todos los trucos aprendidos hasta la fecha de poco o nada sirven. El concurso se centra ahora en dos platos de tamaño miniatura o pintxo. Ya saben, deberán demostrar aquello de que las buenas fragancias van siempre en frascos pequeños. Un nuevo aire, pero con el mismo buen resultado. Y todo para conquistar el exquisito paladar -y también los ojos- del jurado profesional. Abróchense los delantales porque comienza el campeonato más sabroso.

El interior de las cocinas de las sociedades se han convertido desde hace unas semanas en una especie de laboratorio donde hacer probaturas y dar forma a esa joya que deberán elaborar con bacalao de Giraldo y garbanzos de Garlan, además de incorporar por lo menos en algunos de los platos la patata alavesa de Udapa. La edición, convertida ya en todo un clásico gastronómico, aún no ha empezado y ya promete. Las cocinas de las sociedades funcionarán a máximas revoluciones por demostrar que son los mejores en este certamen que cuenta con la colaboración de Bodegas Zintzo, Ekiolio, Café Gometero y Makro.

Con estas reglas de juego, La Concordia tratará de revalidar el título del año pasado. Txipristin y Kakiturri, que terminaron segundo y tercero respectivamente, no se lo pondrán nada fácil. Y a la pelea, con los cuchillos en todo lo alto, se suman Zabaldegia, Eskola Zaharra, Ametza, Amairu Bat, Artesilla, Burduntzi, Bustinzuri Gaztedi, Gatzalde, Gaupatxa, Txoritokieta, Azkenean y Abendaño. Aportarán esa pizca de sal y pimienta hasta final de año en una edición que salpicará los txokos del territorio.

Premios más altos

Y no descarten que estos días algunos de los miembros de las sociedades se dejen caer por las barras de los bares para echar ojo y tomar buena nota de la sabrosa gastronomía local, una de las grandes joyas. Porque todos quieren hacerse con el ansiado delantal de oro y los premios, que en este caso no es para nada pequeño. Los ganadores se embolsarán 1.000 euros, los segundos 700 y los tercer clasificados 500. Se aumentan, por tanto, los premios en esta edición.

«Este nuevo formato más minimalista ha gustado mucho entre los participantes, llevan semanas haciendo pruebas dentro de las cocinas para sorprender al jurado. Creen que los platos ahora pueden ser más vistosos», destaca José Antonio Arberas, presidente de Slow Food Araba y a la sazón coordinador de este gustoso certamen. «Este año creo que nos llevaremos más de una sorpresa, siempre se esmeran», augura, desenfundando los delantales para que las sociedades comiencen a ponerse manos a la obra. El jurado, que afina ya los morros, volverá a estar conformado por Sabin Unamuno, Maite González y Aior Basterra, además de un integrante de una sociedad, que se irá cambiando en cada cena.