«Sara llegó tan mal a Urgencias que tuvimos que empezar a meterle transfusiones a chorro»
La doctora del hospital Santa Lucía que atendió a la víctima de la fallida lipoescultura que acabó con la vida de una joven murciana en enero describe la situación crítica en la que estaba
ricardo fernández
Sábado, 5 de febrero 2022, 09:52
«Llegó tan mal a la puerta de Urgencias que tuvimos que empezar a hacerle transfusiones a chorro». De esta manera, tan gráfica y tan desgarradora, describió una doctora el crítico estado en el que se encontraba la vecina de Alcantarilla Sara Gómez cuando fue ingresada en el hospital Santa Lucía de Cartagena, en los primeros días del mes pasado, a causa de las severas complicaciones surgidas durante una intervención de cirugía estética.
Esta médica realizó este viernes esas declaraciones ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Cartagena, María del Mar Gómez, que coordina la investigación sobre la muerte de Sara Gómez tras someterse a una lipoescultura. En estas diligencias, están siendo investigados el cirujano Javier Alejandro M. y el anestesista que intervino en la operación. Ambos han sido citados para prestar declaración el día 30 de marzo.
Hasta ese momento, el juzgado sigue impulsando la investigación y la declaración ofrecida este viernes por la doctora de Urgencias fue muy reveladora. Con gran sinceridad y crudeza describió cómo la mujer entró en el centro hospitalario en un estado prácticamente irreversible. Y recordó cómo tuvieron que transfundirle gran cantidad de bolsas de sangre, hasta casi una decena, para intentar mantenerla con vida. «Es lo que llamamos hacerle una transfusión a chorro», especificó, según fuentes próximas al caso.
Compañera del encausado
También declaró la cirujana del Santa Lucía que practicó una intervención a vida o muerte a Sara, pocas horas antes de que expirase. Esta doctora reconoció que conocía al cirujano encausado, ya que había sido compañero suyo durante el MIR en La Arrixaca, y admitió que incluso había hablado con él esos días para preguntarle qué había ocurrido. Las mismas fuentes señalaron que la fiscal tuvo que emplearse a fondo ante la tibieza de sus manifestaciones.
Especial atención había suscitado la comparecencia, como testigo, de una joven que entró con el cirujano Javier Alejandro M. en el quirófano y que, pese a no tener relación alguna con el hospital, contempló la intervención. Aunque desde algunos ámbitos se la había vinculado sentimentalmente al médico investigado, ella negó este viernes cualquier relación personal y explicó su presencia en la sala de operaciones porque el cirujano quería contratarla como recepcionista en su clínica. «Quería aprender más sobre este tipo de operaciones», vino a decir.
La mujer aseguró que toda la operación se desarrolló con aparente normalidad, que no se detectó problema alguno y que no tuvo sensación de que existiera peligro en ningún momento. También rechazó que se hubiera producido una discusión entre el cirujano y el anestesista, supuestamente por un agravamiento súbito de la salud de la paciente.
A la toma de declaración de estos testigos asistieron los dos letrados de la acusación particular, Evaristo Llanos Sola y Mercedes Murcia, y el abogado defensor del cirujano, Pablo Martínez. Mientras tanto, familiares de Sara Gómez volvían a manifestarse a las puertas de los juzgados.
