Kanjaa estaba pendiente de expulsión y bajo el radar de la Policía pero no por radical

«¿Un desequilibrado yihadista o un yihadista desiquilabrado?». Es la pregunta que tratan de aclarar los servicios antiterroristas, que por el momento solo tienen una certeza: Yassine Kanjaa, actuó totalmente solo. El marroquí que la noche del miércoles mató a un sacristán e hirió de gravedad a un párroco en Algeciras, ya tenía antecedentes psiquiátricos en Tánger y estaba pendiente de ser expulsado desde que el 16 de junio de 2022 la Policía Nacional le identificó por primera en las calles de la misma localidad gaditana en la que atentó.

Kanjaa, nacido el 6 de octubre de 1997, había llegado a España pocos días antes de ser identificado y no tenía permiso de residencia. Se le abrió un expediente de expulsión, según consta en su ficha policial, pero nunca se ejecutó la deportación. Es más, los documentos policiales recogen que ni siquiera llegó a pisar un centro de internamiento de extranjeros (CIE), paso previo a la expulsión. Según explican fuentes de la investigación, la lentitud de los trámites diplomáticos para documentar su identidad hicieron que todavía no fuera ni candidato a la deportación.

Desde su llegada a España siempre estuvo en el 'radar' de la policía por su comportamiento esquivo, pero –explican mandos de la investigación- nada que llamase la atención sobre su radicalización. Se movía en ambientes de drogas y marginales, como buena parte de los 'sin papeles' deambulan por Algeciras, y como tal estaba en el 'radar de la Policía'. Pero nada de yihadismo o radicalización.

Eso sí, desde el pasado fin de semana los agentes habían extremado más su preocupación ya que había comenzando a hacer cosas extrañas y encararse con la gente. No obstante, al carecer de antecedentes ni tener indicios de que estar radicalizándose allá no le sometieron a vigilancia ni le detuvieron. Los protocolos antiyihadistas como tales –reconocen los operativos- nunca se activaron

A última hora de la noche los agentes irrumpieron en la vivienda de la calle Ruiz Ragle, en el centro histórico de Algeciras y muy cerca de las iglesias donde atacó. El registro del 'piso patera' se prolongó un par de horas. Los agentes se llevaron varias cajas del inmueble, que en realidad casi era una infravivienda extremadamente sucia y con colchones en el suelo. El chaval que compartía el piso con Kanjaa no fue arrestado. Según fuentes de la lucha antiterrorista, en el registro, a priori, no se encontró nada de interés ni pistas que apunten a un proceso de autoadoctrinamiento o radicalización.

La intención de la Policía Nacional es trasladar cuanto antes al supuesto yihadista a la sede de la Comisaría General de Información en el centro policial de Canillas, en Madrid, para ser interrogado por lo servicios antiterroristas antes de pasar a disposición del juez Manuel García-Castellón a finales de semana.

Los funcionarios, con la documentación incautada en el piso y el interrogatorio, quieren aclarar la motivación de los ataques, que en cualquier caso van a ser considerados por la justicia, a priori, como terrorista.

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