«En un accidente como el del Urumea es difícil que haya supervivientes»

En sus 24 años como bombero del parque de Donostia Hasier Habans nunca había participado en un rescate como el del domingo en el Urumea, «con un despliegue de medios y con la participación de tantos servicios de emergencias diferentes». Con el cansancio aún en el cuerpo, el oficial que se encargó de dirigir a su equipo durante esa extenuante jornada valora positivamente la labor de todos las personas que estuvieron durante 21 horas buscando sin descanso a los tres fallecidos.

- La del domingo fue una jornada muy dura. ¿Cómo se encuentran usted y su equipo?

- En las últimas horas me he dedicado a mandar e-mails y a hacer llamadas para agradecer su trabajo a todas las personas que estuvieron en el rescate. Estamos muy contentos con el trabajo que se hizo. Nosotros, los bomberos, entrenamos muchísimo, por lo que en las actuaciones que solo dependen de nosotros estamos muy seguros de que las cosas van a salir bien. Y en los 24 años que llevo en el cuerpo hemos tenido recates e intervenciones muy complicadas. Pero esta ha sido diferente, con muchos servicios de emergencias diferentes participando.

- ¿Cómo fue la coordinación entre todos?

- Espectacular. La Ertzaintza, la Policía Municipal de Hernani, los bomberos de Donostia, la DYA y la Cruz Roja, que no olvidemos que son voluntarios, y el resto de servicios de emergencias que estuvimos allí realizamos una labor impresionante. Para todos lo importante era localizar el coche cuanto antes y sacar a sus ocupantes. Trabajamos en equipo, de igual a igual, y por eso el dispositivo fue un éxito.

- Ustedes fueron de los primeros en llegar al lugar. ¿Qué se encontraron?

- Desde que recibimos el aviso tardamos 16 minutos en llegar. Puede parecer mucho tiempo, pero con todo el material que teníamos que coger para un rescate de estas características está muy bien. Cuando llegamos un ertzaina había rescatado al hombre que se encontraba agarrado a unas ramas en la margen izquierda del río y, en el otro lado, había un agente que se había lanzado para ayudar al otro superviviente, jugándose el tipo. Lo primero que hicimos fue rescatar a ambos. El hombre estaba hipotérmico y cuando llegó al hospital tenía una temperatura corporal de 32 grados. Pero por el camino en la ambulancia ya le habían dado la primera asistencia, así que cuando salió del río sería inferior. Y con 31 grados puedes llegar a morir. Si no llega a ser por la rápida intervención del ertzaina, no hubiese sobrevivido.

- ¿Cómo lograron salir del coche los dos supervivientes?

- El que estaba sentado detrás a la izquierda aprovechó el último espacio de aire que quedaba dentro y consiguió abrir la puerta, que era corredera. La persona que iba sentada en el medio no llevaba el cinturón y salió disparada hacia la parte delantera del vehículo durante la caída, que fue de unos 8 metros. Eso fue lo que posibilitó que el hombre sentado a la derecha pudiera salir. Tuvieron mucha suerte, porque en un accidente así es muy complicado que haya supervivientes.

- ¿El conductor y el copiloto tuvieron opciones de salir?

- No. Ambos llevaban el cinturón de seguridad aún puesto cuando los encontramos. Las puertas de delante no eran correderas, eran normales, y son mucho más difíciles de abrir. Además, en este caso sufrieron una importante caída en la que el coche dio varias vueltas de campana antes de llegar al río y era de noche, por lo que estaba muy oscuro. En las películas puede parecer muy fácil salir de un coche inundado, pero no lo es.

- Una vez los dos supervivientes estuvieron a salvo, ¿cómo iniciaron la búsqueda de las otras tres personas?

- Fue difícil. El río llevaba mucha agua y suciedad por las lluvias de los últimos días, era de noche, el coche era de color oscuro y no teníamos infraestructura para iluminar la zona, como sí ocurrió al día siguiente. Intentamos rastrear con algunos buzos de la Ertzain-tza pero era imposible. Había tanta suciedad que nuestra moto de agua se paró. Hacia las siete de la mañana, cuando ya hubo luz, llegaron el resto de medios y ahí pudimos elaborar un dispositivo de búsqueda.

- ¿Cómo lo organizaron?

- Dividimos el río en tres partes, una para que la peinásemos nosotros, otra para los buzos de la Ertzaintza y otra para la Cruz Roja. Por lógica, intuíamos que el vehículo estaba cerca de donde fueron rescatados los supervivientes, a unos 150 metros de donde cayó. Ellos mismos indicaron que cuando salieron del coche este aún estaba semisumergido en ese punto.

- La corriente del río seguía siendo fuerte.

- Sí, lo que nos dificultaba mucho el trabajo. Después de tantas horas, éramos conscientes de que no buscábamos supervivientes, así que priorizamos la seguridad de los rescatadores, porque no queríamos tener más víctimas. Mientras los buceadores realizaban las inmersiones, nosotros colocamos líneas de seguridad para retenerlos si salían arrastrados por la corriente. Con nuestras motos de agua les remontábamos río arriba cuando les llevaba la corriente.

- El coche lo localizaron finalmente a las cinco de la tarde.

- Estuvimos rastreando la zona donde se encontraba durante horas, pero la visibilidad era muy mala. Los buzos apenas veían a más de 30 centímetros de distancia, por lo que la búsqueda se hizo prácticamente palpando.

- ¿Por qué tardaron cuatro horas en extraerlo del agua?

- La dificultad estaba en colocar unas cinchas al vehículo para izarlo con grúa. Fue muy complicado, una vez más, por la fuerte corriente. Entre la pericia de los buceadores, que se colocaban detrás del monovolumen para evitar la fuerza del agua, y nuestros conocimientos en esta materia, ya que estamos muy acostumbrados recuperar vehículos accidentados, logramos hacerlo.

- ¿Valoraron otras posibilidades, como extraer a las víctimas directamente?

- Se valoraron todas las medidas, pero elegimos la correcta. El problema es que al no haber visibilidad los buzos no sabían cuántas personas había en el interior del vehículo. Y, con la corriente que había, se corrían muchos riesgos, tanto para los buzos como para las víctimas, que podían resultar arrastradas por el agua.

- ¿La extracción fue sencilla?

- Con una grúa preparada para levantar un vehículo que pesaba 2.000 kilos, arrastramos primero el vehículo bajo el agua hasta la margen izquierda del río, que es donde habíamos montado el dispositivo de emergencias, y desde ahí se levantó hasta donde nos encontrábamos.

- La labor de los bomberos fue fundamental para extraer a las víctimas del interior del coche.

- Sí. Una vez fuera comprobamos primero que las tres víctimas estaban en el interior, lo cual era positivo porque la búsqueda de desaparecidos terminaba y con ella la angustia de los familiares, que estuvieron en todo momento cerca del dispositivo. Pero a su vez observamos que no podíamos sacarlas por las puertas, por lo que tuvimos que realizar labores de desencarcelación, a las que estamos más que habituados.

- ¿Cuántos efectivos del parque de bomberos participaron en el rescate?

- No sé dar un número exacto, pero durante las más de 20 horas que estuvimos allí participaron unos 30-35 bomberos que se fueron turnando. El frío que pasaron fue terrible. Cada dos horas tenían que salir del agua y volver al parque. Pero había muchos agentes, tanto bomberos como buzos, que a pesar de estar tiritando se empeñaban en seguir buscando. Prácticamente les teníamos que obligar a salir. Por eso estamos especialmente orgullosos.

- En un accidente como este, ¿cómo recomiendan actuar?

- Como en toda situación de emergencias, hay que mantener la calma. Soltarse el cinturón lo antes posible e intentar abrir la puerta. Pero cuando el agua está entrando la presión es tan fuerte que no se puede abrir. Habría que esperar a que el coche se llene casi entero de agua para igualar la presión de fuera y de dentro. Pero lo cierto es que es muy complicado. Esperemos que nadie más tenga que verse en una situación como esta.