
«Me siento como si hubiese estado un año en el ascensor»
El peor lugar ·
Cientos de ciudadanos se quedaron atrapados en elevadores, muchas veces sin saber siquiera qué estaba ocurriendo: «Llamaba y llamaba, pero nadie respondía»Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El peor lugar ·
Cientos de ciudadanos se quedaron atrapados en elevadores, muchas veces sin saber siquiera qué estaba ocurriendo: «Llamaba y llamaba, pero nadie respondía»Hay pocos lugares peores que un ascensor para estar cuando sobreviene un apagón. Se puede pensar en alguno -una mesa de quirófano, por ejemplo-, pero ... quedarnos atrapados a oscuras en un elevador es uno de esos miedos esenciales que todos contemplamos con irrevocable angustia. Ayer, cientos de ciudadanos de toda Euskadi se vieron sometidos a esa experiencia traumática, muchas veces sin saber siquiera qué estaba ocurriendo, la razón por la que esos segundos de rutina se habían convertido en una hora, en dos horas, en un plazo indeterminado de incertidumbre y miedo.
Se convirtieron en la prioridad para los bomberos, la Ertzaintza y las policías locales (el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, cuantificó en 253 estas actuaciones), pero, en la situación de caos que desencadenó el corte eléctrico, a muchos les tocó esperar en el cubículo con más o menos paciencia hasta que volvió la luz. En Vitoria, el Ayuntamiento informó de que más de 130 personas se habían quedado atrapadas en ascensores. En Bizkaia, los Bomberos forales protagonizaron 53 intervenciones por incidentes de este tipo. En Eibar, tuvieron que trabajar a destajo para rescatar a cinco adultos -uno de ellos, una mujer embarazada- y seis niños de 4 años que permanecieron más de tres horas en el elevador público de Aldatze: antes de poder sacarlos, lograron pasarles agua por la trampilla, para que sobrellevasen mejor el calor extremo de primera hora de la tarde.
En un bloque de San Sebastián, la atrapada fue una trabajadora de la limpieza. «Nos decía que se estaba ahogando, no conseguíamos sacarla de ahí. Hemos abierto un poco la puerta con un palo para que le entrara un poco de aire y le hemos dado una luz inalámbrica para intentar calmarla», se preocupaba un vecino. El suyo fue un encierro relativamente breve, de media hora, pero a la mujer se le hizo eterno: «Me siento como si hubiese pasado un año encerrada. No tenía cobertura de móvil y me estaba asfixiando», se lamentaba después. En muchos otros inmuebles se produjo también esa intervención de los residentes para confortar en lo posible a quienes estaban apresados en los elevadores. En el barrio tolosarra de Larramendi, se trataba de Marisol Goenaga, de 82 años, a quien se le paró el ascensor a mitad de camino entre la entreplanta y el primer piso. «Los vecinos se han portado muy bien, me han ayudado», agradecía. Tras abrir manualmente las puertas de uno de los pisos, pudieron pasarle por el hueco una silla y un botellín de agua. «Me he quedado sentada, esperando, ¡no podía hacer otra cosa!».
Frente a esa actitud flemática, otras personas no pudieron evitar que el nerviosismo las dominara. «He sentido pánico. Estaba sola y no tenía cobertura», resumía Maider Toledo, residente del barrio vitoriano de Lakua-Arriaga, que pasó 45 minutos encerrada. En Leioa, en el ascensor público de Artaza, un hombre se quedó atrapado hora y cuarto con sus dos perros, a los que había sacado a pasear: «Por suerte le ha visto una vecina y ha avisado a los Bomberos, que han podido moverlo poquito a poco. Agobiado, en un ascensor acristalado, expuesto a toda la solana y con los dos perros... Lo ha pasado mal», comentaba después un familiar.
Carmen Lago tiene ya «unos cuantos años, más de 80», pero esa experiencia acumulada no le sirvió como preparación para su peripecia de ayer. Volvía del centro de salud a su domicilio de Bilbao, en las Torres de Zabalburu, y el ascensor se detuvo justo cuando llegaba a su piso, el cuarto. «Los botones no funcionaban y el timbre de emergencia tampoco: yo llamaba, llamaba, pero nadie contestaba. Al principio pensaba que era una avería más. Me he sentado en el suelo, a oscuras, aunque seguía funcionando la pantallita donde echan anuncios y noticias: una de Hollywood, otra de Alemania, pero del apagón nada». Ya llevaba tres cuartos de hora allí cuando le aclararon desde fuera que se trataba de un apagón generalizado que afectaba a todo el país: «Y entonces me he preocupado más, porque he pensado: 'Imagínate que esto sigue así, que tiene dificil solución, ¡cuándo me sacarán! Ha sido una sensación de mucha impotencia», comentaba Carmen, que pasó una hora allí dentro.
«Ha vuelto la luz y entonces el ascensor me ha subido... ¡hasta el piso 16!». Según aclaró el portero del bloque, en caso de corte eléctrico lo hacen de manera automática para resetearse.
En otros casos, la convivencia forzosa y la ansiedad compartida hicieron que brotasen lazos inesperados entre compañeros de encierro. Las ocho personas que entraron en el ascensor de la estación de metro de Moyua no se conocían, pero al salir, una hora después, daban la sensación de formar una familia. «Lo hemos vivido con mucha angustia. No había ni una luz de emergencia, nada, estábamos a oscuras», decían. Odymar Pérez sufrió por sus hijos, de 5 meses y 2 años, sobre todo por el pequeño, aquejado de bronquiolitis. «¡Cómo es posible que no haya un protocolo para esto, que nadie sepa lo que hay que hacer! Es alucinante en este siglo», reprochaba Yolanda Gutiérrez.
Por fortuna, uno de los miembros del grupo había trabajado en el sector de los ascensores y, con sus consejos y la potencia de los brazos de Aritz Domínguez y Cristian Cortés, lograron abrir las puertas. «Lo hemos conseguido con las manos, haciendo fuerza, porque, si no, no respirábamos». Les quedaban por delante dos tandas de escaleras mecánicas, también paradas, y todos colaboraron en la tarea de subir a los niños y el carrito, como una familia acostumbrada a bregar con las dificultades.
Noticia elaborada con informaciones de Alba Cárcamo, Elena Jiménez, Patricia Rodríguez, Alberto Echaluce Orozco y Javier Medrano.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.