El señor de los ‘manolos’
Manolo Blahník, el genio de los zapatos, expone dos centenares de sus creaciones en el Museo Nacional de Artes Decorativas
GLORIA SALGADO
Martes, 28 de noviembre 2017, 01:03
«Solo soy un dibujante de zapatos». Así se define Manolo Blahník (Santa Cruz de La Palma, 1942), artífice de los deseados ‘manolos’, apodo que ... él odia porque «parece un nombre de bar o de empresa de transportes». A sus millones de fieles les da igual a lo que suene. Para ellos, y hasta el 8 de marzo, el Museo Nacional de Artes Decorativas, en Madrid, acoge la retrospectiva ‘Manolo Blahník: el arte del zapato’. Se exhibe una selección de 212 prototipos -todos del número 37- seleccionados de un archivo de 30.000 piezas y 80 bocetos originales.
Una muestra que llega a España tras pasar por el Palazzo Morando de Milán, el Museo del Hermitage de San Petersburgo y el Kampa de Praga. Sin embargo, ha sido en España donde se ha hecho un trabajo más exhaustivo gracias a la revista ‘Vogue’, cuyo equipo ha estado dos años realizando las gestiones para conseguir piezas que den más significado a la muestra, como un manuscrito de Federico García Lorca, una de sus inagotables fuentes de inspiración, y una edición limitada de ‘Madame Bovary’, novela que no se cansa de leer y con la que se siente muy identificado.
Entre sus obsesiones destaca la parte dedicada a su España, la que resumen el tándem formado por Lola Flores -cuya familia ha prestado una peineta- y la duquesa de Alba. Una foto de ambas preside la sala en la que los zapatos transmiten su visión de El Escorial -su monumento clave- Goya, María Luisa de Parma y la austeridad de Zurbarán. Aunque, cuentan, también gusta de cantar a Concha Piquer en cuanto tiene oportunidad.
La comisaria de la exposición, Cristina Carrillo de Albornoz, que ha trabajado mano a mano con el artista durante años, asegura que, lejos de su imagen fría, «es el mejor embajador de España y ha conseguido crear un universo infinito». Un buen ejemplo son los dos años que dedicó a estudiar a Alejandro Magno para plasmar su esencia en una bota cuajada de detalles.
Tanto Carrillo de Albornoz como Eugenia de la Torriente, directora de ‘Vogue España’, coinciden en que él no se da importancia. «Es demasiado humilde». «Es exuberante, efervescente, único, complejo, lleno de fantasía y con unas asociaciones mágicas que hacen pensar que su cerebro va a otra velocidad», dice De la Torriente. Así es la exposición que permite comprender la visión personal del diseñador sobre el calzado: una fusión entre belleza y funcionalidad que va más allá de la moda para acercarse al arte.
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