El virus repunta en Euskadi con 501 casos por el efecto del puente de San José

La pandemia arrojó de nuevo cifras descorazonadoras en Euskadi. Este martes se reportaron 501 casos con una positividad del 5,6%. La tendencia al alza del nuevo pico que encara la comunidad se intensifica con las festividades clave de la Semana Santa a un día. Sus efectos e dejarán sentir unos diez días después.

El impacto que ya se nota en los registros epidemiológicos es el del puente de San José, un periodo en el que aumentaron las interacciones sociales, a pesar de las restricciones del Ministerio: comunidades cerradas perimetralmente y la prohibición de no reunirse personas no convivientes en domicilios. Además, en el País Vasco, en los espacios públicos rige la limitación de los grupos a 4 personas. Estas restricciones se aplican también durante estas dos semanas.

Según el boletín, la tasa de incidencia se situó en 282,45 casos por cada 100.000 habitantes, 5 puntos más que el día anterior. La nota positiva fue que el RO, el índice que determina el número de contagios que genera a su vez cada caso, sigue en suave caída (1,15). Pero desde el 15 de marzo no ha bajado del 1, el umbral que si se supera indica que los positivos continuarán al alza durante unos días más. Las medidas buscan frenar la propagación totalmente descontrolada del virus en lo que los expertos consideran ya la cuarta ola. Una nueva onda en la que está por ver su alcance y en la que el principal detonante ha sido la cepa británica, que en Euskadi genera el 80% de los casos.

Con una importante parte, aunque no suficiente, de los colectivos más frágiles inmunizados, científicos y epidemiólogos vaticinan un pico menos agresivo. En cambio, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, aconsejó este martes no adelantar acontecimientos, ya que el escenario actual está plagado de incógnitas. «Habrá que esperar a ver cómo influye la cepa británica», apuntó.

Preguntada por qué el País Vasco es una de las comunidades más afectadas por esta variante, señaló que no existe una única razón: puede influir el momento en el que aparecieron los primeros casos -en el caso de Euskadi, a finales de diciembre- o la alta movilidad con autonomías limítrofes en las que el elevado impacto se produjo antes. Como en Navarra o Cantabria.

«La tendencia preocupa», afirmó Sagardui, «pero, especialmente, la repercusión en el sistema hospitalario», que todavía sufre los estragos de la tercera ola. Un nuevo revés que, sea más o menos intenso, va a pasar una enrome factura, con un mayor riesgo de saturación y alteración de la actividad hospitalaria ordinaria. «No hemos bajado lo suficiente como para que los hospitales se vacíen», manifestó. Salud informó que el lunes se registraron 66 ingresos en planta, una cifra demasiado alta que da continuidad al repunte del pasado viernes, cuando 70 vascos precisaron ser hospitalizados.

Durante el sábado y el domingo las cifras se vieron distorsionadas por el 'efecto fin de semana'. Es habitual que los ciudadanos retrasen su contacto con el sistema sanitario a los días laborales, pero en comparación con los cuatro mismos días de la semana anterior representó un importante incremento, en concreto, del 55%. De esta manera, los hospitales atienden a 368 enfermos covid, 288 en planta y 80 en UCI, 5 menos que el día anterior.