Osakidetza encara una cruda realidad: su actividad ya no puede crecer más
Sus gestores ven clave pasar de un modelo cuyo éxito se mide en «más consultas y operaciones» a otro que tenga en cuenta «los resultados en la salud» del paciente
Cuando el consejero Martínez presentó el pasado septiembre en el Parlamento vasco las líneas maestras de su mandato habló de tres grandes objetivos. El primero ... era la puesta en marcha de un plan de choque para mejorar el acceso a la Atención Primaria y reducir las listas de espera. El segundo consistía en resolver los diferentes procesos de OPE en marcha para reducir la temporalidad en Osakidetza, que afectaba 36% de la plantilla. Ambos están en marcha y se han logrado avances significativos. El tercer objetivo era el más difuso en cuanto a las medidas a adoptar, pero también el más ambicioso: cambiar Osakidetza para adaptar el sistema a las necesidades de la sociedad vasca del futuro. Y a ello se ha puesto ahora el Departamento.
Osakidetza ha duplicado en los últimos años el número de pruebas y operaciones que realiza, mientras las cifras de población se mantienen estables. El sistema está al límite, reconocen fuentes acreditadas. No puede incrementar la actividad mucho más. No tiene capacidad. Necesitaría más profesionales en un contexto de falta de médicos y también más camas y hospitales. Y eso no es viable.
El poder de la IA sanitaria
Los actuales gestores de la sanidad vasca tampoco creen que seguir igual sea una solución de futuro. Por eso plantean evolucionar del actual «modelo asistencial reactivo, basado en la actividad y que nos obliga a más consultas, más camas y más operaciones, a otro que lo esté en los resultados de salud», indicó Martínez. Es decir, que aquellos procesos que aporten valor se potencien y extiendan, mientras se reducen otros no tan beneficiosos para la salud de la población. «Lo urgente se seguirá atendiendo», recalcó el consejero. Pero de forma paralela se «asentarán las bases» para construir un sistema sanitario propio del siglo XXI.
En esa futura Osakidetza la inteligencia artificial generativa tendrá un gran peso a la hora de ayudar a los profesionales a ajustar los diagnósticos y los tratamientos. Otro pilar que definirá los procesos a potenciar será el dato de salud. El sistema aprenderá de las propias historias clínicas de sus pacientes para indicar qué terapias son más eficaces en cada caso.
Salud desarrollará indicadores para medir la calidad y efectividad de la atención e identificará áreas de mejora. Se promocionarán las estrategias de prevención y se adaptará el sistema para responder a las necesidades de una población cada vez más envejecida y crónica. Queda por conocer, desde la perspectiva del paciente, en qué se traducen esos cambios que plantea Salud y cómo los notará.
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