Cae a la mitad el tiempo de ingreso medio del paciente Covid en Euskadi

Los tiempos de hospitalización media han caído a la mitad con respecto a la primera onda epidémica. Es decir, los casos graves necesitan menos días de ingreso para recibir el alta médica. «Hemos pasado de una estancia media en planta de 10 a 5 días y en UCI de 14 a 3-4 días», afirma Alejandra Gil, subdirectora médica de la OSI Bilbao-Basurto. Pero esto no significa que todos salgan antes del hospital. Por desgracia, el virus ha recobrado su letalidad en el País Vasco con 19 muertos la pasada semana.

Con la apertura de la movilidad y la llegada del verano, se han sucedido los rebrotes vinculados a zonas de ocio y a la hostelería. Los jóvenes son quienes han concentrado el mayor número de contagios, un sector de la población que tolera mejor la enfermedad -aunque también hay personas ingresadas que no pasan de los 40 años-. Pero los jóvenes han acabado transmitiendo la infección a personas más adultas. «Los pacientes que están ingresando en esta segunda oleada son pacientes de menor edad, entre 40 y 60 años, por lo tanto, con menos enfermedades asociadas y una menor probabilidad de mala evolución y de aparición de complicaciones», destaca esta profesional. Sin embargo, Milagros Iriberri, jefa de sección de Neumología del Hospital de Cruces, se mantiene «prudente», ya que los casos de jóvenes se han visto sobre todo en la primera quincena de este mes, mientras que a partir de la segunda se han incrementado los ingresos de personas más mayores. «La situación es muy diferente, pero es cierto que la calma nos ha durado poco», advierte.

Hay más factores que están contribuyendo a que se agilicen las altas. Por ejemplo, el papel de la Atención Primaria, que diagnostica los casos. Ahora la mayor parte de los contagiados «ya vienen sabiendo que tienen una PCR positiva y eso en marzo no ocurría», resalta la experta del hospital baracaldés. «Cerca de un 70% de los ingresados», precisa la especialista de Basurto, «son conocedores de su diagnóstico».

Está siendo clave el aumento del diagnóstico precoz de las personas infectadas por parte de los profesionales asistenciales y de los rastreadores, «que están haciendo un extraordinario esfuerzo». «Somos la comunidad con más pruebas de screening realizadas», subraya la doctora Gil, que revela que en la OSI Bilbao-Basurto se han superado esta semana las 100.000 pruebas realizadas -a 70.000 personas- desde que estalló la crisis. «La infección por Covid se diagnostica antes, se trata antes y mejor, lo que hace que ingresen menos pacientes en hospitalización, menos pacientes aún en las UCIs, y que todos ellos precisen menos días de atención hospitalaria para su recuperación», señala la médico de Basurto.

También ha sido fundamental la experiencia adquirida en la práctica asistencial de estos meses por parte de los profesionales sanitarios. No existe un medicamento específico para tratar el Covid, por lo que el tratamiento se centra en «aliviar los síntomas que puedan aparecer», explica la doctora Gil. Y ahora se sabe mucho más que en marzo. Por ejemplo, a qué fármacos no hay que recurrir. Hay algunos que comenzaron a utilizarse que ya no se emplean, como la hidroxicloroquina, usado para tratar la malaria. «No ha funcionado y no se va a dar en esta segunda ola», precisa la jefa de Neumología en Cruces.

Los casos leves deben seguir un aislamiento estricto en su domicilio durante 14 días. Se les receta paracetamol y están vigilados por la red de Atención Primaria. Sin embargo, hay síntomas que dan la voz de alarma. «El mayor problema son las neumonías y las insuficiencias respiratorias, que suelen aparecer al quinto o sexto día», señala Iriberri. El paciente comienza a notar fatiga o disnea, dificultad para respirar.

Pero hay un parámetro que es fundamental para decidir que un afectado por coronavirus debe ingresar en el hospital. «Medimos la saturación de oxígeno y si es relativamente baja es síntoma de alarma. Puede suponer que aparezca una neumonía subyacente», agrega.

¿Y qué tratamiento recibe entonces? El antiviral Remdesivir ha demostrado su eficacia en casos graves. «Está indicado en un subgrupo de pacientes, no se lo damos a todo el mundo. Son pacientes ya más graves, con neumonía y que requieren oxígeno complementario», indica la doctora Iriberri. También se administran corticoides en diferentes fórmulas (por ejemplo, dexametasona a dosis bajas), «dirigidos a controlar la respuesta inflamatoria exagerada que puede producir nuestro organismo para defenderse del virus y que a su vez puede producirnos daño, pero no antes, ya que puede provocar una bajada de las defensas», apunta.

Además, algunos pacientes infectados tienen riesgo de sufrir episodios trombóticos, por lo que, en ciertos casos, están indicados los anticoagulantes «bien de forma preventiva o de forma curativa». De hecho, según un estudio reciente, el uso de estos fármacos mejora en un 50% las opciones de supervivencia en pacientes contagiados, y reduce un 30% las intubaciones.