El mindfulness altera la conciencia «no siempre de forma positiva»
Un estudio de la Universidad de Cambridge con participación española revela que, aunque son pocos casos, pueden vivirse experiencias de disolución de los límites corporales y alteración de los sentidos, similares a los que induce la droga
La práctica del mindfulness también tiene su lado oscuro. Un estudio de la Universidad de Cambridge con participación española ha revelado que la atención plena puede conducir a estados alterados de la conciencia no siempre placenteros. Aunque se señala expresamente que se trata de una «evidencia anecdótica», el trabajo alerta de que los participantes pueden experimentar sensaciones tanto de felicidad plena, como de lo que llaman desencarnación. Los sentidos se alteran y la persona puede llegar a percibir que supera los límites de la materialidad hasta el punto de que se despega de su propio cuerpo. «Es como si se flotara por encima de él», ha explicado a EL CORREO la autora principal del trabajo, la argentina Julieta Galante, médico especialista en Salud Pública que según cuenta, ella misma ha vivido esta experiencia.
Publicidad
La sensación que llega a tenerse, según detalla, es similar a las que inducen en el cerebro los fármacos psicotrópicos, sustancias químicas que se utilizan como medicamentos en Psiquiatría, pero que también se emplean y circulan como alucinógenos en el mercado negro. «Hay mucha gente que practica mindfulness en la soledad de su habitación y puede llegar a experimentar algo de esto, que no es normal pero ocurre. Lo ideal es que se practique con un profesional de confianza que pueda ayudarte a salir de la situación, si fuera necesario», alerta la especialista, que firma el estudio publicado hoy en la revista 'Plos One', junto a los investigadores españoles Jesús Montero-Marín y Javier García-Campayo, entre otros.
El trabajo, ampliación de un estudio anterior relacionado también con el mindfulness, trata de llamar la atención sobre un tipo de experiencia que «puede ser muy positiva, pero que no siempre es así». Profesores y alumnos, advierten, han de ser conscientes de que las experiencias extracorporales llegan en ocasiones como un efecto secundario del entrenamiento. Si suceden, quienes las sientan han de sentirse capacitados para compartir la experiencia con su instructor, incluso con su médico, para liberarse de toda inquietud.
Una práctica muy popular
El grupo decidió estudiar este fenómeno al comprobar que los programas basados en la atención plena se habían vuelto muy populares en Reino Unido, donde el 15% de la población asegura haber participado en ellos. Ocurre en Reino Unido y en todo el mundo occidental. Algunas encuestas apuntan a que en España hasta el 49% de la población asegura haberlo puesto en práctica una vez a la semana en el último año.
La atención plena está considerada como una forma ideal para rebajar el estrés o hacer frente a problemas cada vez más presentes en la sociedad como la depresión o la ansiedad. El mindfulness, muy de moda en nuestro país desde hace algo más de una década, es una forma de terapia que consiste en relajarse para sentir la respiración propia y analizar las emociones que a uno le embargan. La relajación plena favorece la desconexión máxima de la actividad cerebral, el control de la respiración y, a través de ambas, el bienestar personal.
Publicidad
La Universidad de Cambridge llevó a cabo un ensayo entre 2015 y 2016 para verificar la eficacia del mindfulness como herramienta para afrontar la tensión propia de los exámenes. Los autores del estudio se dieron cuenta con posterioridad de que tenían elementos suficientes como para darle continuidad mediante la evaluación de los estados alterados de conciencia de los que se informaba en ellos de forma anecdótica.
«Formo parte del cosmos»
El equipo identificó hasta once dimensiones diferentes relacionadas con la experiencia espiritual. Además de la sensación de flotar, como si se sintiese parte del aire, que es la desencarnación, los investigadores quisieron saber hasta qué punto se vivían otras percepciones, como la felicidad absoluta o lo que llaman unidad. Es la sensación de que se disuelven todo tipo de límites y fronteras naturales, incluida la del tiempo, y la persona forma parte de un 'todo uno', «que puede ser Dios, el cosmos, depende de las creencias de cada uno», detalla la especialista. «Si no se está buscando esa experiencia, puede volverse una fuente de preocupación y tener consecuencias psicológicas negativas», añade.
Publicidad
Formaron parte de la investigación 670 personas, un tercio de ellos participantes habituales en sesiones de mindfulness. Los resultados que obtuvieron resultan significativos. Los investigadores vieron que las personas que practicaban atención plena tenían muchísimas más posibilidades de vivir experiencias de este tipo. Un 43% de los voluntarios del grupo de control había experimentado vivencias de unidad, otro 47% de felicidad plena y hasta el 29% se identificaba con la desencarnación.
El de la Universidad de Cambrigde no es un estudio aislado. Es ya el segundo que se conoce este año que alerta de los riesgos de tan extendida práctica. Un trabajo de la Universidad de Masachusets, en Estados Unidos, concluyó la pasada primavera que los estados alterados de conciencia que provoca el mindfulness, incluso el yoga, la meditación y prácticas similares, pueden resultar transformadoras, pero también generar sufrimiento. «Las sectas se aprovechan de ellos. hay que conocer muy bien la puerta a la que se llama», advierte la especialista argentina Julieta Galante.
Publicidad
«Es como sentir que viajas por fuera de tu cuerpo»
«He vivido en varias ocasiones la experiencia extracorporal. Es como sentir que uno viaja fuera de su cuerpo, uno incluso ve con sus ojos que está fuera de él. Así contado puede resultar algo fuerte, pero lo que normalmente ocurre es algo más leve, es un sentir», relata la preventivista argentina. A los médicos como ella, según explica, lo que les preocupa es si todo esto genera algún impacto en la vida diaria; y la respuesta es que sí en un porcentaje que otros trabajos cifran entre el 10% de las ocasiones.
Hay personas que durante un tiempo, que puede llegar a ser incluso más de un mes, se ven incapaces de conducir después de una experiencia extracorpórea, tienen problemas para dormir o carecen de fuerza para asistir a su trabajo. Tienen miedo de que lo que ya les ha ocurrido una vez vuelva a repetirse en el momento más inoportuno. «Una vez de que la vivencia está teniendo un impacto negativo en la persona, se requiere asistencia psicológica».
Publicidad
La especialista aconseja que se acuda siempre a un centro de confianza y no se practique la atención plena en soledad, especialmente si uno ignora cómo reaccionará ante una situación así. «Mucha gente tiene experiencias raras y no las comenta por vergüenza o porque cree que está haciendo algo mal. Un profesor de confianza puede convertirse en un facilitador», aconseja. Su experiencia, añade, es positiva. «Al principio, a mí también me costó compartirlas con mi profesor. Fueron experiencias intensas. No sabía si eran deseables o un signo de problemas con mi salud normal». Lo supo: «Eran totalmente normales», concluye.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión