Generadores de emergencia y cirugías suspendidas en los hospitales

El consejero de Salud, Alberto Martínez, explicó que al no poder garantizar Red Eléctrica que el suministro se iba a recuperar a lo largo de la tarde Osakidetza decidió «por prudencia cancelar en algunos hospitales» aquellas cirugías ambulatorias y operaciones que podían ser aplazadas para los próximos días. Las intervenciones urgentes y las oncológicas estuvieron «garantizadas», aseguró Martínez.

Las Unidades de Cuidados Intensivos, las áreas de Reanimación y otros servicios con pacientes críticos que emplean respiradores y otros dispositivos sanitarios que se alimentan de electricidad también pudieron mantener la actividad gracias al suministro propio de emergencia de los propios centros sanitarios, tal y como explicó el consejero en declaraciones a la televisión pública vasca.

En los quirófanos de Basurto la pérdida de luz como tal duró cerca de un minuto. Fue el tiempo que pasó desde que se produjo el apagón hasta que entraron en funcionamiento los generadores de emergencia y se recuperó parcialmente el suministro eléctrico, según indicaron fuentes sanitarias. Gracias a ello se pudieron finalizar las operaciones que estaban en marcha en el momento en el que se fue la luz.

Cruces fue uno de los hospitales vizcaínos que más tiempo permaneció sin electricidad externa. Ante esta situación la dirección del centro solicitó a los profesionales que hiciesen el mínimo consumo energético y apagasen los equipos no imprescindibles para alargar la autonomía de los grupos electrógenos activados. A la plantilla del centro se le pidió que permaneciese a la espera de que volviese la electricidad, a la vez que se suspendían las cirugías demorables para garantizar así las urgentes. De todos los hospitales de Osakidetza el que más tardó en recuperar el suministro fue el alavés de Leza, orientado en la atención de pacientes de media y larga estancia.

El apagón provocó que los ascensores se quedasen sin energía y hubiese que sacar a personas que se habían quedado atrapadas en los elevadores de los centros sanitarios. En Basurto, en el edificio de Consultas Externas, los técnicos de ambulancias tuvieron que recurrir a las grúas salvaescaleras -orugas manuales y eléctricas- para poder bajar a seis personas en silla de ruedas, que se encontraban en las salas de espera de la primera y segunda planta en el momento del apagón.

Las líneas telefónicas de Osakidetza también sufrieron caídas a causa del apagón. Algo que afectó a los centros de coordinación de Emergencias, según aseguraron desde ESK y confirmaron varios trabajadores. En estas unidades se vivieron «momentos de caos» al no funcionar sus propias líneas, aunque sí recibían avisos a través de la radio y desde el 112. Tampoco tuvieron conexión telefónica en los centros de salud. En la mayor parte de ellos se atendieron las consultas presenciales ya previstas en la agenda, pero no se pudieron realizar las telefónicas. Tampoco se pudieron solicitar nuevas citas por teléfono.