Euskadi amenaza al Ministerio de Sanidad con romper relaciones si no atiende sus demandas

La negativa del Gobierno central a revisar el fondo de compensación entre regiones por la atención de ciudadanos en otros territorios es uno de los motivos que explicarían la decisión tomada por la Administración de Euskadi. Hablamos de lo que paga cada autonomía por la prestación sanitaria en hospitales, ambulatorios o farmacias que precisan sus residentes cuando se encuentran desplazados a otras comunidades, ya sea por turismo, vacaciones o motivos laborales.

Pues bien, Euskadi ha tenido que aportar 169 de los 312 millones a los que asciende este fondo, conocido técnicamente como Sistema de Información de Financiación de la Cohesión (SIFCO). Se quejan, en este sentido de que una comunidad con el 5% de la población española asuma el 54% de esta factura. Para el Gobierno vasco «este cálculo es considerado claramente confiscatorio». Así se lo ha trasladado el Departamento de Salud al Ministerio. Sin embargo, protestan en Lakua, en Madrid se han encontrado con la «nula voluntad de reconducir la situación» por parte del área que encabeza Mónica García.

A esto se suma el déficit de médicos, que también es competencia del Ministerio. Euskadi ha planteado poder contar con más facultativos -más plazas MIR, homologación de títulos a extranjeros, reducir en un año la especialidad de médico de familia, retraso de la jubilación de los facultativos...- «sin que ninguna haya sido tenida en cuenta».

La gota que ha colmado el vaso, según su relato, es que Sanidad tampoco ha tenido en cuenta que el euskera sea tenido en cuenta como mérito en la evaluación de las habilidades en las pruebas selectivas del MIR, como le pedía Euskadi. El Ministerio entiende que supondría una «ventaja» para las personas que hablan esta lengua frente al resto de aspirantes. Por todos estos motivos Euskadi ha decidido no asistir a más al Consejo Interterritorial de Salud, mientras «no se restablezca una comunicación constructiva y se atiendan nuestras preocupaciones».

Martínez hizo pública esta decisión durante la Comisión de Salud del Parlamento vasco, a la que acudió para explicar la reorganización a la que ha sometido al Departamento solo un año después del inicio de la legislatura. Aquella reestructuración ha supuesto el relevo de la que era la cúpula de Salud. El consejero cesó a quienes eran su viceconsejero, Enrique Peiró, y su directora general de Osakidetza, Susana López Altuna, ambos con una dilatada y reconocida trayectoria en la sanidad pública vasca, para designar a otros profesionales con perfiles diferentes.

La comparecencia se asemejó a la que realizó al inicio de la legislatura. Martínez repasó la situación sanitaria de la población vasca, cada vez más envejecida y con patologías crónicas, y cómo esto sobrecarga a Osakidetza. Explicó que el cambio de la sociedad obliga a «transformar» el Servicio de Salud. Unos cambios que tienen entre sus líneas estratégicas impulsar la innovación tecnológica y la digitalización, potenciar la humanización de la atención y modernizar las estructuras organizativas. En este último se incluye la reducción del número de directivos de Osakidetza. En la actualidad hay 94, a los que se suman una decena en el Departamento de Salud.