Los empresarios hosteleros: «Se ha hecho justicia»
Las patronales aplauden el fallo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y lo observan como una «oportunidad» para demostrar que los bares y restaurantes no son focos de contagio
El fallo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) pilló a los representantes territoriales de las tres patronales hosteleras en una comisión de la Cámara autonómica, en la que no disimularon su satisfacción. «Se ha hecho justicia», se apresuraron a valorar tras conocer que este miércoles podrán reabrir sus locales después de que los magistrados hayan tumbado las restricciones adoptadas por el Gobierno vasco. Más allá de la posibilidad de volver a la actividad, sus responsables -Luis Cebrián por la parte alavesa, Héctor Sánchez por la vizcaína y Kino Martínez por la guipuzcoana- consideraron que ésta es una «oportunidad» para demostrar que no hace falta cerrar bares, restaurantes o locales de ocio nocturno para controlar al Covid-19.
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«Nosotros no hemos pedido una apertura libre, sino volver a la situación de diciembre: interiores al 50%, sin poder utilizar las barras, distancias de seguridad y un cierre a las ocho de la tarde. Hay que dar una oportunidad para ver si cumpliendo con estas medidas es suficiente para poder vencer una situación sanitaria tan complicada», comentó Héctor Sánchez, que ejerció como portavoz de las tres organizaciones empresariales que han conseguido 'tumbar' la decisión decretada por el Ejecutivo autonómico. Solicitaron a los hosteleros, trabajadores y también a los clientes que actúen con responsabilidad. «Exigiremos el cumplimiento de las normas. No somos unos aventados que vamos a abrir sin control», insistieron en comisión.
Sánchez se ha mostrado convencido de que «tenemos que ser parte» activa en la lucha contra la pandemia, «queremos ser parte en ese cuidado de la salud, y de ahí que pida expresamente, como lo he hecho desde el principio de la pandemia, responsabilidad a los hosteleros y a todos los trabajadores del sector». Que cumplan las normas a rajatabla y, también en la misma medida, que las hagan cumplir.
Pero Sánchez también ha tenido palabras directas para los clientes. «Son ellos los que tienen que ayudar a que se cumplan las normas e intentar poner las cosas fáciles». Y les ha instado, sobre todo, a cumplir las medidas, «no pensemos ahora que, como ha abierto la hostelería, salgamos de fiesta; eso no se puede hacer».
A su juicio, «se ha conseguido lo que pretendíamos, y ahora le toca al sector demostrar que teníamos razón». Porque, ha añadido, «de nada serviría si se hacen las cosas mal y la situación sanitaria se revierte». En definitiva, que hay justificar con hechos su teoría de que «cumpliendo las normas y las medidas que se establecen, la hostelería puede funcionar, es compatible con la lucha contra el covid».
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Con los datos que aportaron en comisión compararon la evolución de la pandemia en la vecina Cantabria y en Euskadi. Proporcionalmente ha sido calcada y eso que las limitaciones a la hostelería allí han sido mucho más laxas. Allí se prohibió el 6 de noviembre el consumo en interiores, las terrazas sólo pueden estar al 60% y es obligatorio bajar la persiana a las 21.30 horas. Pese a esas enormes diferencias, las gráficas de ambas comunidades registra 'olas' de contagios similares.
«La hostelería es el único sector que en los municipios en zona roja ve limitada su actividad y eso no puede ser así. No hay datos que avalen una directa relación entre el cierre o apertura de la hostelería con incremento o descenso de contagios. Evidentemente, si cerramos la hostelería, el comercio, el transporte público, la industria y nos metemos todos en casa, las curvas descienden pero es insostenible tener a sectores como la hostelería y el comercio en esta situación», incidieron.
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Por el efecto directo de la pandemia y las restricciones adoptadas por el Gobierno vasco, sus representantes evidenciaron la «imperante» necesidad de recibir ayudas directas que compensen la situación que está sufriendo el sector. Porque las recibidas hasta ahora les resultan «insuficientes» y ahora es necesario un «plan de apoyo y rescate». Ante los parlamentarios cifraron esas medidas de apoyo en 231 millones de euros.
Los datos de las patronales apuntan a que en 2020 se perdieron 7.000 puestos de trabajo relacionados con la hostelería. «Es 1,2 veces la plantilla de Mercedes-Benz, 1,7 veces la de Kutxabank, dos veces Michelin, 2,3 veces la de CAF y ocho veces la de ITP-Aero», puso como ejemplo el guipuzcoano Kino Martínez. «Otro tanto está en ERTE que está sirviendo para disfrazar la situación real y nuestras previsiones es que en el momento de inicio de la 'recuperación', que podríamos colocar en mayo, abandonarán el sector entre 12.000 y 15.000 trabajadores», lamentaron.
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El referente languidece
«Es urgente y necesario la adopción de medidas directas. Somos un sector referente que ahora languidece. Estamos ante el posible deceso de miles de establecimientos que ante su esfuerzo y dedicación han conseguido hacer a Euskadi en un referente», apuntaron. «Somos el quinto sector productivo del país», han insistido.
«No se entiende Euskadi sin la forma de alternar en los bares o las mesas corridas de las sidrerías. Esta crisis no es de agotamiento del negocio o falta de gestión, sino que un elemento exógeno ha entrado y lo ha roto. Hay otros sectores que están sufriendo como nosotros, pero no tienen la trascendencia que tenemos nosotros. No somos empresarios de segunda, no somos un sector de segunda», comentaron.
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«¿Nuestro verdadero éxito? Que podemos seguir trabajando»
El presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia (AHB) Boni García se ha mostrado muy satisfecho por la resolución judicial que permite reabrir a todos los locales del sector en el País Vasco. «Cómo no voy a estar contento, pero realmente no hemos ganado a nadie, esto no es ningún pulso. ¿Nuestro verdadero éxito? Que podemos seguir trabajando», ha subrayado Boni García. Y ha manifestado su compromiso de arrimar el hombro en todo lo posible para conseguir no volver a una situación similar. «De esta tenemos que salir entre todos».
Porque han sido, según calcula, «más de 100 días cerrados desde que comenzó la pandemia, y eso no hay economía que lo soporte». El dueño del Café Lago en el Casco Viejo bilbaíno recuerda que «somos un montón de familias, un montón de autónomos que necesitamos trabajar». Y que han demostrado ser capaces de «soportarlo casi, todo, las medidas de distancias las restricciones de aforos, cerrar a las ocho... pero ya el cierre no, eso sí que ha sido un auténtico infierno».
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García ha subrayado que, a su entender, los tribunales han apoyado su recurso porque la realidad les avala. «Si la culpa de la pandemia fuese nuestra estaríamos muertos la mayoría de los hosteleros, que estamos en contacto continuo con distintas personas a lo largo de todo el día». Pero ha recordado que el grado de contagio entre los profesionales del sector «apenas ronda el 2,2%». «Eso sí, tenemos que hacerlo bien, como es lógico, porque el problema es de todos», ha concluido.
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