«Dimos positivo y los jefes nos pidieron discreción para evitar cerrar la tienda»
Trabajadoras de un local denuncian que les exigieron no mencionar a sus compañeras como contactos a los rastreadores del Covid
«En cuanto salió el primer positivo nos pidieron discreción. Nos dijeron que los rastreadores nos preguntarían por nuestros contactos. Y que sobre todo no ... mencionásemos a nuestras compañeras de trabajo porque corríamos el riesgo de que cerrasen la tienda». Las que hablan son dos empleadas de un conocido comercio de un centro comercial de Bizkaia. Piden que se guarde su anonimato porque están convencidas de que acabarían despedidas si los responsables de la cadena, que tiene tiendas por todo el país, acaban descubriendo que han sido ellas las que se han decidido a hacer público «lo que estaba pasando».
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Se dieron dos positivos en apenas cinco días, pero la empresa se negó a hacerles pruebas
«Falta de medidas»
El primer caso de coronavirus en la tienda se conoció el 10 de agosto. Fue el de una dependienta que se hizo la prueba después de que familiares cercanos diesen positivo. Fue entonces cuando, según las trabajadoras, los responsables del establecimiento les dijeron que no tenían obligación de hacer pruebas a la plantilla ya que no se les consideraba contactos estrechos. También les adelantaron que la tienda iba a seguir abierta. Aquello sorprendió al personal por las condiciones y el espacio en los que desempeñan su labor. «También nos dijeron que si alguien tenía síntomas que fuese a hacerse la prueba por su cuenta», añaden.
Una de las dependientas no se encontraba mal, pero decidió hacerse una PCR. Lo hizo porque había estado bastante tiempo con la compañera que había dado positivo y, además, convive con una persona mayor y tenía miedo de contagiarla. Dio positivo y se lo comunicó a sus superiores. Tampoco entonces la empresa decidió hacer pruebas a la decena de trabajadores del local, o aplicar algún tipo de cuarentena o cerrar temporalmente el negocio de forma preventiva. «Sentimos que están jugando con nuestra salud y con la de la población en general con tal de no cerrar la tienda. Otros negocios han sido clausurados después de que algún empleado haya dado positivo. Es lo responsable. O por lo menos hacernos pruebas a todos», denuncian.
«Protocolos propios»
Cuestionados sobre la denuncia de la trabajadoras, los encargados de «salud laboral» del grupo empresarial se limitan a señalar que «todos nuestros centros cumplen con los protocolos y normativa vigentes dados desde la Comunidad Autonómica Vasca, Salud laboral del Gobierno vasco y Ministerio de Sanidad».
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Las trabajadoras piden medidas. También al centro comercial. Cuestionados al respecto, los responsables de la gran superficie explican que cada empresa es «independiente» y tiene sus «protocolos propios». En este sentido, apuntaron que el macrocomplejo recibe la información que le proporcionan los negocios, pero insistieron en que deben ser ellos lo que expliquen su situación.
Asegura que todos sus locales «cumplen conlos protocolos» de los Gobiernos vasco y central
En este contexto, fuentes de Osalan, el Instituto vasco de Seguridad y Salud Laborales, detallan que las empresas están «obligadas» a informar de sus contagios a su propio servicio de prevención, que después debe también determinar los posibles contactos estrechos del caso positivo, que deberán ser remitidos a su vez a Osalan. A estas personas se les debe obligar a mantenerse en casa durante un mínimo de 10 días y someterlas a pruebas PCR. El problema -insisten las mismas fuentes- es determinar quiénes son considerados contactos estrechos. De hecho, otra de las principales funciones de Osalan durante la pandemia, en la que «no están dando abasto», es comprobar que los servicios de prevención de las empresas están funcionando de forma correcta en este sentido.
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