Las residencias cierran agosto con 194 usuarios infectados y 17 fallecidos

El coronavirus dio una tregua a las residencias de Bizkaia en julio. Pero la situación ha dado un vuelco dramático en menos de un mes. Desde que el SARS-Cov2 regresara la primera semana de agosto a algunos puntos de la red, compuesta por 155 equipamientos con más de 10.700 plazas, se está expandiendo como la pólvora en estos centros, donde se multiplica la probabilidad de impacto y la transmisibilidad, porque los mayores, más vulnerables, deben ser asistidos por otras personas.

Ahora, con más experiencia y más medios que en primavera, el patógeno es detectado de forma precoz por la Diputación, aunque sigue atacando sin piedad. El 8 de agosto, había 15 usuarios afectados, de los que tres, procedentes de al menos dos geriátricos, estaban hospitalizados. Según pudieron constatar los profesionales del servicio de Inspección y Control de Acción Social, la noche del lunes la cifra se elevaba a 194, cinco más que 48 horas antes.

El dato está muy lejos de los más de 800 infectados de forma simultánea que había en las residencias en el pico de la pandemia. Pero preocupa. La mayoría de los casos que detectan los equipos detección rápida forales en los cribados masivos son asintomáticos y pasan la infección sin complicaciones, pero ya hay un gran número de fallecidos con el virus en su organismo en pocos días.

El Departamento de Acción Social informó el sábado 22 de agosto de los «primeros dos fallecimientos» de la segunda ola. Este martes se reportaron otros tres decesos, elevando a 17 las víctimas en un periodo de tan solo 11 días. La primera embestida del patógeno se cobró la vida de 292 usuarios, aunque se sospecha que otros 32 también murieron por esta causa.

Aun así, son muchos más los que han superado la enfermedad: 1.646 ancianos. En agosto, ya se han curado 25 y 15 de ellos. que estaban afectados por el brote en la residencia Truiuondo de Zamudio, lo han hecho entre el domingo y el lunes. De entre los 194 usuarios que siguen infectados, 17 están hospitalizados, uno más que en el anterior balance, aunque en esta categoría se integra también a los que están aquejados de otras patologías. Preocupa, asímismo, la incidencia del virus en la plantilla. El 8 de agosto había 28 trabajadores con la infección activa y el lunes había 95 empleados con coronavirus, 9 más que el sábado. Otros 88 están en cuarentena, pero sin confirmación de Covid.

Los equipos de respuesta rápida de la Diputación detectaron el lunes un nuevo foco con otros cinco usuarios positivos en la residencia DomusVi de Miraflores, en la capital vizcaína. Se trata del noveno que localizan desde que registraran el primero el 8 de agosto en una residencia de Bilbao La Vieja. Porque cuando el virus circula de forma descontrolada en el exterior, resulta muy complicado impedir «que se cuele». Por eso, realizan test masivos en las residencias en los municipios donde hay mayor incidencia del virus o cuando se registra un positivo. Y lo repiten una semana después para comprobar si la infección se ha extendido aún más, algo que ya ha ocurrido en varios casos. Todos los centros deben realizar test periódicos a todo el personal y usuarios y a cada trabajador cada vez que llegue de vacaciones o de permiso, pero bastan unos pocos días sin controles para que la infección se propague.

La Diputación suele derivar a Birjinetxe a algunos mayores con síntomas leves para evitar contagios secundarios si sufren demencias o deambulan. Este martes de los geriátricos y a 25 mayores que aunque no viven en residencias, pasan allí la cuarentena. Otros 114 usuarios con coronavirus están siendo cuidados en las nueve residencias en las que ya vivían. Allí optan por aislarles o si son varios los afectados, habilitan plantas completas para que se recuperen de forma más cómoda.