Arranca la vacunación infantil en Euskadi con 2.475 dosis el primer día: «Así puedo ver a mis abuelos con menos riesgo»
Osakidetza comenzó a inmunizar contra el coronavirus a un colectivo de cerca de 65.000 niños de entre 9 y 11 años. Después seguirá con los de entre 5 y 8
Asier Urkijo, de diez años, fue uno de los primeros 2.475 críos de entre 9 y 11 años que estrenaron la campaña de vacunación ... pediátrica contra el coronavirus en Euskadi, aunque el colectivo es de unos 65.000. Recibió una dosis de Pfizer en el centro de salud de Deusto, en Bilbao, sobre las cuatro de la tarde, y pronto estará completamente inmunizado, porque contrajo la infección de forma asintomática y no necesitará una inyección adicional. «Estuve encerrado, pero me lo pasé bastante bien. No tuve que ir al cole», ejemplificaba el crío. Sus padres están convencidos de que «él también debe estar inmunizado para que toda la familia tenga el mismo nivel de protección».
Osakidetza comenzó por la tarde a suministrar el suero a los críos en varios puntos, en centros de salud importantes y en hospitales. La intención es ampliar al máximo el porcentaje de ciudadanos inmunizados. En los críos, se emplea un tercio de la cantidad de suero habitual. «Este paso es importante para intentar proteger al resto de la población, porque los niños no sufren la enfermedad con la misma gravedad», resaltaba Óscar López de Briñas. Su hijo David lo tenía claro. «Me vacuno porque no quiero contagiar a la gente, aunque hay personas que se creen que les hace inmunes, y no, lo que pasa es que se reducen las posibilidades», apuntaba. Llamaba la atención todo lo que los más pequeños saben acerca de la enfermedad y sus consecuencias.
El aitite de Olaia Parra, de 10 años, se puso malo con el coronavirus cuando empezó el confinamiento. También una de sus amigas del colegio. Ella misma tuvo que estar confinada hace poco, porque «hubo cuatro positivos» en el bus escolar y aislaron a todos los pasajeros, relataba tras recibir el primer pinchazo. «Tenía cristalino que cuantas más personas estén inmunizadas, menor será la transmisión, aunque la gente está pasando de todo. Los vacunados olvidan que pueden seguir contrayendo y contagiando el virus y se la trae floja», decía Silvia, su madre.
A Leire Bárcena, de 9 años, tampoco le dolió la inyección. Porque está convencida de que «así podré ver a mis abuelos con menos riesgo». «Cuanto antes se desarrolle la campaña pediátrica mejor. Esperemos que así haya menos contagios, menos enfermos y podamos vivir mejor, juntarnos más y más a gusto. Sobretodo por los aitites, son mayores, nos gusta estar con ellos y así estamos más tranquilos», decía su madre, Laura. «Vacunarse es algo que todos tenemos que hacer, es un acto de generosidad, para protegerlos a ellos y a los demás», apuntaba Olga Ramos, otra progenitora.
La segunda, al de 8 semanas
Osakidetza dio más de 22.000 citas hasta las cinco de la tarde del miércoles Una vez finalizada la inmunización de los 65.000 críos de entre 9 y 11 años, permitirá a los de entre 5 y 8 reservar un hueco en la agenda en función de las dosis disponibles. Los más jóvenes tendrán que esperar hasta la primera semana de enero.
Otra de las particularidades de la campaña de vacunación pediátrica es que los pequeños que recibieron una dosis ayer -y que no hayan pasado la infección, en cuyo caso no necesitarán una segunda- no recibirán el otro pinchazo hasta el 9 de febrero.
El plazo de separación entre los dos inyectables es para los niños de dos meses y no de 21 días, como ocurría con los adultos, para que el mayor número posible de críos alcance cuanto antes cierta inmunidad parcial que sirva para contener la sexta oleada. La elevada tasa de incidencia entre los pequeños está mermando su rendimiento lectivo y causando muchos transtornos en la conciliación familiar.
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