La peculiaridad de unos baños públicos: poder ver si están limpios con la puerta cerrada
Los servicios cuentan con paredes de cristales transparentes que se vuelven opacos cuando el usuario pone el cerrojo
Uno de los dilemas antes de entrar a un baño público es si estará limpio. Nada más abrir la puerta, el olfato nos da una pista. Si huele a orín, mala señal. Por ello, en Japón, concretamente en el distrito de Shibuya en Tokio, hay baños públicos con paredes de cristal transparente. El objetivo es simple: que los transeúntes sepan su estado.
Una vez dentro, los cristales se vuelven opacos una vez el usuario pone el cerrojo. Esto sucede gracias a una tecnología electrocrómica, que esmerila el vidrio para una privacidad total. Aparte de poder comprobar la limpieza, también aporta seguridad.
No obstante, a algunos usuarios no les gusta este innovador baño. Aseguran que no se sienten realmente cómodos porque cuestionan su privacidad, a pesar de que no pueden ser vistos desde afuera.
El innovador sistema está bautizado como 'Proyecto de Baños de Tokio'. Unos urinarios que están sometidos a una limpieza estricta. «Utilizamos equipos especializados para examinar minuciosamente los defectos, olores, manchas, ventilación y flujo de aire de las instalaciones», explican desde el servicio de mantenimiento.