El Papa, preocupado con los seminarios españoles: ¿Habrá una unificación de los centros vascos?
Francisco convoca a una cumbre en Roma a todos los obispos españoles en una iniciativa insólita: les 'leerá la cartilla' por la formación en los seminarios y su actitud ante la pederastia eclesial
Los obispos españoles, 78 en activo al día de hoy, tienen una cita en Roma el próximo martes con el Papa, una iniciativa insólita y ... extraordinaria con muy pocos precedentes. Lo único que ha trascendido de esta inusual cumbre en el Vaticano, convocada con una agenda reservada, es que la Santa Sede quiere informar a la Conferencia Episcopal en bloque sobre los resultados de la visita de dos auditores pontificios a los seminarios de España, aunque no se descarta que Francisco coteje con los prelados los informes recientes sobre la pederastia eclesial, en los que la Iglesia no sale muy bien parada.
En efecto, los pasados meses de marzo y abril, dos delegados papales, ambos obispos, realizaron una inspección de los seminarios españoles para auditar la formación de los futuros sacerdotes. Aunque el informe entregado al prefecto (ministro) de la Congregación para el Clero, el surcoreano Lazzaro You Heung-sik, es secreto, el diagnóstico no parece ser muy favorable. La investigación habría detectado una situación «problemática», según han revelado algunos medios especializados.
El Papa se ha referido en distintas ocasiones a la necesidad de actualizar la estructura de los seminarios, con muy pocos aspirantes al sacerdocio por la caida de las vocaciones en medio de una secularización galopante. Hay centros que sólo cuentan con un seminarista o con media docena, al igual que otros de su mismo territorio eclesiástico. Francisco cree que deberían tener un mínimo de 25 novicios para no desperdiciar recursos y aprovechar al máximo las bondades de una vida en comunidad con más miembros. España cuenta con 45 seminarios en los que cursan sus estudios 974 seminaristas, 725 menos que hace una década, según los últimos datos de la Oficina de Estadística en la Iglesia.
El caso vasco
Los seminarios vascos hace tiempo que pasaron de ser unas grandes moles a convertirse en centros familiares, obligados por la ausencia de vocaciones. Era una arquitectura grandiosa acorde con un tiempo en el que se exportaban misioneros y sacerdotes, y muy bien formados, pero en la actualidad sólo 30 jóvenes se preparan para el sacerdocio, en su mayor parte ajenos a la cantera, por lo que ahora ha sido necesario importar seminaristas.
La diócesis de Bilbao cuenta con siete seminaristas en distintas fases, cuatro de ello muy cerca ya de convertirse en sacerdotes. Además, hay dos jóvenes en la Residencia Vocacional, candidatos a dar el salto e integrarse en el seminario propiamente dicho. En San Sebastián, pastoreada ahora por Fernando Prado, solo hay un aspirante, que se forma en el seminario de Pamplona. Vitoria es la diócesis más fértil, con 22 seminaristas, un número que requiere una explicación. Nueve forman parte del seminario diocesano y los otros 13 pertenecen a 'Redentoris Máter', el noviciado del Camino Neocatecumenal, acogidos por el obispo, Juan Carlos Elizalde.
El objetivo del Vaticano podría pasar por agrupar a los tres centros en un único seminario interdiocesano. Habría un problema: Vitoria y Bilbao pertenecen a la archidiócesis de Burgos, y San Sebastián a la de Pamplona, es decir, están encuadradas en dos provincias eclesiásticas distintas fruto de una decisión política que la Santa Sede ha mantenido. El sentido común parece que pediría que los futuros sacerdotes de la diócesis vascas se formaran en un sólo centro, quizás Vitoria que tiene la tradición y la memoria de un gran seminario, y es sede de la Facultad de Teología del Norte de España. Otro problema sería el de la jurisdicción.
Excesivamente conservadores
Pero el aspecto cuantitavivo no sería el más problemático. Aunque no se puede generalizar, algunas fuentes consideran que lo preocupante es la formación que reciben los futuros sacerdotes, en muchos casos con una doctrina muy conservadora y rigorista. En el fondo del asunto no estaría la preparación intelectual, también deficiente, sino la espiritual y eclesial, es decir, la formación en su integridad. ¿Han detectado los enviados del Papa una formación muy endogámica? ¿Un exceso de clericalismo, quizás? El Papa habla mucho de eso y se le han podido encender las alarmas, interpretan algunos observadores, que esperan un 'tirón de orejas'.
También se ha puesto sobre la mesa la diversidad de 'marcas' en cuanto al reclutamiento de los seminaristas. Además de los centros diocesanos existen otras instituciones con cierto peso, como el Camino Neocatecumenal (conocidos como los 'kikos') o los Legionarios de Cristo, que cuentan con noviciados y sus miembros no tienen por qué quedarse en las diócesis donde han sido formados. Ambas congregaciones responden a una ideología muy conservadora. También el Opus Dei tiene sus propios seminarios. El Vaticano aspira a mantener un mayor control de todo este ecosistema, muy estratégico para el futuro de la Iglesia.
Si fuera para impartir unas directrices generales, la Santa Sede podría haber enviado a Madrid, donde estos días se han reunido todos los obispos en sesión plenaria, al prefecto de la Congregación para el Clero, o al mismo secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolín. Pero Roma los quiere a todos allí y los prelados ya han reservado alojamiento en el Pontifico Colegio Español y en la hospedería de la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat. Está claro que es un asunto que afecta a todos los obispos y no sólo a la cúpula, que ya fue recibida por el Papa en enero de 2022.
¿Hay más temas en la agenda secreta que se ha preparado para esta cumbre? Los precedentes que existen se refieren a la visita realizada por todos los obispos chilenos en 2018 con ocasión del escándalo de los abusos sexuales, que se resolvió con la dimisión de toda la cúpula episcopal por su conducta en esta cuestión. Ochos años antes fue fueron los mitrados irlandeses quienes fueron convocados a Roma para responder de su actuación ante los depredadores eclesiales. Los españoles llegan al otro lado del Tíber en plena polémica por el Informe del Defensor del Pueblo, sobre el que los obispos reclaman un análisis imparcial alejado de extrapolaciones, y la investigación del bufete Cremades-Calvo Sotelo, que también ha generado suspicacias y recelos. Lo que está claro es que no es habitual que Roma convoque a una Conferencia Episcopal al completo.
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