El obispo de Bilbao solicita al Papa plantar un retoño del Árbol de Gernika en los Jardines Vaticanos

«Sería un símbolo de la paz y de un lugar en el que las decisiones se han tomado de manera conjunta durante siglos. Ojalá pueda hacerse», explicó Segura a este diario tras su encuentro con el Pontífice en el Palacio Apostólico del Vaticano. La audiencia estuvo enmarcado en la visita 'ad limina' que realizan esta semana a Roma los obispos de las provincias eclesiásticas de Santiago de Compostela, Oviedo, Burgos, Pamplona y Tudela, y Zaragoza, que engloban a las tres diócesis vascas. Durante más de dos horas estuvo reunido el Papa con este grupo de 24 prelados, entre los que además de Segura estaban Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, y José Ignacio Munilla, obispo designado de Orihuela-Alicante y, hasta ahora, titular de la diócesis de San Sebastián.

La hoja del Árbol de Gernika certificada que Segura regaló a Jorge Mario Bergoglio estaba acompañada de un video de la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui. Ésta le planteó al Papa su «viejo anhelo personal» tanto por su cargo como por el hecho de ser «mujer vasca católica» de llevar un retoño de este «centenario roble de la paz a Roma y plantarlo con su ayuda en los Jardines Vaticanos». Si finalmente el minúsculo Estado accede a este petición se sumará a los cerca de 60 lugares en diversas partes del planeta donde crecen los 'hijos' del Árbol de Gernika.

Además de este regalo, Segura le entregó al Pontífice un poliedro de madera con imágenes de Bizkaia, elaborado por alumnos con discapacidad intelectual del Centro Formativo de Otxarkoaga y de la Fundación de inserción laboral Otxarki. Francisco, que este viernes cumple 85 años, agradeció los presentes y bromeó con los prelados españoles al decirles que entraba en una nueva etapa de su vida. «Nos dijo que ahora le quedaban 15 años por delante para llegar a los 100», comentó Segura, que le habló al Papa del «ambiente sereno» del que goza hoy la sociedad y la Iglesia en Bizkaia, «lo que permite centrarnos en aspectos de la vida eclesial como son la espiritualidad, la misión y la evangelización».

Mario Iceta, anterior obispo de Bilbao y, desde el año pasado, arzobispo de Burgos, coincidió al destacar la «absoluta libertad» que marcó la conversación con Bergoglio, en la que «tratamos de manera concreta una multitud de temas: la evangelización, la situación de Europa, la pandemia y la pospandemia, el acompañamiento de los sacerdotes, la vida consagrada...» Iceta consideró que Francisco estaba «muy bien informado» sobre la situación de España y afirmó que no se afrontaron en la audiencia cuestiones de carácter político. «Hablamos de los desafíos pastorales», dijo, asegurando que no salió a colación el encuentro del pasado sábado entre el Papa y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ni tampoco la próxima designación de la socialista vizcaína Isabel Celaá como embajadora de España ante la Santa Sede.

La posible visita del Pontífice a nuestro país el año que viene no se trató en la charla general, aunque cuando llegó la hora de los saludos, el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, aprovechó para invitarle una vez más para que acuda a la capital gallega con motivo de la celebración del Xacobeo y de la Peregrinación Europea de Jóvenes que tendrá lugar en agosto de 2022. «Tengo todas las esperanzas», dijo Barrio, reconociendo eso sí que Bergoglio no quiso comprometerse a nada. «Creo que el Papa tiene interés en venir a Santiago de Compostela, pero eso no quiere decir que ese deseo pueda realizarse debido a las circunstancias en las que nos encontramos».