Multitudinaria despedida a Raúl Ramírez, el joven portero del Colindres
Cientos de familiares y amigos se congregaron en la iglesia de Santa María del Puerto para darle el último adiós
Ana Cobo
Jueves, 2 de octubre 2025, 07:48
Santoña ha despedido con el corazón roto a su joven vecino, Raúl Ramírez. Cientos de familiares y amigos del portero del Colindres, fallecido el pasado ... lunes, se congregaron ayer en la iglesia de Santa María del Puerto para dar el último adiós a un chico que regaló «cariño y bondad» a lo largo de sus 19 años de vida.
El templo se quedó pequeño para acoger a la multitud de personas que asistieron al emotivo funeral. Gran parte de los asistentes -especialmente antiguos y actuales compañeros de clase y de los equipos de fútbol en los que militó- ecucharon la misa desde el exterior del templo, donde imperó un sobrecogedor silencio, solo roto por los aplausos del final con la salida del féretro.
«Todos estamos afectados porque Raúl era un poco de todos», expresó el párroco local, Juan Carlos Fernández, desde el altar, reconociendo el enorme dolor de la familia y de sus amigos del alma ante la perdida de un ser querido «en lo mejor de la vida». El cura ensalzó las cualidades de Raúl, 'Raulito', aludiendo a «su calidad deportiva, su bondad, su cariño hacia los demás y su buen hacer». Y es que el joven ha sido «un gran deportista no solo en lo profesional sino también en lo humano. Un buen hijo, un buen chaval. Ejemplo para los pequeños, alegre, jovial, de corazón grande y cariñoso para los suyos y para todos».
Noticia relacionada
Adiós a Raúl Ramírez, el líder silencioso
Unas palabras que crearon un nudo en la garganta entre los presentes e hicieron asomar las lágrimas al recordar la «huella imborrable» que deja el joven en el pueblo que le vio nacer, crecer, formarse y disfrutar de su pasión: el fútbol. Los vecinos de esta villa marinera aún son incapaces de asimilar la repentina e injusta marcha de un chaval repleto de «sueños, inquietudes, proyectos y ganas de vivir».
La emotiva eucaristía contó con las voces de la coral Virgen del Puerto, de la que forma parte, tocando el piano, la madre de Raúl, que no se separó de un guante de portero de su hijo. La agrupación interpretó varias piezas solemne, concluyendo la homilía con la Salve Marinera. Además, el féretro, durante la misa, fue cubierto con uno de los mantos de la Patrona de Santoña.
En su discurso, tras leer el evangelio, el párrocohizo un símil con las estaciones del año, manifestando que la vida de Raúl es «una primavera» para «aquellas personas que recibirán sus órganos», haciendo referencia a la decisión tomada por la familia. «La donación de órganos es un acto de generosidad, ofreciendo esperanza y posibilidades para muchas personas que enfrentan enfermedades terminales. Gracias Raúl por morir dando vida».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión