Dos de cada tres muertos en las carreteras vascas son peatones o motoristas

En porcentaje sobre el total, la cifra de personas vulnerables que perdieron la vida en 2022 ha aumentado respecto a 2019, cuando representaban el 59%, y respecto a 2021, cuando suponían el 48%. Quiere esto decir que mientras mejoran las cifras de fallecidos en turismos o camiones, empeoran o mejoran en mucha menor medida las de los usuarios de las carreteras menos protegidos.

Son datos hechos públicos este lunes por la directora de Tráfico del Gobierno vasco, Sonia Díaz de Corcuera, durante la presentación del balance provisional de Seguridad Vial en Euskadi en 2022. En total se contabilizaron 7.354 accidentes de tráfico, un 13% menos que en 2019 y un 1,8% menos que en 2021. Además de 44 fallecidos, estos siniestros dejaron 360 heridos graves, 89 menos que en 2019 y 95 menos que en 2021. Corcuera ha subrayado que los datos revelan una tendencia sostenida a la baja en los accidentes mortales. De los 218 decesos registrados en el año 2000, la curva desciende hasta 67 en 2010, 51 en 2019 y los 44 del año pasado.

Por territorios, en Gipuzkoa hubo que lamentar 18 pérdidas humanas (dos más que en 2021 y una menos que en 2019), otras 18 en Bizkaia (+2 y -4), y 8 en Álava (dos menos que en 2019 y 2021). Casi ocho de cada diez de estos fallecidos (34) eran hombres, por 10 mujeres.

La directora de Tráfico ha admitido la especial vulnerabilidad de colectivos concretos, por lo que ha asegurado que el Gobierno vasco «mantiene el foco en la especial protección a las personas más vulnerables: viandantes, motoristas, ciclistas, personas conductoras de vehículos de movilidad personal, mayores y menores de edad». En este sentido, ha recordado que en noviembre se dio un paso más en esa dirección, con la firma del Pacto Vasco por la Seguridad Vial, que está orientado a reducir la accidentalidad en toda la red viaria vasca, con una Visión Cero Víctimas en el horizonte 2050.

En materia de movilidad, en 2022 se superaron los flujos registrados en 2019, previos a la pandemia, tanto en el paso fronterizo de Biriatou como en el tráfico de largo recorrido. En el acceso a las capitales, sin embargo, se observó un ligero descenso (del 5,65% respecto a 2019 y del 4,38% sobre 2021), debido al retorno al uso habitual del transporte público, motivado, por un lado, por una mejora en la situación epidemiológica y, por otro, por el encarecimiento de los carburantes, así como por los descuentos de entre el 50% y el 100% aplicados en el transporte público desde septiembre.

Por el contrario, en los flujos de largo recorrido se experimentó un aumento significativo, especialmente en verano: un 14,75% más que en 2021 y un 5% más que en 2019. Lo mismo ocurrió en el paso transfronterizo de la AP-8 en Biriatou, donde se registró un aumento del 9,75% respecto a 2021 y del 3,64% con respecto a 2019. Entre las razones esgrimidas por Corcuera destaca la recuperación de la Operación Paso del Estrecho, tras dos años suspendida (2020-2021), así como el incremento de los desplazamientos de ida y vuelta a territorios o comunidades colindantes.