Eudel propone empadronar en «domicilios ficticios» a quienes no puedan hacerlo donde residen
Crea un protocolo para que las personas en situaciones especiales puedan acceder a un trámite que otorga derechos sociales
La Asociación de Municipios Vascos (Eudel) ha dado un paso adelante en lo que se conoce como padrón social. El organismo apuesta porque los ayuntamientos ... de Euskadi puedan empadronar «en domicilios ficticios» a ciudadanos en situación de vulnerabilidad, personas que viven en la calle o en infraviviendas, víctimas de violencia machista o inmigrantes que tienen dificultades para encontrar un piso donde el propietario les dé permiso para realizar este trámite, entre otros colectivos desfavorecidos. Los consistorios podrán utilizar, por ejemplo, las casas consistoriales o las sedes de los servicios sociales para este objetivo, aunque los beneficiarios no residan realmente allí. Es algo que algunas administraciones locales ya vienen realizando desde hace años. Es el caso de Vitoria, que cuenta con 727 personas empadronadas bajo el paraguas municipal.
Eudel ha preparado un protocolo para que los entes locales compartan una serie de «criterios comunes» a la hora de llevar a cabo esta medida. La institución, presidida por la alcaldesa de Derio, Esther Apraiz (PNV), recuerda la importancia del padrón social: «En Euskadi, el padrón es la llave de acceso a múltiples derechos de ciudadanía, no solo al de sufragio activo y pasivo, sino también a la asistencia sanitaria, los servicios sociales y el acceso al sistema de inclusión social, así como resulta clave en el caso de las personas extranjeras para acreditar la residencia continuada necesaria para iniciar los procedimientos de solicitud de autorización de residencia o trabajo por circunstancias excepcionales».
El documento remitido por Eudel hace un repaso a la legislación vigente para que los consistorios sepan en qué marco legal se mueven y recuerdan que el padrón es un acto administrativo que no genera derechos de propiedad sobre un inmueble. El protocolo recomienda, por ejemplo, empadronar en estos lugares ficticios a personas que carecen de documentación. Puede que sean personas nacionales que carezcan de DNI o pasaporte por hallarse en una situación de exclusión social. O también es posible que se trate de personas inmigrantes. En ambos casos se recomienda entregar un justificante en el que figure el motivo por el que no se está en posesión de la documentación.
Libertad para aplicarlo o no
Además, Eudel aconseja a los municipios que verifiquen de alguna manera que las personas beneficiarias del padrón social se encuentran efectivamente residiendo en la localidad. Para ello se aportan una serie de posibilidades o ideas para que las autoridades locales lo certifiquen: «Mediante informe de la Policía Municipal, inspección del propio servicio, suministros de luz, agua o declaración responsable del ciudadano». También podría ser válido, por ejemplo, la matrícula en un centro educativo de esa persona o un descendiente. En ese caso, este documento se considera «una prueba privilegiada».
La presidenta de Eudel ha destacado que estos criterios comunes permiten garantizar los derechos de los ciudadanos pero, además, «posibilitan que los ayuntamientos tengamos una fotografía real de las personas que residen en nuestro municipio». Esto, por ejemplo, permite a la Administración local acceder a un mayor reparto de fondos procedentes de la Diputación. Los criterios comunes elaborados por Eudel no son vinculantes. Los consistorios tendrán ahora, dentro de su autonomía municipal, la libertad de aplicar este protocolo o no.
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