Euskadi contará con centros de FP 5.0 para dar formación en alta tecnología
Un decreto de Educación regula los centros integrados, los más punteros del sistema, con el objetivo de adaptarse al nuevo contexto digital
La Formación Profesional (FP) vasca siempre ha ido un paso por delante de los cambios y las necesidades del mercado laboral. Y quiere seguir ... haciéndolo en este contexto de revolución digital donde la Inteligencia Artificial (IA) y la economía del dato tienen ya un peso considerable.
El Boletín Oficial del País Vasco ha publicado este martes el nuevo decreto de los centros «integrados» de FP. Son los más punteros del sistema y tienen una serie de características específicas: sólo imparten ciclos de FP; trabajan con una metodología, Ethazi, de aprendizaje por retos; participan en proyectos de innovación aplicada y en redes de internacionalización; ofrecen formación a personas en desempleo o trabajadores en activo; y fomentan el emprendimiento, entre otras.
Euskadi cuenta con 70 centros integrados, de los que 44 son públicos y 26, concertados. Dentro de ellos se contarán, a partir de ahora, los «5.0 inteligentes», orientados a la IA, las tecnologías y espacios inteligentes, la analítica y gestión de datos, la ciberseguridad... De los 70 centros integrados, 67 ya son, o van camino de ser, inteligentes. El cambio va mucho más allá de que los centros cuenten con tecnología punta en sus instalaciones. Serán «tractores de lo que va a ser una nueva FP inteligente y sostenible», innovadores y pegados a la realidad de las empresas.
El nuevo decreto fue puesto en marcha la pasada legislatura y bebe del VI Plan Vasco de FP, aprobado en 2022, centrado en la transformación tecnológica. Otorga cobertura legal a una serie de prácticas que ya se vienen realizando. Por ejemplo, los centros integrados cuentan con una estructura de gobernanza muy característica que incluye un consejo social donde tienen voz empresas de su entorno y sindicatos. También crea varias direcciones –de estrategia, innovación y operativa– subordinadas al equipo directivo. Es decir, la organización de estos espacios educativos no tiene nada que ver con la de un centro tradicional.
Otro ejemplo de las prácticas avanzadas que realizan los centros integrados tiene que ver con lo que se conoce como «unidades de conocimiento». Básicamente, la idea es juntar distintas áreas de conocimiento para elaborar planes de formación específicos que hace unos años eran, sencillamente, impensables. Es lo que sucede con robótica y gastronomía. El centro de FP de hostelería de Leioa, sin ir más lejos, cuenta con brazos automatizados que cocinan distintos platos, por lo que los alumnos deben tener conocimientos de programación. Esto mismo pasa en multitud de ámbitos: automoción con informática; atención a la dependencia con nutrición o actividades físicas; construcción con IA, etc.
«Desigualdad competitiva»
«Necesitábamos un marco legal que avalase todos los cambios que estamos realizando», explica Julen Elgeta, presidente de Hetel, asociación que agrupa a 33 centros concertados de FP. «Ahora toca hacer sostenible el decreto, porque lo importante es que sea eficaz para que la calidad de la enseñanza sea cada vez mejor». «El decreto da cobertura a una forma de trabajar que llevamos años realizando», apunta Sergio Perosanz, director del CIFP Emilio Campuzano de Bilbao. «Definiciones como la de centro integrado 5.0 ya eran conocidas desde hace tiempo, y los centros ya nos hemos ido acercando a ese modelo, cada uno con nuestras particularidades».
No obstante, hay quien ve con recelo algunos cambios. Centros de FP concertados consultados por este periódico, que no son integrados, temen que el nuevo decreto conlleve un aumento en la financiación de los que sí lo son. Este escenario «podría dejarnos en desventaja competitiva», señalan. Y más teniendo en cuenta que el departamento se arroga la potestad de determinar qué centros cumplen los requisitos para ser considerados integrados. Elgeta, por su parte, sí considera que la nueva normativa debe ser la oportunidad de «avanzar» hacia un escenario en el que el concierto cubra «todas las necesidades» que implica ser un centro integrado, como el cambio de estructura organizativa. En el caso de la red pública, esas modificaciones corren a cargo de la Administración.
Aunque el decreto tiene aspectos «muy positivos», sobre todo en lo que se refiere a los desafíos tecnológicos, la Asociación de Psicopedagogía de Euskadi ve algunas lagunas. «Se ha perdido una oportunidad de oro para impulsar una orientación educativa integral y no solamente profesional», indica su presidente, Ernesto Gutiérrez. «El nuevo decreto no contempla medidas para la inclusión del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo. Ni siquiera garantiza la presencia de orientadores en todos los centros, un referente fundamental para coordinar y realizar un seguimiento de ese alumnado», añade.
CC OO denuncia una carga «inasumible»
CC OO ha denunciado en un comunicado que los cambios introducidos en la FP obligan al profesorado a soportar una carga burocrática «inasumible». También critica que el modelo basado en microcredenciales «deteriora la calidad de la formación» y «abre la puerta a la privatización y mercantilización de la FP pública, permitiendo que agentes privados asuman funciones clave como la evaluación y el diseño formativo». «Este modelo, lejos de mejorar la calidad educativa, convierte la FP en una fuente de mano de obra gratuita y precaria al servicio del mercado», zanja.
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