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Hay quienes afirman que la verdadera felicidad no existe, y que simplemente se trata de breves momentos que nos hacen sentir bien, alegres y en calma. Pues bien, ya sea un estado permanente o un cúmulo de pequeños instantes, todos queremos sentirnos felices.
Bruce Hood, catedrático de Psicología del Desarrollo, ofrece las claves para alcanzar «una vida más plena» a través del curso que imparte en la Universidad de Bristol (Reino Unido) bajo el nombre 'La ciencia de la felicidad'. El experto, que ha dedicado gran parte de su carrera a desentrañar los misterios de la felicidad, reúne en estas clases lo que ha aprendido a lo largo de décadas de investigación. Hood observaba con escepticismo todo lo que rodea a la psicología positiva y a aquellas afirmaciones tan manidas como que «el dinero no da la felicidad».
El primer escalón para ser un poco más feliz es el de 'limar el ego'. Hood, profesor también en el MIT y en Harvard, sostiene que uno de los principales impedimentos para la felicidad es el egocentrismo, es decir, centrarse únicamente en uno mismo y en los propios problemas. «Si queremos ser más felices, tenemos que aprovechar esta oportunidad para vernos como el producto de nuestra interconexión con los demás,y no como una isla», afirma.
Otro punto importante pasa por evitar las comparaciones negativas. Es importante «recordar que, cuando emitimos un juicio, lo hacemos por comparación, y que las comparaciones que hacemos determinan el juicio». Así, el psicólogo experimental, especializado en neurociencia cognitiva del desarrollo, propone el siguiente ejercicio: escribe tres cosas de tu vida por las que estés agradecido, reconoce las veces que has fracasado, pero observa los beneficios inesperados de esos fracasos.
«Controla tu atención». Esta es otra de las lecciones del psicólogo. Consiste en dejar de poner el foco en el futuro y dirigir conscientemente nuestra atención hacia aspectos positivos y gratificantes de la vida que tenemos actualmente. Muchas veces la incertidumbre de no saber lo que pasará o cómo se resolverá una situación, nos genera estrés y angustia. Como ejercicio propone tomar nota «de cuando tu mente divaga e identificar en qué momentos tiende a los pensamientos negativos». En esos instantes, «realiza una actividad que requiera concentración».
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