Dimite el subdirector de Recursos Humanos de Osakidetza por el escándalo de la OPE

Balerdi, en la actualidad concejal del PNV en el Ayuntamiento de Tolosa, era uno de los tres altos cargos de Osakidetza, que debía prestar declaración por el presunto fraude de la OPE, junto con el dimitido Soto y el director de Asistencia Sanitaria, Andoni Arcelay. Sobre ellos mantiene sospechas la Fiscalía de que eran conocedores de que se estaban filtrando las pruebas a determinados facultativos.

La jueza ya ha tomado declaración a tres jefes médicos en calidad de investigados por supuestamente haber filtrado a algunos opositores las pruebas de Digestivo, Angiología y Anestesiología. Los tres -José Luis Cabriada, María Reyes Vega y César Augusto Valero- negaron los hechos.

También han declarado ya los tres anestesistas que denunciaron públicamente la posible filtración de exámenes, la ex directora general de Osakidetza, quien defendió que en la investigación interna no se acreditaron filtraciones, y dos miembros del tribunal de Cardiología que reconocieron ante la magistrada que habían avisado a la dirección de Osakidetza de la existencia de presuntas irregularidades

Para ESK, la última dimisión que ha acarreado el caso, «necesaria e imprescindible», «llega tarde», porque ha pasado más de un año desde el propio sindicato, ELA y LAB denunciaron los hechos. La central considera que durante este periodo «las dimisiones de los responsables se han sucedido a cuentagotas» y entiende que medidas como el abandono de Balerdi , «que se acuerdan en pleno período vacacional, sólo buscan una gestión de daños, intentando evitar la transcendencia pública de este cese». Por eso, exige al director general de Osakidetza, Juan Luis Diego, que explique públicamente los motivos de dicho cese.

La última fase de instrucción del caso de la OPE arrancó en mayo, justo un año después de que saltase un escándalo que golpeó en el seno del Gobierno vasco y acabó llevándose por delante a Darpón, el primero consejero que presenta su dimisión en 40 años de Ejecutivo autonómico. Su abandono se produjo en marzo. La crisis, sin embargo, había saltado antes. Fue en el momento en que un grupo de médicos se rebeló contra un modo de actuar perpetuado desde hace décadas, muy alejado de los principios de igualdad, mérito y capacidad que deben regir en cualquier OPE.

El primero en dar la voz de alarma fue un cirujano del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del hospital Donostia y miembro del tribunal, porque, en su opinión, se había dado un resultado «insólito» en su especialidad: cuatro de los cinco aprobados en la prueba teórica trabajaban en Basurto, y así se lo hizo saber por carta a la entonces directora general de Osakidetza. Le siguieron Podemos y tres anestesistas, afiliados a ESK. El propio sindicato, ELA y LAB acudieron entonces a la Fiscalía. Y arrancó la investigación de 19 categorías médicas bajo sospecha. El Ministerio Público apreció indicios de delito en once. Finalmente, hubo que repetir cinco exámenes de tres categorías.