La demanda de ayudas de emergencia vuelve a aumentar en Euskadi
El último año se registraron casi 78.000 solicitudes, 3.000 más que en 2020, el peor año de la pandemia
La pobreza ha aumentado el último año en Euskadi, al menos en aquellos casos en que se necesita apoyo para cubrir necesidades básicas como el ... alquiler o la factura energética. Así se desprende de la evolución de las solicitudes de ayudas de emergencia social (AES), destinadas a evitar situaciones de exclusión. Tras haber decrecido en 2022, las peticiones han vuelto a subir. El último año se registraron 77.897, frente a las 74.802 de 2020, cuando estalló la crisis del covid. Al año siguiente aumentaron a 75.856, pero en 2022 habían descendido a 75.159, según las estadísticas del Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno vasco.
Aunque el número de solicitudes ha aumentado, las concesiones se mantienen a la baja. En concreto, el año pasado fueron 65.729 en la comunidad autónoma, 3.000 menos que cuando estalló la crisis sanitaria (68.802). Esto significa que por distintos motivos, que muchas veces tienen que ver con el incumplimiento de los requisitos, el pasado año se desestimaron casi el doble de solicitudes en comparación con 2020. En total, en 2023 hubo más de 32.000 personas solicitantes: pidieron la ayuda varias veces para diferentes necesidades. La cuantía de las ayudas concedidas supera los 50 millones de euros, con una tendencia continuada al alza en los últimos años.
Dos de cada tres solicitantes son mujeres y por edades, la mayoría tienen entre 35 y 54 años
¿Pero con qué fin suelen pedir los beneficiarios de las AES estas prestaciones? La mayoría, 20.497, para el mantenimiento de la vivienda o alojamiento habitual. Suelen ser hasta 900 euros anuales. Este concepto incluye, entre otras cosas, los gastos de agua, basura, alcantarillado y el impuesto sobre bienes inmuebles de naturaleza urbana y rústica. Le siguen las 19.806 peticiones para hacer frente a las facturas energéticas, que en los últimos tiempos se han disparado. Son hasta 1.500 euros anuales para cubrir el gasto del suministro eléctrico, de gas u otro tipo de combustible de uso doméstico. Otras 14.047 solicitudes fueron para cubrir las necesidades primarias y 10.632, el alquiler.
La mitad, personas solas
Entre los solicitantes de la AES hay una diferencia importante por sexos: dos de cada tres son mujeres, el 65,4%. Desde un punto de vista generacional, destacan aquellos que están en edad laboral. Así, el último año 18.624 peticiones fueron realizadas por personas de entre 45 y 54 años, y otras 16.202 por vascos que tienen entre 35 y 44. En una radiografía de los demandantes de estas ayudas se aprecia un gran grupo formado por mujeres en edad adulta y que además, en muchos casos, viven solas. Este último rasgo es compartido también por los hombres. En términos globales, 36.562 de las 77.897 solicitudes de Euskadi corresponden a personas que residen solas.
En cuanto a la nacionalidad, más de la mitad de las demandas de ayuda proceden de ciudadanos nacidos en Euskadi o en alguna otra comunidad española. El ejercicio anterior fueron 43.566, el 56%, seguidas a mucha distancia de las 10. 920 cursadas por personas originarias del Magreb y las 6.773 de solicitantes nacidos en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia o Paraguay.
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