Colas de una hora en San Sebastián para comer pintxos
Turistas, pero también algunos lugareños, esperan pacientemente a ser atendidos en bares emblemáticos que salen recomendados en guías
Ana Aramendia
Sábado, 12 de agosto 2023, 20:50
Ir de pintxos por la Parte Vieja de San Sebastián ya no es lo que era hace años. La costumbre de entrar a un bar, ... acompañar la bebida con algo de comer y hacerlo de manera rápida y directa ha dado paso a largas esperas con colas que en algunos casos llegan a la hora únicamente para poder acceder al establecimiento. La llegada masiva de turistas a la capital guipuzcoana, donde este verano se prevé alcanzar otro récord de visitantes, deja estampas de largas formaciones de comensales a las puertas de los locales más emblemáticos de la ciudad, empujados muchos de ellos por las recomendaciones aparecidas en las guías gastronómicas más conocidas y exquisitas del mundo. Desde la famosa tarta de queso de La Viña o las codiciadas antxoas del Txepetxa, pasando por la sabrosa txuleta del Néstor o las variedades del Gandarias. Son los codiciados manjares por los que decenas de personas, ya sean foráneos o nacionales, aguardan largos tiempos de espera durante estos días sin rechistar. Una demora que coincidiendo con la Semana Grande se espera que aumente de manera exponencial.
Los alaveses Naiara Emazabel y su familia son unos habituales de La Cuchara de San Telmo, conocido bar de la Parte Vieja donostiarra por sus pintxos y raciones de cocina vasca, donde la demora para ser atendido suele ser prolongada durante todo el año, especialmente durante la época estival. «Normalmente hay que esperar una hora, siempre que venimos está hasta arriba. Pero siempre merece la pena», reconoce esta madre, que guarda un cariño especial a esta pequeña joya de la gastronomía guipuzcoana -solo dispone de un total de cinco mesas en la terraza- por sus cuatro años universitarios estudiando arquitectura en la UPV/EHU.
Es por ello que no importa el tiempo que haya que esperar en la calle para poder degustar sus dos pintxos preferidos, el cochinillo y el pulpo. El dinero tampoco es un problema si el bocado está a la altura. «La calidad y el precio están muy bien», reconoce Emazabel.
«Hay algunos bares que cada vez que venimos suelen estar hasta arriba y tenemos que esperar una hora para ser atendidos»
Naiara Emazabal
Alavesa
El Txepetxa es otro de los establecimiento más codiciados durante estas fechas, donde no es nada extraño ver a decenas de clientes esperando para acceder al interior del local, incluso varios minutos antes de que suba la persiana. Aunque no siempre es así, Zuriñe y Josetxo han tenido suerte esta vez y solo han tenido que aguardar «cinco minutos» para ser atendidos, aunque aseguran que «no nos importa el tiempo que haya que esperar». Son clientes habituales de esta taberna mundialmente conocida por sus antxoas con centollo, el pintxo más solicitado por este matrimonio beasaindarra. «Nos gusta mucho porque tiene una buena relación calidad precio», admite Zuriñe. Su marido asiente, si bien destaca asimismo los pintxos caseros y bocadillos del bar Haizea. «Es un pequeño bar de toda la vida y acogedor gracias al agradable servicio», agrega Josetxo.
Guía gastronómica
A unos metros de allí aparecen Jorge y Susana, una pareja de Estados Unidos que visita por primera vez San Sebastián durante sus vacaciones veraniegas. No han dudado en pasarse por los bares de Donostia para probar sus pintxos y especialidades. Desde la tarta de queso de La Viña hasta el foie con compota de manzana de La Cuchara de San Telmo.
Aunque ambos destacan por encima de todo las antxoas en salsa vinagreta del bar Martínez, que han conocido gracias a la guía 'Gastronomía Donostiarra: las mejores recetas' del fallecido crítico culinario Pedro Martín. «Están muy buenas», dicen mientras degustan los pintxos.
La Viña es otro de los establecimientos imprescindibles cuando se visita Donostia. Destacada por su mundialmente famosa tarta de queso, el local congrega a numerosos comensales que llegan desde los lugares más recónditos del planeta únicamente para probar una porción del pastel. «La calidad es muy buena», aseguran Carlos y Clara Ruiz, venidos desde Galicia a la capital guipuzcoana para pasar unos días de descanso. La pareja destaca, por encima de todo, el «buen rollo» que se respira en el local y lo «agradable» que es la gente. «La rapidez, la tarta, el revuelto de hongos, ensalada de langostino, las alcachofas y su gente, es lo mejor de este bar», destaca ella. A lo que su marido añade que, además, el precio «no está mal».
Una cuadrilla de Argentina viene a pasar de ruta al norte de la península para probar sus mejores pintxos. El BordaBerri, situado en la calle Fermín Calbetón, es una parada obligatoria para degustar la costilla de cerdo confitada. Es de noche y han aprovechado el momento en el que menos gente había para acercarse al lugar. Por suerte no es fin de semana, cuando la demora para ser atendido no baja de unos 20 minutos, aproximadamente. «La espera de la cola no ha sido larga y el servicio es rápido», asegura Luciana, una de las integrantes del grupo. No es la primera vez que estos amigos acceden al establecimiento, lo han hecho ya en jornadas atrás y confían en volver. «Vamos a repetir», asegura Pol, otro de los argentinos.
«No nos importa mucho el tiempo que haya que esperar si la comida está buena y el servicio es agradable»
Zuriñe y Josetxo
Beasain
En la calle 31 de agosto se encuentra el Gandarias, un restaurante ideal para comer pintxos, carne, pescado o marisco, y un lugar de encuentro perfecto para los amigos pamploneses María, Kike y Carla después de un día de playa. «Hemos tenido que esperar alrededor de diez minutos», reconocen mientras saborean uno de sus bocados favoritos, la croqueta de jamón.
Para los no amantes de la carne, sin embargo, el bar Sport dispone de una amplia carta con opciones vegetarianas. Es donde ha ido a parar la turista alemana Rita después de descartar otras opciones por sus largas colas. «El huevo poco hecho y la patata muy hecha es la combinación perfecta», reconoce esta turista tras haber seguido la recomendación de uno de sus profesores de castellano.
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