«Todos somos radiactivos»
«Al comer un plátano recibes más radiación que si vives un año junto a una central», dice este supervisor de Ascó
Alfredo García Fernández lo tiene tan claro que ha titulado su primer libro 'La energía nuclear salvará el mundo' (Planeta). Ingeniero, operador de reactor y ... supervisor de centrales nucleares, derriba en él mitos sobre esa fuente de energía con tan mala prensa, algo que empezó a hacer en Twitter en marzo de 2016 bajo pseudónimo.
- ¿Por qué se escondió tres años detrás de @OperadorNuclear?
- Esencialmente, porque no tenía ningún interés en darme a conocer. Solo quería contribuir a que la gente tenga menos miedo a la energía nuclear y ponerla en valor, porque creo que es esencial para nuestra sociedad. Además, también tenía cierto temor a que la defensa de la energía nuclear me causara problemas.
- Como operador nuclear, perdóneme, me viene a la cabeza Homer Simpson.
- Sí, realmente es el referente para mucha gente. Yo trabajé varios años como operador de reactor. Luego, durante más de diez, como jefe de sala de control. Y ahora soy ayudante de jefe de turno en la central nuclear de Ascó.
- ¿No es un poco exagerado eso de que la energía nuclear salvará el mundo?
- Los títulos de los libros de divulgación tienen que llamar la atención y, al mismo tiempo, ser veraces, y este lo es. La energía nuclear puede salvar el mundo de cuatro formas.
- ¿Cuáles?
- Mitigando, junto con las renovables, el calentamiento global gracias a sus bajas emisiones de gases de efecto invernadero. Además, si conseguimos la fusión nuclear, tendremos una fuente de energía limpia y barata. Y también está su uso en la medicina y el control de plagas. Hay una cuarta forma, muy friki, que tiene que ver con la ciencia ficción y prefiero dejar que la descubran los lectores del libro.
- Sin embargo, la energía nuclear tiene muy mala imagen.
- Es que tuvo un estreno desastroso con las dos bombas de Japón. Matar a cientos de miles de personas no es un buen estreno para una tecnología. Después, mucha gente no ha sido capaz de separar el uso pacífico del militar, cuando ambos se separaron ya en los primeros años y no tienen ningún vínculo. Pero eso caló en la opinión pública y a las organizaciones antinucleares, especialmente a Greenpeace, les interesa no separar esos usos.
- ¿Por qué?
- Creo que porque la oposición a la energía nuclear es una de las principales vías para recaudar fondos. En ese sentido, no están haciendo un gran servicio a la sociedad. Al oponerse a la energía nuclear, favorecen que se sigan quemando combustibles fósiles. Especialmente, gas natural, que es el máximo rival de la energía nuclear a la hora de complementar a las renovables variables.
- Usted siempre destaca ese papel de complemento de la energía nuclear en la transición hacia un mundo descarbonizado.
- Funciona las 24 horas del día durante 365 días al año. Por eso, es un respaldo a las renovables variables. No siempre brilla el Sol ni hay viento suficiente. Para cubrir la demanda con garantías, está la energía nuclear.
- Pero existe el riesgo de accidentes graves, como los de Chernóbil y Fukushima.
- En Chernóbil se registraron algo más de cien muertes directas por altas dosis de radiactividad, y la ONU estima que otras 4.000 por efectos a largo plazo. En Fukushima no se ha documentado ni una muerte por radiactividad, porque había mejores medidas de seguridad. A pesar de estos accidentes, la energía nuclear es la que ha provocado menos muertes por unidad de energía generada de todas las existentes, incluidas las renovables.
- De acuerdo, pero sólo la palabra radiactividad ya da miedo.
- Todo es radiactivo. Nosotros somos radiactivos. Tenemos en el cuerpo sustancias radiactivas de forma natural. El carbono-14, que se usa para datar fósiles, es radiactivo y lo tenemos en el cuerpo, como lo tienen todos los alimentos que ingerimos. También tenemos potasio-40. Estamos rodeados de radiactividad; pero lo importante es la dosis: no pasa nada por estar cerca de otra persona o comer un alimento.
- Incluido un plátano.
- El plátano tiene potasio 40, que es radiactivo. Pero que nadie deje de comer plátanos por esto porque la dosis es minúscula. Para una dosis mortal, habría que comer 80 millones de plátanos de una sentada.
- Parece difícil.
- Sí. Y al comer un plátano recibes una mayor dosis de radiación que por vivir un año junto a una central nuclear.
- Vale, pero siempre nos quedarán los residuos...
- Ese combustible usado se puede almacenar a 500 metros de profundidad en lugares que han permanecido geológicamente estables durante cientos de millones de años, cuando sólo necesitamos 10.000 años de estabilidad. Pero es que además esos residuos se pueden utilizar como combustible en los reactores de cuarta generación. Actualmente, sólo usamos el 5% de la energía del uranio. Esos nuevos reactores aprovecharán más del 99%, y los residuos que generan solo son activos decenas de años. Como mucho, unos doscientos años.
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