¿Era navarro Cristobal Colón?

José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Legal y Forense de la UGR, Juan Carlos Álvarez Merino y Marcial Castro decidieron no 'malgastar' el ADN que se había extraído de los restos del almirante, de su hijo Diego y de su hermano Hernando. En total, casi una veintena de vestigios que incluyen hasta una pieza dental. Desde entonces, los huesos de Colón han permanecido en una sala blindada de la UGR. Hoy, 515 años después de la muerte del navegante, los investigadores reiniciarán el estudio genético.

Comienza una carrera contra el reloj con la vista puesta en el 12 de octubre, cuando TVE estrenará una miniserie y un documental sobre el origen de Colón, financiado por el ente público y Story Producciones. Antes, se compararán las muestras genéticas de la familia del almirante con las de personajes vinculados con algunas de las siete teorías presentadas ayer en Granada, en el primer encuentro mundial sobre el origen de Colón.

Valencia, Portugal, Cataluña, Galicia, Navarra y Mallorca serán algunos de los posibles orígenes que tendrá en cuenta el equipo de Lorente en su análisis genético. El responsable del proyecto, con un coste de unos 30.000 euros. destacó ayer la complejidad del estudio, que se coordinará desde Granada, pero en el que participarán cinco laboratorios internacionales. La sede central será el Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la UGR, de donde saldrán las muestras guardadas en 2005.

Ayer se expusieron en la UGR las teorías que, al margen de la que defiende su origen italiano, hay sobre el origen del almirante. Durante el encuentro, presentaron sus hipótesis Francesc Albardaner i Llorens, defensor de la teoría valenciana; Fernando Branco, José Mattos e Silva, Antonio Mattos e Silva y Carlos Evaristo, promotores de las tres portuguesas; José Mari Ercilla, de la navarra; Gabriel Verd Martorell, de la mallorquina; Eduardo Esteban Meruéndano, de la gallega; y Alfonso Carlos Sanz Núñez, de la castellana. Todas tienen una base coherente.

La teoría castellana hace de Colón un miembro de la familia de los Mendoza, lo que se apoya en cartas de la época. Las tres portuguesas le convierten en corsario, con el seudónimo de Pedro Ataide; en hijo bastardo de don Fernando, duque de Beja y de Viseu; y en bastardo de la princesa Leonor de Aviz y Joao Menezes da Silva. En los tres casos hay documentos que avalarían las tesis. Al igual que los hay de la valenciana, según la cual el navegante sería miembro de una familia judía de tejedores de seda de origen ligur, y de la mallorquina, que hace del almirante un persona de sangre real, hijo del príncipe de Viana, sucesor de la Corona de Aragón y, por tanto, pariente de Fernando El Católico. La teoría navarra, por su parte, avala los lazos con esa tierra en la designación de muchos topónimos americanos, y la gallega alude a que la única festividad celebrada por Colón en sus viajes fue la de la patrona de Pontevedra, entre otros aspectos. Los responsables del nuevo proyecto confían en que el ADN resuelva el misterio definitivamente.

Lorente aventura que el análisis de los restos se realizará en las próximas dos o tres semanas, y que el estudio subsiguiente podría arrojar los primeros resultados en dos meses. El investigador destacó ayer que cada laboratorio hará sus análisis de forma independiente. «El objetivo es que los resultados obtenidos por cada equipo de expertos no mediatice el que realicen los otros, por lo que cada uno hará su camino con los medios a su alcance». Aunque cauto, Lorente espera que se consigan resultados concluyentes, de difícil discusión.