El filósofo Daniel Innerarity y el biólogo Arkaitz Carracedo.

El filósofo bilbaíno Daniel Innerarity, Premio Nacional de Humanidades

El biólogo Arkaitz Carracedo, Premio Nacional de Investigación para Jóvenes Margarita Salas por sus trabajos sobre el cáncer

Viernes, 7 de octubre 2022, 00:52

El filósofo Daniel Innerarity y el biólogo Arkaitz Carracedo obtuvieron ayer sendos premios nacionales de investigación. El Ministerio de Ciencia e Innovación ha concedido este ... año esos reconocimientos en veinte categorías, las diez que existen desde 1982 y otras diez a jóvenes por primera vez. Estas distinciones son las más importantes de España en el campo de la investigación y están dotadas con 30.000 euros en cada categoría.

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Daniel Innerarity (Bilbao, 1959) es catedrático de filosofía política y social, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco y director del Instituto de Gobernanza Democrática. Ha ganado el Premio Nacional de Investigación Ramón Menéndez Pidal en Humanidades «por su contribución a la adaptación de los principios normativos de la democracia a las sociedades actuales, lo que supone un mejor conocimiento acerca de la política y una aportación especialmente relevante para la convivencia humana, a través de su teoría de la democracia compleja».

«Los grandes desafíos que tenemos como civilización solo se pueden resolver en contextos democráticos. Fuera es imposible»

Daniel Innerarity

Primer filósofo premiado

«Llevo casi toda mi vida trabajando en la adaptacióon de unos conceptos pensados hace 300 años -poder, representación, soberanía, territorio...- a unas sociedades muy diferentes. A unas sociedades más plurales, con unas tecnologías más sofisticada, más diversas, interdependentes... Mi teoría, la de la democacia compleja, es que tenemos que poner en juego más valores, más principios y más actores para que esto funcione bien. Porque el gran enemigo de la democracia es la simplificación», advierte.

Hace falta «un nuevo modelo», dice el filósofo, profesor en el Instituto Universitario Europeo en Florencia. «Parece que quien simplifica tiene todas las de ganar. Mi hipótesis es que en el corto plazo la simpleza, lo burdo, suele ser recompensada, pero para enfrentarnos a los grandes retos necesitamos instrumentos y prácticas más sofisticadas, una democracia de calidad». Aunque vivimos tiempos turbulentos, Innerarity es optimista a largo plazo. «Los grandes desafíos que tenemos como civilización -el cambio climático, la transformación del modelo productivo....- solo se pueden resolver en contextos democráticos. Fuera es imposible»

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«Hay una circunstancia de este premio que me hace especial ilusión: desde 1982 es la primera vez que se le da a un filósofo. Creo que puedo decir, con orgullo de gremio, que se reconoce de alguna manera la importancia de la filosofía a la hora de pensar la democracia contemporánea», añade.

«Necesitamos pensar en las nuevas generaciones que van a hacer que la ciencia sea un motor económico y de salud»

Arkaitz Carracedo

Arkaitz Carracedo (Bilbao, 1979), investigador Ikerbasque del CIC bioGUNE y profesor de la UPV/EHU, ha sido reconocido con el Premio Nacional de Investigación para Jóvenes Margarita Salas en Biología «por abordar, con un éxito extraordinario, cuestiones de gran relevancia en la vanguardia de la investigación del cáncer, especialmente en la señalización y el metabolismo de las células cancerosas». «En mi grupo queremos entender cómo funciona la célula del cáncer. Tenemos que entender sus entresijos para saber qué marcadores nos ayudan a diagnosticarlo más temprano y qué tratamientos son más eficaces y cuándo hay que aplicarlos», explicó ayer a este periódico desde Basilea, donde asistía a una reunión europea de un proyecto de estudio de la metástasis.

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Carracedo, que entre 2007 y 2010 se especializó en biología del cáncer en Nueva York y Boston, considera el premio «un reconocimiento» al trabajo de su equipo, que les anima «a seguir adelante con ilusión». Más allá de lo personal, cree que «a nivel filosófico» los galardones nacionales a menores de 40 años, que se han concedido este año por primera vez, sirven para dar visibilidad a los jóvenes científicos «en un momento en el que necesitamos pensar en el tejido investigador del futuro, en las nuevas generaciones que van a hacer que la ciencia de nuestro país tenga valor y sea un motor económico y de salud».

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