Domingo, 21 de octubre 2018, 22:31
A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
Mike Blake - REUTERS
A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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A principios de septiembre, Ryder Devoe, de 19 años, emergió de las azules aguas de San Diego con su neopreno de camuflaje, gritando: «lo atrapé». Un hermoso ejemplar de atún rojo de más de 90 kilos, una especie que apenas se veía en las costas californianas desde hacía décadas, había sido alcanzado por su arpón. Devoe, a quien además del buceo libre también apasiona el surf, se siente feliz. «Este año mi objetivo es cabalgar las olas más grandes de México y capturar otro atún de aleta amarilla.»
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