Cataluña y Euskadi lideran los casos diagnosticados de gonorrea y clamidia

Según las cifras hechas públicas por el Departamento de Salud hace unos meses, en cinco años las infecciones por gonorrea se han disparado un 177% en Euskadi. 1.189 las personas fueron diagnosticadas de esta enfermedad en 2022. Y esta no es la venérea más frecuente entre los vascos. Ese dudoso honor lo tiene la clamidia, con 1.514 casos en el último ejercicio con datos oficiales frente a los 599 de 2018.

El incremento de estas infecciones -también de la sífilis- es generalizado en todo el territorio nacional y en Europa. El Ministerio de Sanidad señala que este aumento comenzó en el año 2000. En Euskadi la explosión se ha dado en el último lustro, en especial tras la pandemia. Esto es algo que no ha sorprendido a los expertos. «Existe literatura científica en la que se recoge que después de una crisis aumentan las infecciones de transmisión sexual, como consecuencia de los cambios de comportamiento y de modos de vida», explica Pello Latasa, responsable de Vigilancia Epidemiológica de Euskadi. De alguna manera son los nuevos locos años 20. Al menos a nivel sexual.

Latasa señala que han coincidido varios cambios sociales en los últimos años que han favorecido el fuerte aumento de las enfermedades venéreas. En primer lugar está que los jóvenes «cada vez tienen relaciones sexualmente activas a edades más tempranas». A esto se suma la proliferación de las «aplicaciones de citas». La tercera pata es que el abanico de relaciones afectivas se ha ampliado y para los jóvenes actuales es más frecuente tener «más parejas sexuales» que las de generaciones anteriores. Si a este cóctel se le añade la falta de preservativo el resultado es el actual. Un fuerte aumento de los casos, en especial en jóvenes varones de entre 25 y 35 años, aunque también cada vez más en mujeres.

Que Euskadi sea una de las comunidades donde más se detecta este tipo de infecciones obedece a varios factores. Latasa explica que a la mejora de las técnicas de detección se suma el interés de Osakidetza para que todos los resultados de los laboratorios de Microbiología queden bien registrados, aunque esto implique tener unas tasas de diagnóstico más elevadas que otras comunidades.

En otras autonomías, ya sea por la estigmatización de estas enfermedades o por otros motivos, una parte de la población prefiere acudir a una clínica privada a realizarse este tipo de analíticas. Y los resultados que se obtienen en estas pruebas no siempre llegan a los registros oficiales de enfermedades de declaración obligatoria.

Latasa explica que «hay más de 30 virus, parásitos y bacterias que se transmiten por contacto sexual», de los que solo tres -gonorrea, sífilis y clamidia- son de declaración obligatoria, además del sida. El experto anima a aquellas personas que tengan dudas sobre si están infectados o les haya aparecido alguna lesión en los genitales que acudan a consultar a un profesional. «Merece la pena», indice. Osakidetza cuenta con centros específicos de enfermedades sexuales en los tres territorios. El de Bizkaia está bastante tensionado por la notable cantidad de pacientes que recibe.

El experto insiste a su vez en la importancia de la prevención para evitar contagios. «El uso del preservativo se ha relajado y sigue siendo el elemento de protección más eficaz. La sexualidad puede ser amplia, completa y satisfactoria, pero también segura».