Investigan si el calentamiento apaga el plumaje de las aves
Un estudio en el que ha participado un expertode la UPV sugiere que el vistoso herrerillo está palideciendo por lasubida de la temperatura
Laura González
Domingo, 21 de agosto 2022, 01:22
El herrerillo común es uno de los pájaros de mayor colorido de Europa. De 11,5 centímetros del pico a la cola, destaca por su ... llamativo plumaje, con una corona azul y el pecho amarillo. Características que en unos años podría perder, o al menos podrían no ser tan vistosas, lo que afectaría a su supervivencia. Y podría ser culpa del cambio climático.
Es la conclusión de un estudio de quince años realizado en el sur de Francia por científicos de la Universidad del País Vasco y del Centre d'Écologie Fonctionnelle et Évolutive de Montpellier (CEFE-CNRS). Una investigación, publicada en 'The American Naturalist', en la que ha participado David López-Idiáquez. «Esta es una especie modelo en ecología evolutiva. Hay mucha gente estudiándola porque es fácil de capturar y cría en cajas. Era muy adecuada para nuestro estudio sobre ornamentación por sus rasgos de color y porque existían datos sobre la coloración de sus plumas», explica el biólogo vasco.
Ejemplares de la zona de Montpellier y del noroeste de Córcega fueron monitorizados y capturados cada año entre 2005 y 2019, coincidiendo con la etapa de cría, entre mayo y finales de junio. Los investigadores consiguieron así más de 5.800 observaciones sobre sus características y comprobaron que en quince años la intensidad de la coloración del herrerillo común «se ha reducido de media un 15%».
«Estudiamos si ese decrecimiento se producía a nivel genético y vimos que no, lo que indica que probablemente se trate de un cambio de los individuos a las condiciones ambientales. El siguiente paso fue estudiar cómo se correlacionaba con la temperatura y la precipitación. Ahí vimos que en Córcega había una asociación. Eso, sumado al hecho de que allí el clima se ha hecho más caluroso -con una subida de 1,23º C- y más seco en verano, nos ha llevado a sugerir que podría ser una consecuencia del cambio climático», dice López-Idiáquez.
Los investigadores creen que la pérdida de color se produce de forma indirecta, debido a la menor abundancia de alimento o a que este es de peor calidad, entre otros aspectos, por la subida de la temperatura. «Esto puede influir en la cantidad de energía que el ave puede dedicar a la ornamentación. A priori, estos rasgos son costosos. Consumen muchos recursos. Tener más color es más caro».
Más que un cambio estético
La menor intensidad en el colorido es más que un cambio estético. «Tanto la corona azul como el pecho amarillo indican la calidad de los individuos en todos los contextos. Por ejemplo, en las hembras a la hora de elegir pareja y en los machos cuando compiten por recursos como la comida». Dado que estos ornamentos cumplen importantes funciones en los sistemas de comunicación de estas aves, los cambios pueden tener graves consecuencias. «No se ha estudiado, pero podría afectar a la pervivencia de las poblaciones o a cómo estas se adaptan a los cambios ambientales».
Lo mismo que le ha sucedido al herrerillo de Córcega podría estar pasando a los de Euskadi y también a otros animales. «Investigaciones como esta son el primer paso para descubrir qué consecuencias tienen los cambios ambientales para la supervivencia de las poblaciones. Ya hemos visto que puede afectar; ahora hay que ver cómo. Esto abre muchas preguntas que deberán responderse en el futuro», indica López-Idiáquez.
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