Los ecologistas critican «el blanqueo» de la energía atómica y el gas
Ante la propuesta europea de considerar 'verdes' las tecnologías contaminantes, el Gobierno vasco subraya su apuesta por las fuentes renovables
«Todavía esperamos que se imponga el sentido común. En los próximos cuatro meses tiene que debatirse la propuesta de la Comisión Europea que pretende ... calificar de 'verdes' a la energía nuclear y el gas. Confiamos en que los gobiernos de los países actúen de cortafuego», apunta Alicia Cantero, responsable de Incidencia Política y Empresarial de Greenpeace España. Entre sus aliados cuentan con el propio Ejecutivo central, el único de la UE que se ha posicionado en contra del etiquetado verde de las dos tecnologías contaminantes «porque no podemos dar un paso atrás en materia de cuidado del clima», insistía ayer María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública, en sintonía con lo que ya expresó rotundamente el fin de semana Teresa Ribera, titular de la cartera de Transición Ecológica.
Todos los grupos medioambientalistas han recibido con indignación el plan de Bruselas, aunque no les haya sorprendido. A juicio de Ekologistak Martxan, «está claro que en el último año la presión de los lobbies contaminantes ha sido tremenda y todo porque quieren seguir disfrutando de su statu quo». Para que no cambie nada, denuncian los activistas, «han conseguido que desde Europa se quiera implantar el 'lavado verde' de la energía nuclear y el gas, algo así como un blanqueo...».
El Ejecutivo central se muestra contrario al etiquetado 'verde' de ambas energías
La postura en Euskadi
El Gobierno vasco no pierde de vista la controversia en torno al etiquetado 'green' dentro de la UE, pero no entra en valoraciones: «La energía nuclear no es nuestra apuesta, y habiendo cerrado el debate sobre el gas, nosotros trabajamos para sacar adelante infraestructuras de energías renovables», zanjan desde el Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras. Un empeño en el que el Ejecutivo de Vitoria se aplica a fondo para hacer frente al aumento de la demanda energética en Euskadi. Se calcula que en 2030, con respecto a 2015, el incremento será del 14%.
El objetivo de la UE es reducir las emisiones de CO2 en un 55% para 2030. Una meta difícil de conseguir si proliferan las emisiones de metano del gas natural y los residuos atómicos. El colectivo ecologista Friday for Future considera «inconcebible e incomprensible» que las fuentes de emisión de gases de efecto invernadero puedan llegar a recibir la vitola de 'verde'. Una estrategia que, en su opinión, desmoraliza a los inversores con sensibilidad medioambiental.
«Se corre el peligro de que el dinero no recaiga en los proyectos que se lo merecen. Eso es gravísimo», advierten los ecologistas. No les sirve de consuelo que el etiquetado sea temporal: no más allá del 2030 en el caso del gas y hasta 2045 si se trata de energía nuclear. «Es demasiado tiempo. En términos de cambio climático, cada año cuenta».
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