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Ainhoa Múgica
Jueves, 21 de febrero 2019
La víbora de Hondarribia no es tal. Se acaba de descubrir de que se trata de una broma pesada de una mujer que lanzó el bulo de que el reptil andaba suelto por la villa. Ello provocó un amplio operativo en la localidad guipuzcoana para localizar al animal que ahora ha quedado desactivado tras confesar la joven que dio la alerta de que la foto que había enseñado a las autoridades de la peligrosa culebra de mordedura mortal era falsa, durante un interrogatorio de la Ertzaintza. La gracieta puede resultarle muy cara, porque ha sido imputada por un delito que puede ser castigado con penas de prisión de entre tres meses y un año, ha informado el Departamento vasco de Seguridad
La búsqueda de la víbora de Gabón había obligado a emplearse a fondo a policía municipal de Hondarribia, Ertzaintza, guardas forestales de la Diputación y herpetólogos de Aranzadi en la marismas de Amute. El exótico (y a la postre falso) ejemplar se supone que fue visto por dos mujeres que paseaban por el camino de las cercanías del restaurante Beko Errota y que lo fueron transmitiendo (aunque en el fondo era mentira).
Según su historia, se trataba de un reptil poco habitual en la zona y le sacaron una fotografía que una de las jóvenes facilitó el miércoles a la Policía municipal de la localidad. Los agentes dieron credibilidad al testimonio y consultaron con el técnico de fauna de la Diputación y este determinó que se trataba de una culebra extremadamente peligrosa. A primera hora de ayer los guardas forestales junto con herpetólogos de Aranzadi iniciaron la búsqueda del animal.
La víbora de Gabón vive en las zonas boscosas de áfrica tropical y es una de las más peligrosas de la especie. «Aunque la mordedura de la serpiente puede ser mortal debido a la cantidad de veneno que inocula, es un reptil muy poco agresivo», señaló a este periódico Carlos Cabido herpetólogo de Aranzadi encargado de las labores de búsqueda de la temida culebra. La de Gabón es la víbora más grande que existe, ya que puede alcanzar hasta dos metros de longitud y doce kilos de peso.
La Policía contactó con el servicio foral de guardas forestales y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, cuyo servicio de Herpetología se hizo cargo de la búsqueda del reptil mediante rastreos de la zona y la instalación de trampas para su captura. No obstante, las labores de búsqueda resultaron estériles lo que, unido a las dudas existentes sobre las diferencias del paisaje en el que supuestamente estaba el animal y el fondo de la fotografía, han terminado por poner en evidencia la falsedad de la denuncia formulada. , según han confirmado fuentes del caso.
Tras constatarse la falsedad de la denuncia, la Ertzaintza ha imputado a la responsable por un delito de desórdenes públicos, descrito en el artículo 561 del Código Penal. Este artículo, introducido en el Código Penal para perseguir los bulos, indica textualmente que «quien afirme falsamente o simule una situación de peligro para la comunidad o la producción de un siniestro a consecuencia del cual es necesario prestar auxilio a otro, y con ello provoque la movilización de los servicios de policía, asistencia o salvamento, será castigado con la pena de prisión de tres meses y un día a un año o multa de tres a dieciocho meses».
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