«Vamos a seguir actualizando el autogobierno», promete Urkullu

La idea de «identidad» vertebró las palabras de Urkullu, pero siempre vinculada a conceptos tangibles. Por ejemplo, al propio autogobierno, «una idea nuclear en nuestra historia». «Nuestro sistema de autogobierno es expresión clara de nuestra identidad como pueblo. El autogobierno refleja una manera de preservar la identidad, avanzar en el bienestar y la convivencia y construir una comunidad política diferenciada y singular», recalcó el lehendakari, que dejó claro que, pese a la «gestión de los tiempos políticos en cada momento», en el PNV «ni olvidamos ni orillamos» ese «punto de partida», el compromiso de «defender, proteger, desarrollar, renovar, avanzar y proyectar» el sistema propio de Euskadi.

«Vamos a seguir actualizando y renovando nuestro marco de autogobierno en Euskadi y fuera de Euskadi», prometió el lehendakari, que tuvo muy presente en su discurso la proyección internacional vasca, por ejemplo con la Agenda 2030 en Naciones Unidas o, sobre todo, en la Unión Europea con los distintos organismos de proyección del Arco Atlántico, la eurorregión que comparte con Navarra e Iparralde, en la comunidad de trabajo de los Pirineos o impulsando la participación de las regiones con capacidad legislativa en los organismos decisorios de la Unión.

La idea fuerza del lehendakari fue la de «aunar» el «sentimiento de pertenencia» con la prosperidad, el consenso y la justicia social. De hecho, reivindicó la vertiente «social» de la identidad vasca, con la vista puesta en los grandes retos para legar una Euskadi mejor a las generaciones venideras. Por ejemplo, garantizar un «envejecimiento activo», una «salud de vanguardia personalizada» y un «pacto social de cuidados», además de acuerdos de país por os derechos de la infancia, la juventud y los derechos sociales. «Empatía intergeneracional y colaboración entre generaciones. La hoja de ruta no se puede escribir con miradas distintas por edades», advirtió, incidiendo en la importancia del pacto educativo, la emancipación juvenil o la conciliación familiar. En definitiva, construir nación como «un lugar inclusivo y que tenga por bandera el respeto al diferente». «Una bandera que nos une, que suma, una bandera que abraza», resumió.