Urkullu rechaza la vía unilateral en Cataluña y critica la «obsesión por el 155»
El lehendakari cita a Unamuno en la apertura del año judicial, rechaza la «unilateralidad» y reivindica la 'vía vasca' basada en el «pacto»
El lehendakari ha defendido este viernes ante la cúpula judicial de Euskadi la llamada 'vía vasca' basada en «la negociación y el pacto», una expresión ... que Iñigo Urkullu siempre utiliza en contraposición a la «unilateralidad» catalana. Este mediodía lo ha hecho de nuevo en su discurso en el acto solemne de apertura del año judicial, en el que el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Juan Luis Ibarra, ha apelado a la necesidad de preservar la «independencia» judicial y ha demandado una reforma urgente para modernizar la Administración, reducir la tasa de casos pendientes y digitalizar las causas. El lehendakari, por su parte, ha recogido el guante de esa demanda de «soluciones» que plantean los jueces y ha querido poner el foco en la cultura «pactista» como «un activo de nuestro país». Y de esa percha ha colgado la defensa de una vía «de naturaleza política» que «permita superar los planteamientos de carácter unilateral que se encuentran con un muro de incomprensión absoluta».
En vísperas de que se haga pública la sentencia del 'procés' y de que, previsiblemente, se radicalice la pugna dialéctica entre las fuerzas constitucionalistas y los independentistas catalanes, Urkullu ha citado a Miguel de Unamuno, de plena y controvertida actualidad tras el estreno de la película de Alejandro Amenabar, para recordar que «vencer no es convencer». «Convencer demanda ser consciente de que habrá que ceder», ha advertido Urkullu, que ha defendido la rebaja «mutua» de las posiciones de unos y otros si eso redunda en el «bien común, la estabilidad, gobernabilidad, convivencia, atención a las necesidades de las personas y respuesta a los retos de futuro».
Para Urkullu, los poderes del Estado deberán decidir tras las elecciones del próximo 10 de noviembre si «mantienen posiciones numantinas o exploran nuevas vías de salida y solución». Tras enarbolar Pedro Sánchez, a quien hasta ahora el PNV estaba dispuesto a a apoyar sin contrapartidas si eso servía para alumbrar una mayoría «progresista», la posible suspensión de la autonomía catalana en caso necesario, el lehendakari ha confiado en que «el 11 de noviembre» comience una «nueva etapa» en la que «quede atrás la obsesión del 155 y se afronte con determinación la búsqueda de soluciones políticas» a la «crisis del modelo territorial del Estado».
Él, por su parte, ha preferido ver la botella medio llena y ha dado más importancia al calendario de transferencias pactado con Sánchez que al hecho de que el Estatuto de Gernika siga «incumplido» en vísperas del 40 aniversario de su aprobación, el próximo 25 de octubre. Además, se ha mostrado «convencido» de que la «actitud pactista» en Euskadi permitirá no solo completar el «autogobierno reconocido» sino «avanzar en un proceso de actualización, modernización y profundización» del actual marco a través de la previsión de la Disposición Adicional Única del Estatuto, que contempla la actualización de los derechos históricos. En puertas de que la comisión de expertos remita el 30 de noviembre al Parlamento el borrador de texto articulado del nuevo Estatuto, Urkullu ha insistido en un acuerdo «interno» previo en Euskadi que culmine después en un «nuevo pacto con el Estado» basado en la «concertación» con «garantías» de que se cumpla lo acordado.
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