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'Josu Ternera' recibe una talla de madera con el hacha y la serpiente de manos de su hijo al salir de la cárcel. EL CORREO

La talla de madera con la que ETA pretende reescribir su pasado

El comunicado de la banda elimina el tradicional anagrama blanco y azul de ETA y, como anunció, lo sustituye por una escultura elaborada en el franquismo

óscar b. de otálora

Viernes, 20 de abril 2018, 11:49

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El último comunicado de ETA está ilustrado con una pequeña fotografía de una talla de madera en la que se ven el hacha y la serpiente, símbolos de la banda, junto a la frase 'bietan jarrai', una estrella roja y un lauburu. La imagen clásica de una culebra blanca blanca enroscándose en una enorme hacha en color blanco sobre fondo azul ya ha desaparecido. Este cambio no es gratuito ni estético.

La utilización de esta pieza de madera en sus comunicados ya fue anunciada por la banda en septiembre de 2017 y lo que pretende es retrotraer los símbolos de la organización terrorista al franquismo -época en la que fue tallada esa pieza de madera mientras su autor estaba exiliado en Francia-. Es un intento de modificar sus emblemas para representarse en el relato histórico como unos luchadores contra la dictadura y no como unos terroristas que intentaron destruir la democracia.

Resistencia francesa

Aunque el hacha y la serpiente son una constante, el estilo y las referencias históricas son totalmente distintas. La talla de madera tiene su origen en la Guerra Civil. Su autor fue Félix Likiniano, un miembro de la CNT que, tras luchar con las milicias anarquistas en Gipuzkoa, huyó a Francia tras la victoria de Franco y se unió a la Resistencia francesa. En 1970 vivía en Bayona y, entre otras aficiones, se dedicaba a la escultura.

A la izquierda, talla de madera utilizada por ETA en su último comunicado. A la derecha, el símbolo empleado hasta ahora.

Ese año talló el hacha y la serpiente y se la enseñó a varios militantes de la banda a los que invitó a su casa en la calle Marengo de Bayona. A los etarras, para quienes Likiniano era un símbolo del antifranquismo que ellos querían emular, les encantó la imagen y comenzaron a utilizarla en sus comunicados. No obstante, se produjo un debate ya que no estaba claro qué representaba el ofidio y la herramienta afilada. Para ETA era una fascinante imagen violenta: el golpe mortal asestado con la agilidad de la serpiente. Sin embargo, también se realizaron lecturas en las que los propios miembros de la banda afirmaban que el símbolo se refería a la utilización de la fuerza con inteligencia o de la utilización de dos vías, la violencia y la política. En cualquier caso, el hacha y la serpiente se convirtieron en la imagen más reconocible de la organización terrorista.

Estrella roja

La talla de madera y el emblema habitual tienen también algunas diferencias menores. En la pieza de Likiniano se ve un lauburu, un emblema del folklore vasco utilizado por el nacionalismo, algo que no aparece en la marca posterior de la banda. Pero ambas imágenes comparten la estrella roja, una representación comunista utilizada en la simbología soviética.

Likiniano falleció en 1982 y fue homenajeado por Herri Batasuna en varias ocasiones. Dado que talló numerosas piezas con el hacha y la serpiente es imposible establecer cuál es la primera. Posteriormente, este escudo en madera se ha utilizado como regalo para etarras que salen de la cárcel y otras copias han aparecido en casa de colaboradores de la banda detenidos. Cuando ETA anunció que la talla sustituiría a su icónica imagen azul y blanca ya señaló que su intención era realizar una lectura de su actuación «mirando hacia atrás». En el propio comunicado difundido hoy la banda ahonda en esta idea y remonta sus referencia al bombardeo de Gernika. «Las generaciones posteriores (a la destrucción de la villa vizcaína) heredamos aquella violencia y aquel lamento», se arrogan. Este es el viaje con el que ahora pretende reescribir su historia.

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