«El PSOE y el PP deben resolver esta situación de empate catastrófico»
Considera que los populares deben pasar a la «contraofensiva» para «arrinconar a Vox»
José María Lassalle (Santander, 1966) fue secretario de Estado con Mariano Rajoy en La Moncloa durante ocho años, primero de Cultura y luego encargado del ... área de Sociedad de la Información y Agenda Digital. Lassalle dejó el PP en 2018, pero sigue convencido de que España necesita de un «centroderecha reconocible». Apuesta por la «centralidad política» y considera que Alberto Núñez Feijóo debe aprovechar los malos resultados obtenidos por Vox en las elecciones de julio para «contraatacar».
Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas, escritor y columnista, aboga por marcar distancias de forma clara con los de Santiago Abascal. «Hay que tener el suficiente valor para arrinconarles y perder los complejos. No pensar que son de los nuestros pero que se han esquinado». Lassalle ve factible que Pedro Sánchez sea investido presidente, pero no tiene claro cuánto puede durar la legislatura. Y en una España marcada por la inestabilidad, pide al PSOE y al PP que tiendan puentes, aunque no es especialmente optimista.
- ¿Se imaginaba en algún momento que la investidura de España dependiese hasta tal punto de Carles Puigdemont?
- La verdad es que no, pero tampoco me ha extrañado dada la complejidad de cómo se organiza la política nacional y cómo está la correlación de fuerzas entre la periferia, la centralidad, la derecha, la izquierda... Hay una tensión que hace posible lo increíble, bueno, más bien lo inenarrable.
- ¿Evidencia de forma clara que los puentes entre el PSOE y el PP están rotos absolutamente?
- Tal y como están las cosas, y si no se resuelven con moderación, sensatez, con una visión en la que prime más el interés común que el partidista, la relación entre ambos partidos está rota y de manera definitiva durante mucho tiempo.
«La relación entre ellos está rota de manera definitiva durante mucho tiempo»
- ¿Está España condenada a la inestabilidad?
- Pues sí, comienza a convertirse otra vez en algo crónico, como ocurrió en el siglo XIX. Perdió oportunidades extraordinarias para encabezar el liderazgo europeo y estar a la cabeza de los países de nuestro entorno junto a Francia, Inglaterra, Alemania, Italia... La sociedad no pudo sacar provecho de sus capacidades y nuestra situación ahora vuelve a parecerse a la de entonces. Estamos cronificando el problema de la política.
- ¿Y no es un poco lamentable que en el siglo XXI repitamos los esquemas del XIX?
- Es que el siglo XXI no nos está aportando demasiada esperanza. No hay capacidad para anticipar escenarios optimistas a corto plazo. Otra cosa es hacia el futuro. Ahí soy más optimista.
- ¿Es un problema de personas? ¿Sería muy diferente si no estuvieran Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo?
- Es un problema de inercias y de incapacidad personal en el ejercicio de los liderazgos de los dos grandes partidos. Tienen que resolver está situación de empate catastrófico. Están siendo incapaces de poner en valor la fuerza que tiene la centralidad que ambos comparten.
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- ¿Cree que saldrá adelante la investidura de Pedro Sánchez?
- Si saliese adelante tendríamos un Gobierno que estaría fuertemente marcado por una inestabilidad potencial. Estará condicionado por un soberanismo enloquecido que ha dejado atrás el 'seny' catalán. Tenemos por delante exigencias europeas muy complejas vinculadas a la consolidación fiscal, la política relacionada con las pensiones... Exigencias que necesitan de mayorías muy amplias que ese Gobierno no podría aportar.
- También en 2020 parecía que no iba a durar y aguantó toda la legislatura...
- Ya, pero las sumas son muy complicadas.
- ¿Habrá repetición electoral?
- No lo sé, porque creo que hay posibilidades de que la investidura salga adelante. Está legislatura puede comenzar su andadura, lo que no tengo tan claro es hasta dónde llegará.
- ¿Por qué Núñez Feijóo se quedó el 23-J por debajo de las expectativas creadas?
- Porque una parte significativa del voto de centro, especialmente femenino, que había votado al PP en las autonómicas y en las municipales, se pensó la última semana de campaña si debía volver a hacerlo, dudó y decidió que no. Hay que analizar los porqués y el PP debe hacer autocrítica.
- ¿Y cuáles son esos porqués?
- El PP tenía un compromiso con un electorado asentado en la centralidad y con unos valores éticos que no aceptan los votos de alguien a cualquier precio. La gestión de los acuerdos de investidura con Vox a nivel autonómico ha sido nefasta, no solo por lo que se ha visto, sino por las cosas que se han dicho, cómo se han proyectado y porque el objetivo de ganar de forma amplia las elecciones no se va a conseguir quitándole votos a Vox, sino quitándoselos a tu competidor directo que es el Partido Socialista.
«Hay que combatirlos como se combate a cualquiera que cuestiona el pluralismo»
«Inquietante»
- ¿Está atrapado el PP en su relación con Vox?
- Ahora mismo la fotografía es de un PP que no solo debe asumir lo que pueda pasar en Castilla y León, sino también en Extremadura, Aragón... Es un suma y sigue que va generando una normalización inquietante.
- Sin embargo, hay destacados miembros del PP que dicen justo lo contrario. Que se tendría que normalizar la relación con los de Santiago Abascal.
- Estoy un poco harto de escuchar a todos los que hablan de liberarse los complejos de que apelen constantemente a los complejos que tienen ellos mismos. 'Excusatio non petita'...
- ¿A qué se refiere?
- Algunos están acomplejados de no ser capaces de reconocer que quizá donde mejor estaban es en Vox y no en el PP. Pero eso requeriría que lo analicen en un diván de psicoanálisis. Ya está bien. La centralidad política, el liberalismo, la defensa de los valores constitucionales, el pluralismo, la tolerancia, el respeto a la diferencia, el reconocimiento de la singularidad territorial de algunas comunidades españolas y por supuesto el pluralismo lingüístico y tantas cosas que tienen que ver con la identidad de género o con avances, debería hacer reflexionar a algunos sobre si seguimos atrapados en esquemas mentales que son producto de finales del siglo XX.
- ¿Y cree que sabrá salir de esos esquemas?
- Es que seguir por ahí invalida al PP para ser una mayoría suficiente que le permita gobernar. Este país se merece tener una mayoría de centro derecha que sea reconocible como tal, con capacidad de Gobierno y con una visión de la política a la altura de lo que el siglo XXI demanda.
«La legislatura puede arrancar, lo que no tengo claro es hasta dónde llegará»
- ¿Pero los resultados del 23 de julio no pueden ser una demostración de que Vox ha tocado techo?
- Creo que es un bache. El PP tiene que pasar a la contraofensiva y generar más contradicciones en el discurso de la extrema derecha para poner de manifiesto que, por mucho que algunos sostengan que es un partido constitucional, interpreta la Constitución desde la extrema derecha. Y eso cuestiona que sea un partido constitucional. Pero hace falta ponerlo en evidencia y tener el suficiente valor para arrinconarles y perder los complejos. No pensar que son de los nuestros pero que se han esquinado. No, hay que combatirlos como se combate a cualquiera que trata de cuestionar el pluralismo y los valores de la sociedad democrática. No digo que haya que hacer un cordón sanitario, hay que hacer un combate intelectual con ellos. No son una fuerza conservadora, son otra cosa.
- Pero hay una realidad, y es que alrededor de tres millones de personas han votado a Santiago Abascal.
- Y es razonable que eso pase. Hay una parte de la sociedad que ante los cambios que se están dando en el mundo ha decidido esquinarse e interpretar el mundo desde esa esquina. Lo que no es normal es que lo que pase en esa esquina condicione la centralidad y la vida de lo que le pasa al conjunto de la sociedad. No se pueden convertir los márgenes en la centralidad.
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