Andueza no descarta pactar con Bildu la próxima legislatura si condena el terrorismo
Eneko Anduezaa reactivó ayer un debate cada vez más recurrente en el seno del socialismo vasco: la posibilidad de romper el tabú y pactar ... con EH Bildu (y con Podemos) para dar un vuelco al tablero político autonómico y desbancar al PNV de las instituciones. No sería a corto plazo y depende de que la izquierda abertzale dé un paso histórico y se desmarque del pasado violento de ETA, pero la idea está sobre la mesa.
El que será líder del PSE a partir del domingo lleva semanas tensando la cuerda con el PNV. Los pactos de cooperación, tanto en Euskadi como en Madrid, están blindados, pero las alusiones de Andueza a que su nombramiento abre «un nuevo tiempo», los guiños a un posible tripartito de izquierdas y, especialmente, que no cierre tajantemente la puerta a coaligarse con EH Bildu están empezando a generar cierta inquietud en Sabin Etxea.
Desde que ganara las primarias a finales de octubre casi sin oposición Andueza mira al largo plazo. Ayer reconoció que el próximo ciclo electoral, que arrancará en 2023 con las locales y forales, puede suponer un punto de inflexión que ponga a prueba la entente con el PNV. «Entonces veremos si se puede gobernar con otros, pero antes hay que ver para qué y no con quién», dijo en Euskadi Irratia. ¿Se abre la puerta a pactar con Bildu? No lo descartó. «El tiempo nos dará la clave de si están preparados para grandes cosas».
Fuentes socialistas insisten en que cualquier acercamiento del PSE a Bildu para conformar pactos estables requiere antes que la izquierda abertzale complete su «recorrido ético», algo que el propio Andueza ha subrayado en varias ocasiones, y que la coalición soberanista presente un proyecto político más pragmático y con una menor carga identitaria que el actual. Dos condiciones 'sine qua non' que ahora mismo no se cumplen. La reciente declaración de Aiete, en la que Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez expresaron su pesar a las víctimas de ETA, es considerada por los socialistas como un avance, pero en ningún caso definitivo. «Está muy bien hacer discursos, pero tienen que dar pasos», insistió Andueza. No allanan el camino situaciones como la registrada la semana pasada en el Parlamento vasco, cuando Bildu fue la única formación que no rechazó la organización de 'ongi etorris'.
Más allá de lo que haga la coalición soberanista, lo cierto es que el PSE está enfrascado en el debate interno. Hay runrún, y la opinión no es unánime. Un histórico como Jesús Eguiguren consideraba recientemente que la declaración de Aiete «cambiará las relaciones» entre ambas formaciones. En cambio, el delegado del Gobierno, Denis Itxaso, advertía que la izquierda abertzale sigue sin cumplir las premisas para sentarse a la misma mesa. Hay acuerdos municipales, sí, pero «son pactos muy concretos, en lugares concretos y en torno a proyectos concretos», matizó ayer Andueza.
El congreso que el PSE celebra este fin de semana en Bilbao puede arrojar más luz. Ya sea por el rumbo que fije el nuevo secretario general o el que imponga Pedro Sánchez, que clausurará el cónclave en plena negociación de los Presupuestos del Estado con el PNV... y con Bildu. Ayer, el presidente del Gobierno aseguró que «no importa con quién se vota sino qué se vota», en alusión al pacto presupuestario suscrito con los independentistas en Navarra.
«Aventuras» de final incierto
De momento, Sabin Etxea ejerce como mero observador. Aunque no pierde oportunidad de intentar disuadir a los socialistas vascos y de asegurar que las coaliciones que sustentan el Gobierno autonómico y las tres diputaciones funcionan adecuadamente y, posiblemente, deberían repetirse la siguiente legislatura. Explorar vías alternativas, como se plantea el PSE, son «aventuras» de final incierto. Lo dijo Ortuzar semanas atrás y lo repitió ayer el portavoz parlamentario Iñigo Iturrate en Onda Vasca.
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