Ver 64 fotos
Gernika tiene pompa y mar
El lehendakari jura emocionado y su Gobierno afronta el primer problema . «¿Cómo metemos a tantos consejeros en el Parlamento el jueves?»
«¡Quién lo iba a decir!». El entorno más cercano de Imanol Pradales aún recuerda que hace justo un año estaba de 'vacaciones'. Ejerciendo como ... diputado de Infraestructuras en funciones, pero pendiente de si Elixabete Etxanobe contaba con él para su nuevo gobierno o le tocaba iniciar otra etapa profesional. Siguió en el cargo, y lo que ha venido después es de sobra conocido. Este sábado volvió a la Casa de Juntas de Gernika para jurar el cargo y convertirse en el sexto lehendakari de la democracia. Lo hizo con todo el boato y la pompa. Y tras atravesar un arco compuesto por remos de la trainera santurtziarra de La Sotera, cestas y redes de pescadores. Lo había pedido él. Un guiño a sus raíces marineras y a su pasado arraunlari.
En una ceremonia absolutamente tasada y en la que solo se han realizado retoques en cuarenta años, alguna cosa nueva ha habido. Parece casi obligado a estas alturas, pero resulta que por primera vez tanto el lehendakari saliente como el entrante llegaron al acto en un coche híbrido. Y resulta que entre los ertzainas vestidos con el uniforme de gran gala que escoltaron a las autoridades y aparecen en el juramento detrás de Pradales por primera vez había dos mujeres. «¡Los maceros! ¡Que aceleren el paso!», pedía fuera de cámara una integrante del equipo de protocolo de la Lehendakaritza. Cada paso estaba medido al minuto. El recibimiento, la entrada al salón de plenos, la salida, el acto delante del árbol viejo, el del nuevo, la entrega de la makila, el abrazo con Urkullu...
Pradales contuvo la emoción a duras penas durante todo el trance. Solo pareció liberado al final y con los gestos cariñosos que le dedicaron el resto de lehendakaris vivos. La imagen de Iñigo Urkullu, Patxi López y Juan José Ibarretxe ayudando a Carlos Garaikoetxea a bajar las escaleras para fotografiarse todos juntos fue una de las más aplaudidas de la mañana. Y mira que aplausos hubo a raudales.
También una especial predilección por el blanco pese a que la mañana fue más propia de un sábado invernal. Aún así, el outfit de la mujer del lehendakari entrante, la del saliente, la presidenta del Parlamento, las de las Juntas Generales de Bizkaia y Gipuzkoa y la secretaria general del PSE alavés era de ese color. Las nubes respetaron el juramento pese a pasarse descargando agua toda la mañana. A la alfombra roja por la que desfilaron las autoridades solo se le quitó el plástico protector los minutos justos.
Lo que tampoco se ve en los centenares de fotos que se han hecho es que la Casa de Juntas no se llenó. Disponía de capacidad para 300 invitados, pero hubo huecos en la sala desde la que el acto se seguía vía plasma. También los hubo en el mismísimo salón de plenos. Aún así, aparecían apretujados los principales dirigentes vascos y otros representantes institucionales y políticos de máximo nivel. Como el jueves en el Parlamento, la ausencia más notable ha sido la del coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. El que sí que ha acudido puntual esta vez fue Iñigo Urkullu. Llegó vistiendo kaiku y fue especialmente cariñoso con Garaikoetxea. Tras el acto desapareció discretamente, sin participar en los corrillos ni posar para más fotos que las oficiales. Delante del Árbol se retrató con Pradales todo el que quiso. Familia, colaboradores, ertzainas, ujieres del Parlamento, algún que otro periodista...
Si el nuevo lehendakari hubiese tenido un poco más de tiempo y menos peso histórico sobre sus espaldas quizá podría haber aprovechado la ocasión para hacer de guía turístico y mostrar los recovecos de la Casa de Juntas a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero. Pradales se conoce el edificio al dedillo porque ha estado doce años paseando por allí, desde que José Luis Bilbao le reclutó para la primera línea política vizcaína en 2011. El ex diputado general es otro de los que posó con el nuevo líder vasco.
Hubo huecos
Montero fue la única representante del Ejecutivo central en Gernika, y el único presidente autonómico que presenció la jura fue... el de Canarias, Fernando Clavijo. Al nuevo lehendakari le corresponde ahora rendir visita a La Moncloa e intentar mejorar esa controvertida relación epistolar que su predecesor mantenía con el presidente español durante los últimos años. Aunque el nuevo Gobierno vasco tiene otro problema más mundano antes de nada. El jueves el Parlamento celebra pleno para designar a los senadores autonómicos y los quince integrantes del nuevo equipo de Pradales no caben en la zona habilitada para ellos. Hay catorce asientos, incluido el del lehendakari, y nulo espacio para ampliaciones. El asunto era una de las comidillas de la jornada en Gernika y trae de cabeza a la gente de la Cámara de Vitoria.
Veinte minutos clavados, mucho menos que en ocasiones anteriores, duró el acto. Fue como la seda, para alivio de la estresada gente de protocolo. Y para Tere e Itziar, dos jubiladas de Igorre que a las ocho y media de la mañana ya estaban frente a la puerta de la Casa de Juntas para seguir el acto. Querían ser las primeras en coger sitio, y lo fueron. Esa zona quedó después copada por vecinos de Usansolo y de Urdaibai con sus reclamaciones. «Menos Pradales y más humedales», pedían los segundos en los carteles que colocaron a la entrada de Gernika para oponerse a la construcción del nuevo Guggenheim en la Reserva de la Biosfera.
Las quejas atronaron al principio, pero curiosamente desaparecieron al final. Cuando el lehendakari abandonó la Casa de Juntas para ir a comer con su familia los manifestantes habían dejado paso a seguidores que le jalearon ondeando ikurriñas. «¡¡Ari, ari, ari, Pradales lehendakari!!». Pradales devolvió el cariño durante un buen rato y hasta se acercó a las vallas que separaban a la gente de la carretera y de los altos cargos. Seguían muy de cerca la estampa, con cierta emoción, Andoni Ortuzar e Itxaso Atutxa. Escoltaban al nuevo líder vasco al acabar todo. O quizá sea mejor decir en el inicio de todo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión