PNV y PSE escenificarán otro choque en el Parlamento por el centro de refugiados de Vitoria
Los jeltzales presentarán en solitario y al margen del PSE una propuesta en la que exigiránla paralización de un «proyecto insosteniblee inadecuado»
Algunos pensaron que era algo puntual y casi anecdótico. Pero el precedente que la semana pasada marcó la discrepancia de voto entre PNV y PSE ... en el tema de la reforma legal para blindar el euskera en las OPE amenaza con ser el principio de unas desavenencias entre los socios de gobierno que sólo el tiempo dirá si desemboca en un escenario irreconducible. Según ha podido confirmar este periódico, en los próximos días volverá a escenificarse en el Parlamento vasco otro desencuentro entre jeltzales y socialistas. En esta ocasión, por el centro de refugiados de Arana, en Vitoria, un proyecto sobre el que ambas formaciones tienen opiniones opuestas, que hasta ahora habían conseguido navegar con más o menos zozobra.
Pero esa discrepancia quedará ahora patente, negro sobre blanco, en el diario de sesiones de la Cámara. El PP ha presentado una proposición no de ley que plantea su rechazo a esta polémica infraestructura, que el Gobierno central está ejecutando en una antigua clínica vitoriana y llamado a ser un gran centro de acogida transitoria de migrantes que solicitan asilo en España. Ante ese tipo de propuestas de la oposición, PNV y PSE negocian y consensúan una enmienda alternativa que, gracias a su mayoría, siempre sale adelante.
Pero en este caso no será así. Como ocurriera con el tema del euskera en las OPE, los socios han sido incapaces de llegar a un entendimiento en una posición en la que ambos estén cómodos y finalmente el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Díez Antxustegi, defenderá su propio texto al margen de los socialistas. Esa propuesta planteará que el Parlamento vasco rechace y solicite la paralización del proyecto de «macrocentro» de Arana por ser «insostenible, inadecuado y contrario» al modelo vasco de acogida, que apuesta por «centros mucho más pequeños que ofrecen una acogida y atención más personalizadas».
200 plazas
tendrá el centro de Arana tras solicitar el Ayuntamiento que se rebajaran las 350 previstas inicialmente
Cuando la PNL del PP y la enmienda del PNV sean debatidas en el pleno del Parlamento se escenificará el nuevo encontronazo entre los socios en las principales instituciones vascas. Como proyecto gestado por el Gobierno de Pedro Sánchez, el PSE siempre lo ha defendido con firmeza ante las críticas de nacionalistas y populares, y en coherencia, se posicionará en contra de ambos textos. Queda por ver el sentido del voto definitivo del resto de formaciones, pero si se mantienen las valoraciones previas de cada una, tanto la iniciativa inicial del PP como la del PNV no saldrán adelante.
Pero más allá del resultado en esa sesión, este tema pondrá de manifiesto que la estabilidad del pacto de gobierno comienza a ponerse en duda entre cruces de acusaciones entre sus principales dirigentes. En el caso del centro de refugiados de Vitoria, el rifirrafe viene de lejos. Desde el mismo instante en que a finales de 2022 el Gobierno central anunciase su idea de ubicarlo en la antigua residencia Arana. El PNV, como el PP, se mostró contrario, con el entonces alcalde Gorka Urtaran a la cabeza. A él se unieron el diputado general de Álava, Ramiro González, y el portavoz del Ejecutivo vasco liderado por Iñigo Urkullu, Bingen Zupiria.
«Xenófobos y guetización»
Ahí ya se apreciaron las primeras tiranteces, que nunca hasta ahora habían llegado a quedar tan en evidencia. Es cierto que desde las filas socialistas han moderado en cierta manera su visión sobre el centro y, de hecho, la alcaldesa Maider Etxebarria pidió (y arrancó el compromiso) al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones redimensionar el proyecto para reducir de 350 a 200 las plazas para acoger refugiados.
Pero el PSE siempre ha puesto pie en pared con este tema y marcado perfil para dejar claro que va de la mano con el Gobierno central. Su secretario general, Eneko Andueza, llegó a tildar de «xenófoba» la posición de los jeltzales, a los que llegó a situar cerca de «la extrema derecha» por referirse al proyecto como un «macrocentro» y hablar de riesgo de «guetización».
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