«Estamos pagando entre todos el pulso en la izquierda abertzale, que lo resuelvan ellos»
Advierte de que el rechazo a la autoridad por parte de jóvenes se ha agudizado desde la pandemia: «Es preocupante»
La temporada veraniega se ha calentado en las últimas semanas por los altercados violentos e incidentes en diversas localidades de Euskadi, en su mayoría en ... ambientes festivos. Una catarata de episodios cuyo denominador común es el desafío o incluso la deslegitimación de la autoridad y que se ha trasladado al plano político con el cuestionamiento directo de EH Bildu al carácter «democrático» de la Ertzaintza. El máximo responsable del cuerpo, el consejero Bingen Zupiria (Hernani, 1961), lo relaciona con el enfrentamiento en la izquierda abertzale, a la que pide que «resuelva» sus diferencias dentro de casa sin llevarlas a las calles. «Todos estamos pagando las consecuencias de ese pulso», lamenta tras la aparición de pintadas amenazantes contra él en su pueblo natal.
– ¿Cómo se encuentra tras verse en la diana?
– Estoy bien, coincidió con que pasaba el fin de semana en Lekeitio y pude descansar perfectamente.
– ¿Algún miembro de EH Bildu además del alcalde de Hernani le ha mostrado su apoyo?
– Sí, he recibido mensajes de los interlocutores habituales que tengo en EH Bildu.
– ¿Le ha recordado a otros tiempos?
– Personalmente me ha recordado a las pintadas que aparecieron también en Hernani hace un año, el mismo día en que tomé posesión. Pero también me ha recordado a un estilo que vimos en Euskadi durante años y que todavía no ha desaparecido.
– ¿Se está generando un ambiente preocupante en las fiestas de pueblos de Euskadi?
– Yo esperaría a ver cómo discurren las fiestas, no creo que hagamos nada creando alarma. Ojalá no suceda más.
– ¿A qué achaca esta sucesión de altercados violentos?
– Constato que en torno a la izquierda abertzale hay unas tensiones que están apareciendo públicamente. Lo hemos visto este verano, pero también el año pasado.
– ¿Hay una corriente social que menoscaba la autoridad?
– Hay un fenómeno que se está produciendo sobre todo en sectores de la juventud que manifiestan un rechazo a la autoridad y es algo que ha adquirido más fuerza después de la pandemia, que estuvo muy condicionada por las prohibiciones y sanciones. Ocurre con ertzainas y policías municipales, pero también en escuelas, hospitales, estaciones de metro, autobuses... Es preocupante.
«Reparten carnés de democracia los que antes atentaron contra políticos y la propia Ertzaintza»
– ¿Y esa corriente en Euskadi está impulsada por determinados agentes políticos?
– No diría impulsada, pero sí es cierto que hay fuerzas políticas que se niegan a llamar a las cosas por su nombre y a enfrentarse a estas circunstancias. Me ha sorprendido que ni EH Bildu ni Podemos hayan rechazado los incidentes en torno a la acampada no autorizada de GKS en Vitoria.
– ¿Tiene EH Bildu alguna responsabilidad en ello?
– Su mayor responsabilidad no está en que se produzcan esos incidentes, sino en su posición cuando se producen. Es obligatorio que todos nos posicionemos con contundencia contra estos comportamientos. La seguridad tiene mucho que ver con la convivencia y para eso es fundamental respetar los derechos pero también recordar las obligaciones de todos.
– ¿Está la Ertzaintza o la convivencia social pagando las pugnas internas de la izquierda abertzale?
– Lo hemos visto en el ejemplo de Vitoria, donde GKS protestaba porque no se le permite instalar una txosna. Estamos asistiendo a un enfrentamiento y de alguna manera todos estamos pagando las consecuencias de ese pulso. Creo que deberían tener la capacidad de resolver sus diferencias sin molestar a nadie más.
– ¿Y qué va a hacer el Gobierno vasco para que la sociedad no tenga que pagar los platos rotos de ese pulso ideológico?
– Lo primero que debemos hacer es no caer en la provocación. Y a partir de ahí también tenemos que hacer valer las normas que están en vigor porque, como dice el lehendakari, el que la hace la paga.
– ¿Le preocupa que la legitimidad de la Ertzaintza quede en entredicho?
– Lo primero por lo que me preocupa es porque quienes lo hacen son los que hasta la desaparición de ETA cuestionaron la legitimidad de nuestro sistema de autogobierno y atentaron contra representantes políticos y la propia Ertzaintza, contra sus vidas y contra su libertad. Y ahora son los que se dedican a repartir carnés de democracia.
«La población cree que las políticas de seguridad no están al mismo nivel que las de salud»
– ¿Pero se están produciendo actuaciones desproporcionadas, como se ha denunciado?
– Bueno, yo no he tenido reparos en decir que cuando se produzca un uso no proporcional y no justificado de la violencia, debe ser criticado, investigado y, en su caso, juzgado. Nosotros, la sociedad, hemos conferido a la Ertzaintza la legitimidad del uso de la violencia, una responsabilidad muy grande, por lo que debemos ser muy exigentes. Y aquí también, quien la hace la debe pagar.
Inseguridad y xenofobia
– ¿Está abierto a debatir sobre el modelo policial como le reclama EH Bildu?
– Creo que de lo que debemos hablar es de un modelo de seguridad y de convivencia. Mientras no estemos de acuerdo en lo que significa eso, no tiene sentido que discutamos sobre la función que debe cumplir la Policía. Pongámonos de acuerdo en cuál es nuestro modelo de seguridad y, a partir de ahí, la Ertzaintza será un instrumento para garantizarlo.
– ¿Puede servir para ello el foro de seguridad recién creado?
– Sí, el encargo que hemos recibido del lehendakari es el de abrir una reflexión general sobre la percepción que tienen diferentes sectores sociales sobre la seguridad desde una visión integral. En las reuniones que ya hemos tenido hemos comprobado que salen temas sobre la seguridad personal, la violencia contra la mujer, el consumo de drogas, el saneamiento de aguas, la crecida de los ríos, el uso de dispositivos electrónicos...
«Ha habido un incremento de personas que portan navajas y otras armas blancas»
– ¿A qué achaca el aumento en la preocupación ciudadana sobre la seguridad?
– La población nos está manifestando una preocupación a nivel local, en su calle, en su barrio, en su ciudad. Y nos están pidiendo más atención y más intención porque consideran que las políticas públicas de seguridad no están al mismo nivel que las que estamos desarrollando, por ejemplo, en salud.
– Hay más armas en la calle.
– Ha habido un incremento de personas que portan navajas y otro tipo de armas blancas, sí. Es un tema que preocupa en toda Europa y aquí tenemos un plan estratégico para detectar el porte irregular que nos ha permitido sacar de nuestras calles miles de objetos cortantes.
– ¿Deben acometerse reformas legales para castigar más la reincidencia delictiva?
– No sé si es una cuestión de reformar el Código Penal o de que haya un mayor entendimiento y colaboración entre el Poder Judicial y los cuerpos policiales. Creo que hay una disposición por parte de la Justicia vasca para reflexionar sobre ello, siempre respetando el ámbito competencial de cada uno y los derechos que tenemos todas las personas.
– Cada vez hay más capas sociales que vinculan delincuencia e inmigración. ¿Usted ve ahí alguna relación?
– Es otro fenómeno global del que aquí no nos libramos. La presencia de personas procedentes de otros continentes en nuestra sociedad ha crecido de forma notable y la inmensa mayoría de ellas hacen un esfuerzo de integración. Pero esas personas tienen comportamientos como nosotros y, por tanto, entre ellas hay quienes delinquen. Pero como cuando delinque un vasco.
– ¿Teme que esto se traduzca en un auge de la xenofobia?
– Lo estamos viendo ya en el debate político español, con un partido como Vox que está haciendo ese ejercicio y a veces el PP se le acerca. Creo que la única forma de abordar la inmigración, con todas las consecuencias que tiene, es la de impulsar políticas de integración, que tienen que ver principalmente con el trabajo, la vivienda, la educación y la salud.
– ¿Puede ocurrir en Euskadi algo similar a lo de Torre Pacheco?
– En Hernani ya vimos algunos comportamientos que si se generalizaran serían preocupantes. No creo que vaya a pasar, pero debemos estar todos atentos.
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