Moncloa recoge el guante de Marruecos y aboga por una relación «más sólida»

En presencia de los líderes de la UE -la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el líder del Consejo Europeo, Charles Michel, que acudieron a la base aérea que recibe a los refugiados afganos en Torrejón-, el jefe del Ejecutivo recogió el guante lanzado la víspera por el monarca alauí y exteriorizó un alivio que hizo suyo también la cúpula comunitaria. Sánchez dijo «reconocer y agradecer» las palabras del Rey de Marruecos, a quien otorgó la consideración de «aliado estratégico» no solo de España sino del conjunto de la UE y confió en que su discurso dé paso a una renovada relación bilateral construida «sobre bases más sólidas que hasta ahora».

El discurso a la nación de Mohamed VI en vísperas de su 58 cumpleaños -en el que recibió la felicitación del rey Felipe VI y la reina Letizia- marcó un punto de inflexión y sirvió para rebajar la tensión con España, que alcanzó su momento álgido en mayo, con la entrada irregular de 10.000 marroquíes a Ceuta en represalia por la crisis diplomática desatada por el viaje del líder del Polisario. Se esperaba que el pasado 30 de julio, con motivo de la Fiesta del Trono, el monarca alauí se refiriera de algún modo al conflicto abierto con España, sobre todo tras la salida del Gobierno de quien era ministra de Exteriores al desatarse la crisis, Arancha González Laya. No lo hizo entonces, pero sí esta semana, con un discurso inequívoco de mano tendida: «Aspiramos a seguir trabajando con el Gobierno de España y con su presidente, con el fin de inaugurar una nueva etapa inédita sobre la base de la confianza, el respeto mutuo y la honra de los compromisos».

La respuesta de Sánchez fue inequívoca y permite anticipar un cambio de rasante, en positivo, en la relación bilateral. No solo vio el discurso de Mohamed VI como «una gran oportunidad» para «redefinir» las relaciones entre España y Marruecos y «los pilares que las sustentan», sino que consideró que las apelaciones al respeto y a la colaboración del país norteafricano son una señal de que la relación puede no solo recuperarse sino afianzarse. «Somos aliados, vecinos y hermanos», enfatizó.

También se pronunció el presidente sobre las consecuencias más inmediatas del conflicto abierto en mayo, la avalancha de menores no acompañados marroquíes en Ceuta, cuya devolución ha puesto contra las cuerdas al ministro Fernando Grande-Marlaska y permanece paralizada a la espera de que los tribunales se pronuncien. El presidente evitó dar su respaldo expreso al titular de Interior y se limitó a subrayar tres ideas. Por un lado, que el Gobierno se ajustará «a los requerimientos» de la Justicia. En segundo lugar, que la prioridad del Ejecutivo ha sido siempre «atender en todo momento» a los niños y adolescentes que permanecen en la ciudad autónoma. Y, por último, que al interés de los menores se suma la necesidad de dar respuesta al «complejo equilibrio de convivencia» en Ceuta.