La incógnita de Otegi marca la carrera de Bildu hacia las autonómicas
El coordinador general de la coalición abertzale alimenta las dudas al asegurar que está dispuesto a presentarse, pero que se lo pensará
EH Bildu empezará este próximo sábado con un acto en Iparralde un curso político marcado por las próximas elecciones autonómicas, a celebrar, en principio, en ... el primer semestre de 2024. Los resultados de las últimas convocatorias han llevado el optimismo a la coalición soberanista. Su estrategia de aparecer como alternativa creíble al PNV se está consolidando y, aunque todavía parece muy lejano, hay quien empieza a creer que el 'sorpasso' y Ajuria Enea pueden estar cerca. Pero hay una pieza que falta por encajar. Y no es menor: quién será el candidato a lehendakari. Todas las miradas se detienen en Arnaldo Otegi, quien apuesta por una ambigüedad calculada y un mantra que viene lanzando desde hace meses. «No tengo especial interés en encabezarla, pero si la gente quiere que lo haga, lo haré». Pero a esto añade un doble matiz. Y ahí está la clave de todo. «Me he ganado el derecho a decidir y lo haré en función de si es bueno o no».
Con el viento de cola y aupados por los últimos resultados electorales, EH Bildu afronta una decisión que cobra más importancia que en ocasiones anteriores. Desde su legalización en 2011, la coalición liderada por la izquierda abertzale ha apostado por una bicefalia que en los últimos años estaba representada en las figuras del propio Otegi como coordinador general y Maddalen Iriarte como candidata a lehendakari. Con la apuesta por la experiodista de ETB se buscaba «ensanchar el espacio» y atraer a votantes ajenos al mundo tradicional de la izquierda abertzale. Una fórmula que se extendió a otras instituciones y que tuvo el precedente de la escritora Laura Mintegi en 2012.
Sin embargo, el escenario actual es totalmente diferente por varios motivos. Para empezar, Iriarte se presentó como candidata a diputada general de Gipuzkoa el 28 de mayo. Ganó las elecciones, aunque el cargo ha quedado en manos de Eider Mendoza (PNV). Y, en principio, parece complicado que un año después haga el camino en sentido inverso y deje las Juntas Generales.
Pero lo que lo cambia todo es que Otegi ya puede ser candidato. La inhabilitación para cargo público que pesaba sobre él por el 'caso Bateragune' quedó extinguida a principios de 2021. Si EH Bildu quiere, y él acepta, podría ser el cabeza de lista en las autonómicas. No sería la primera vez. Ya lo fue en 1998 y 2001 al frente de Euskal Herritarrok. Luego llegó la ilegalización de la izquierda abertzale por sus vínculos con ETA y su ingreso en prisión.
La pregunta que se hacen en EH Bildu es si es la mejor opción. A sus 65 años, Otegi sigue siendo el principal referente público de la coalición. Aunque se trata de una estructura en la que la toma de decisiones se toma por un amplio grupo de dirigentes –Gari Mujika, Iker Casanova, Unai Urruzuno, Sonia Jacinto, Pello Otxandiano...– y donde el papel de Sortu sigue siendo clave –con Arkaitz Rodríguez y David Pla al frente–, Otegi es el rostro inconfundible de una coalición que durante los dos últimos años ha pegado un giro estratégico que no solo no le ha ocasionado demasiadas heridas internas, sino que le está permitiendo obtener importantes éxitos electorales.
Tanto, que lo que hasta ahora parecía imposible empieza a cobrar cuerpo: la posibilidad de llegar a Ajuria Enea. En EH Bildu tratan de actuar con frialdad y recalcan que se trata de un objetivo muy complicado. Admiten que, aunque superaron al PNV en las generales y le pegaron un buen mordisco en las municipales y forales, alcanzar la Lehendakaritza son palabras mayores. Pero esa prudencia no oculta un creciente optimismo. Y es ahí donde entra en juego la figura de Otegi.
Derechos sociales
A pesar de los crecientes rumores, desde la izquierda abertzale se viene subrayando hace tiempo que Otegi no será candidato a lehendakari porque a pesar de su tirón mediático «tocan nuevos perfiles». Algo parecido a la estrategia desarrollada en las municipales y forales, donde buena parte de las candidaturas estaban lideradas por personas sin vínculos históricos con la izquierda abertzale. Se tiene el convencimiento, en este sentido, que la presencia de Otegi podría frenar la capacidad que está teniendo EH Bildu para ampliar su base social con un discurso más centrado en los derechos sociales que en la soberanía. Pero, en realidad, todo está en el aire. Eso sí, es más que probable que siga como coordinador general de la coalición, cuyo congreso está previsto para 2025.
La alternativa se desconoce. Se asegura que se trabaja con diversas opciones y perfiles. Desde uno más 'blanco' a uno «intermedio», alguien de peso dentro de la izquierda abertzale pero sin «tantas aristas» como Otegi y que sea capaz de atraer a votantes progresistas. Porque el objetivo sobre todo es presentarse como la única alternativa al PNV. «Que la gente tenga que decidir entre Urkullu y nuestra candidatura. Por eso tenemos que dar con el nombre adecuado». La decisión tardará en conocerse, pero todo dependerá de cuál sea el escenario político de los próximos meses.
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