Los gobiernos vasco y central empezarán a negociar el traspaso de los aeropuertos el 1 de octubre
Constituirán una subcomisión que deberá rendir cuentas para finales de enero sobre las fórmulas para ejecutar una transferencia que no será integral
Los gobiernos vasco y central activarán el próximo miércoles, 1 de octubre, la negociación de uno de los traspasos más sensibles de cuantos faltan para ... completar lo dispuesto en el Estatuto de Gernika: la de los aeropuertos. Ese día se reunirá por primera vez la subcomisión que Imanol Pradales y Pedro Sánchez pactaron constituir durante la Comisión Bilateral del pasado julio para avanzar en esta transferencia, que en todo caso no se contempla que vaya a ser integral, al menos a corto o medio plazo. El órgano buscará consensuar una fórmula intermedia.
En aquella cita de julio celebrada en el Palacio de la Moncloa, de la que Lakua salió defraudada al no haber podido arrancar el traspaso de las prestaciones de desempleo que acabaron llegando la pasada semana, el lehendakari informó, entre otros acuerdos, de la creación de una subcomisión para abordar la transferencia de los aeródromos. Explicó, en concreto, que ese nuevo grupo de trabajo estudiaría la «viabilidad y las distintas fórmulas negociales de cara a que Euskadi coparticipe en la gestión, conectividad y competitividad» de las terminales de Loiu, Foronda y Hondarribia.
Esto vino a confirmar que el Ejecutivo autonómico ha asumido la extrema complejidad de lograr de forma íntegra una competencia que el Estado no tiene ninguna intención de traspasar. Una asunción que en realidad ya había hecho hace meses el PNV al plantear en el Congreso una fórmula mixta de gestión entre los gobiernos vasco y central. Aquella propuesta, presentada como enmienda a una reforma de las leyes de Navegación y Seguridad Aérea, no salió adelante, pero ahora ha sido adoptada por el Gabinete de Pradales como plataforma de negociación.
La cuestión no es sencilla. El Estatuto de Gernika atribuye a Euskadi la competencia de los «aeropuertos con calificación de interés general, cuando el Estado no se reserve su gestión directa». Y la cuestión es que a día de hoy los tres aeródromos vascos tienen atribuida dicha consideración. El Gobierno autonómico cree que la redacción habilita al central para desprenderse de la gestión de las terminales, pero al otro lado de la mesa lo descartan y de ninguna manera se abren a retirar esa etiqueta porque supondría degradar la categoría de estas infraestructuras.
Ante esta situación de bloqueo, y en plena cuenta atrás para que se acabe el plazo comprometido por Sánchez para culminar los traspasos pendientes, Lakua ha optado por abonarse a una vía pragmática: si no se puede lograr todo, al menos que llegue una parte. Es por eso que ahora se conforma con una fórmula mixta que consistiría en que Aena -el actual operador cuyo 51% pertenece al Estado- cree una filial participada por el propio Gobierno vasco para asumir la dirección de las tres terminales. El traspaso, por tanto, de ningún modo sería integral.
Con un comité de expertos
Este modelo es el que defenderá en la nueva subcomisión de infraestructuras aeroportuarias, que en un plazo de cuatro meses desde su constitución, es decir para finales de enero, deberá rendir cuentas sobre los avances logrados. En ese grupo se abordará también el papel de las instituciones vascas en el diseño de la regulación aeroportuaria, en la evaluación de inversiones estratégicas, en la supervisión de la calidad del servicio o en la propuesta de medidas de coordinación intermodal.
Según desveló la consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena, en una entrevista a EL CORREO, en este nuevo órgano habrá cinco personas en representación del Gobierno central y otras cinco del vasco, compuesto por el equipo habitual encargado de negociar los traspasos. La parte de Euskadi, eso sí, contará con la asesoría de un comité de expertos en materia aeroportuaria en el que van a participar las sociedades de promoción Bilbao Air (Loiu), VIA (Foronda) y Ortzibia (Hondarribia), y personas relevantes en el área mercantil.
La gestión de los aeropuertos es una apuesta en la que Pradales viene insistiendo incluso antes de ser lehendakari. En la campaña electoral del año pasado, planteó que las instituciones vascas asumieran su control «para que Euskadi pueda gestionar de manera integral su competitividad». Tanto él como su partido, el PNV, vienen poniendo el foco particularmente en Foronda con la intención de convertirlo en el aeródromo «de referencia del Eje Atlántico para vuelos transoceánicos y de mercancías». El año pasado los tres aeropuertos vascos sumaron un total de 7,5 millones de pasajeros.
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