La falta de apoyos en la UE fuerza al Gobierno a ralentizar la oficialidad del catalán y el euskera
Decide no volver a llevar la solicitud hasta que no consiga la unanimidad de los Veintisiete, a los que ahora trata de convencer de manera bilateral
Cristian Reino y Xabier Garmendia
Martes, 21 de octubre 2025, 15:09
No es una renuncia definitiva, pero el Gobierno sí ha optado al menos por dejar de chocarse cada mes contra el mismo muro. Cansado de ... recibir la negativa por respuesta desde que comenzó a intentarlo hace casi dos años, el Gabinete de Pedro Sánchez ha decidido dejar de llevar su petición para la oficialidad del euskera, el catalán y el gallego en la UE a las reuniones mensuales del Consejo de Asuntos Generales, el foro donde se debe votar. No lo volverá a hacer mientras no consiga previamente la unanimidad de los Veintisiete, algo que se sigue antojando muy difícil por las reticencias de varios países.
«Es un tema que no tiene por qué estar siempre en la agenda de cualquier reunión ministerial», aseguró este martes el secretario de Estado para la UE, Fernando Sampedro, antes de participar en una nueva sesión en Luxemburgo en la que no se abordó este tema. El Ejecutivo español, en cualquier caso, quiso precisar que no tira la toalla y que mantendrá los contactos de manera «bilateral» con el resto de países al margen de las reuniones. «España continúa trabajando con todos los Estados miembros. No cesaremos en la defensa y esperamos tener progresos», subrayó el 'número dos' del ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
La oficialidad de las lenguas cooficiales en las instituciones fue una exigencia de Junts a cambio de la investidura de Sánchez en 2023. Lo consiguió en el Congreso y aupó así a la socialista Francina Armengol a la presidencia, pero en la UE resulta mucho más difícil. De hecho, conscientes de que no está sólo en sus manos, los de Carles Puigdemont han apreciado los esfuerzos del Gobierno ante la oposición de varios países, algunos de gran influencia como Alemania. Sánchez aprovechó en primera persona su última reunión con el canciller germano, Friedrich Merz, para tratar de convencerle, pero no tuvo éxito.
Sin embargo, Junts, que ha guardado silencio en torno a la cuestión del catalán, ha empezado a dar muestras de que su paciencia se agota porque el Ejecutivo no está cumpliendo el pacto de investidura. Los posconvergentes aseguran que el único compromiso que los socialistas están satisfaciendo es el de reunirse mensualmente en Suiza o Bélgica con un mediados internacional. El último encuentro fue la semana pasada entre el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y Puigdemont, quien le trasladó que así no pueden seguir.
Semanas atrás, el Congreso tumbó el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Junts para la delegación de las competencias en inmigración a la Generalitat. La iniciativa no prosperó por los votos en contra de Podemos. Ahora, por si fuera poco, la oficialidad del catalán vuelve a encallar haste nueva fecha en la UE. Ya son dos de las cuatro exigencias de la formación independentista que se quedan en un cajón. La tercera, la amnistía de Puigdemont, no acaba de llegar, a la espera de que resuelvan el Tribunal Constitucional y el TJUE.
La oficialidad de las lenguas cooficiales en la UE también es una carpeta en la que han insistido las fuerzas nacionalistas vascas. Consultado por este periódico, el PNV ha dicho no haber recibido comunicación alguna por parte del Gobierno, pero confía en que ese aplazamiento «sea sólo una forma de trabajar discretamente para concitar los apoyos necesarios y sólo entonces someterlo a debate y votación». Los jeltzales, en cualquier caso, siguen reclamando al Ejecutivo «que realice las gestiones diplomáticas pertinentes para permitir ese reconocimiento, que supondría un salto cualitativo en término de futuro para el euskera».
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