Fallece Etchegaray, el cardenal de la paz
El Papa expresa su dolor por la muerte del prelado vascofrancés, con quien contactó Eguiguren en 2004 para intentar que mediase con ETA
El papa Francisco recibió ayer «con dolor» la noticia del fallecimiento a los 96 años del cardenal Roger Etchegaray, a quien calificó como «hombre de ... diálogo y de paz». Así lo señaló el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en un comunicado oficial. Desde Mozambique, donde se encuentra de visita apostólica, Francisco recordó al que fuera un estrecho colaborador del papa Juan Pablo II.
En un telegrama enviado al obispo de Bayona, el Papa indicó que Etchegaray «marcó profundamente la vida de la Iglesia en Francia y de la Iglesia universal», y recordó los lugares en donde estuvo destinado: «Desde Bayona, que era su diócesis de origen, a Marsella, donde fue arzobispo, fue un pastor celoso y amado por el pueblo al que había sido llamado a servir».
Este veterano miembro de la Curia nació el 25 de septiembre de 1922 en el municipio labortano de Espelette, en Pirineos Atlánticos, estudió en los seminarios de Ustaritz y Bayona, en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde obtuvo la licenciatura en Teología y el doctorado en Derecho Canónico. Fue ordenado sacerdote en 1947. En 1961 comenzó a trabajar en la Conferencia Episcopal Francesa, de la cual fue secretario general entre 1966 y 1970. En diciembre de ese año fue nombrado arzobispo de Marsella, y en 1975 elegido presidente del Episcopado. Juan Pablo II lo nombró cardenal en 1979.
Etchegaray fue diplomático de la Santa Sede en diversas misiones, como por ejemplo, en Jerusalén en mayo de 2002 o en Irak, en 2003, para tratar de evitar la Segunda Guerra del Golfo. El 22 de febrero de ese año, tras entrevistarse con Sadam Hussein, declaró que «la paz era posible en Irak» en un intento del Vaticano por evitar in extremis la invasión militar. El lehendakari, Iñigo Urkullu, también lamentó ayer su fallecimiento y destacó la «humildad, firmeza y constancia» con la que dedicó su vida a la «causa de la paz y la convivencia».
El cardenal tuvo un papel discreto, entre bambalinas, en la primavera de 2004, en los prolegómenos de la negociación abierta entre Jesús Eguiguren y Josu Urrutikoetxea, interlocutor de ETA, en Ginebra. Unos contactos que prepararon el camino que años más tarde desembocó en el fin de ETA. El entonces presidente de los socialistas vascos contactó con el cardenal gracias a la mediación de François Maitia, dirigente del Partido Socialista Francés de los Pirineos Atlánticos. Eguiguren llamó al móvil del cardenal directamente, que le respondió al instante.
La cita entre Eguiguren y Etchegaray se llevó a cabo el 22 de mayo de 2004 en Roma. Se celebró en la residencia del cardenal, fuera de El Vaticano. Eguiguren obsequió a Etchegaray con un facsímil de la obra 'Gero' de Axular, aunque el miembro de la Curia le aseguró que tenía el original. Y le pidió directamente si estaría dispuesto a realizar la tarea de poner en contacto a ETA y al Gobierno español. Etchegaray rechazó la propuesta. «Nos remitió a la Iglesia vasca», dijo una vez Eguiguren, «y nos dijo que la diplomacia vaticana confirmaba, pero no bautizaba». Es decir el cardenal vascofrancés, consciente del terreno minado en el que se movía, no quiso tomar la iniciativa y marcó expresamente distancias. El cardenal le regaló un rosario bendecido por el Papa y le confesó su deseo íntimo de conocer la paz en el País Vasco antes de morir.
Diplomacia vaticana
La izquierda abertzale, al parecer, hizo alguna gestión similar con el miembro de la Curia. Se pretendía implicar de alguna forma al Partido Popular, sin necesidad de una mediación internacional. De hecho, empezaban a crearse algunas condiciones más favorables. No había atentados, Batasuna había realizado la Declaración de Anoeta. Al presidente Zapatero le llegó una primera carta de ETA. Se estaba gestando ya el primer contacto en el hotel presidente Wilson de Ginebra entre Eguiguren y 'Josu Ternera'. Era julio de 2005, la víspera del debate de investidura del entonces candidato a lehendakari Juan José Ibarretxe. Eguiguren reveló una vez la ilusión que le hubiera hecho regalar aquel rosario a su madre, una mujer de Aizarna muy creyente. Tras su cita con Etchegaray, el líder del PSE se entrevistó con el exobispo de Bilbao, Juan María Uriarte, que ya había salido escaldado del anterior proceso con el Gobierno del PP.
El cardenal vascofrancés desempeñó un papel en esa trastienda de la búsqueda de vías de diálogo, al igual que con anterioridad la tuvieron otros vascos como el nuncio Juan Sebastián Laboa y el propósito general de la Compañía de Jesús, Pedro Arrupe.
Muere el histórico jeltzale y gudari Gerardo Bujanda
El histórico militante del PNV Gerardo Bujanda, el último gudari del batallón del comandante Cándido Saseta durante la Guerra Civil que continuaba con vida, falleció el pasado miércoles a los cien años, según informó ayer la formación jeltzale.
Se da la circunstancia de que la formación liderada por Andoni Ortuzar le homenajeó el pasado 25 de agosto en el barrio del Antiguo de San Sebastián, donde nació. Bujanda participó hace dos años en un homenaje que se le rindió a Saseta en Hondarribia. El PNV, a través de Twitter, mostró su agradecimiento a Bujanda por «todo lo realizado por Euskadi» y por haber «defendido la democracia» tal y como él «siempre» lo hizo.
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