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El PNV reivindica el «centro» para confrontar a Bildu pero se abre a pactar el estatus con Otegi
Pradales ofrece «puertas abiertas y generosidad» a la inmigración «siempre que se respeten las normas»
Era el primer discurso de Aitor Esteban en un Alderdi Eguna y el mensaje, frente a un partido que solía refugiarse en el humanismo fundacional ... para rehuir el debate ideológico, fue inequívoco: «Más en el centro no podemos estar». El presidente del PNV, elegido hace medio año en la Asamblea General del frontón Atano III, reivindicó «el equilibrio, la sensatez y la moderación» como señas de identidad del PNV «en tiempos bipolares de extremos enfrentados».
En un clima ya abiertamente preelectoral, el líder jeltzale, en un nuevo escenario circular situado en el centro de las campas de Foronda –un cambio que, más allá de lo estético, pretende simbolizar cercanía a la gente en un contexto de «cansancio» y desafección política– dedicó la parte central de su intervención a confrontar con Bildu y a defender la «tradición» jeltzale a lo largo de sus 130 años de historia frente a una izquierda abertzale que prefiere «romperlo todo para parecer nuevos». «No somos equidistantes, somos el centro de gravedad que mantiene a Euskadi en marcha. Construimos, no incendiamos. Cumplimos, no prometemos», se jactó, orgulloso de que los de Arnaldo Otegi les ubiquen «en la derechona» y el PP «en la izquierda».
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Sin embargo, pese a insistir en que los modelos de PNV y Bildu son antagónicos y a dejar claro que el PNV ni es «personalista» ni busca «rupturas» porque siempre ha construido país «desde la estabilidad», Esteban, que rechazó poder coincidir en fiscalidad, infraestructuras, salud, seguridad o política exterior con la coalición soberanista, sí dejó la puerta abierta a un acuerdo con EH Bildu en un terreno, el del nuevo estatus. El presidente del PNV deslizó que «quizás» las dos fuerzas nacionalistas puedan pactar dar un «salto estatutario» hacia un nuevo estatus político. «Vamos a verlo. El PNV no va a escatimar esfuerzos en ello», prometió Esteban, que sin embargo enfrió las expectativas de un acuerdo rápido –Imanol Pradales ha emplazado a los partidos a junio próximo– porque «el inestable panorama político español hace complicada la travesía».
Eso sí, Esteban dejó claro que, en relación al autogobierno, el PNV no va a aceptar un pacto descafeinado ni un «decorado vacío». «Si el nuevo estatus no supone un salto real en reconocimiento nacional, arbitraje y presencia exterior, el PNV no estará», advirtió. En cualquier caso, el presidente del PNV se mostró convencido de que el camino hacia el autogobierno «pleno» pasa por Europa. Incluso, apeló en inglés a la UE –también se dirigió en francés a la militancia de Iparralde– para reclamar el lugar de Euskadi en sus instituciones «como cualquier otra nación».
Llamaron también la atención las omisiones en una larga intervención, muy en clave interna y alejada de titulares efectistas, en la que Esteban evitó dirigirse directamente a Pedro Sánchez para reclamarle nada, pese a haber arrancado ya la negociación presupuestaria con Moncloa y a tener pendiente el cumplimiento del calendario de transferencias.
«No somos una moda»
Frente a la complicada papeleta que eso supone para una Sabin Etxea que sigue apoyando al Gobierno en mitad de la gresca entre sus socios, Esteban hizo esfuerzos por reivindicar al PNV como un partido «estructural» del sistema y no «una moda». Su discurso destacó que la verdadera «épica» es haber logrado construir un país «confiable» y por eso no quiso saber nada con Bildu salvo en el terreno identitario, al que el PNV no puede renunciar.
Es más, Esteban, tras dar por hecho que Bildu planteará listas conjuntas abertzales en cuanto se convoquen las generales, zanjó con un portazo el ofrecimiento incluso antes de que se produzca, por incompatibilidad con un partido que no apoya el tren de alta velocidad, que «dejó» el pacto de salud o que renuncia a «defender» a la Ertzaintza. «Nuestro modelo no es Venezuela, no vamos a defender un régimen dictatorial con pucherazo incluido», despachó entre aplausos, en un discurso en el que también quedó patente el apoyo a Palestina y Ucrania.
En una jornada soleada, la 49 edición del Alderdi Eguna estuvo marcada también por el discurso del lehendakari, muy político como acostumbra cada vez que tiene ocasión de desembarazarse del corsé institucional. Tanto, que hasta se arrancó con cánticos dedicados a Ayuso por rechazar que se hable en euskera en los foros institucionales. Pradales no eludió ningún debate, por ejemplo el de la seguridad ciudadana. «No vamos a permitir que nuestras hijas, amamas o aitites no puedan andar tranquilos por los pueblos de Euskadi», clamó el presidente vasco, que arrancó así una de las ovaciones de la jornada.
También abordó el lehendakari otro tema espinoso que Esteban prefirió obviar en su intervención, el de la inmigración. Tras declararse «orgulloso» de ser biznieto de burgaleses emigrados a Euskadi, Pradales defendió una política de «puertas abiertas» pero con matices. «Nuestra casa, la casa vasca, tendrá las puertas abiertas y generosidad para quien lo necesite, siempre que se cuide y se respeten las normas», advirtió, antes de reclamar «nuevas capacidades políticas» para gestionar desde Euskadi la inmigración y «acoger e integrar de manera adecuada».
En el reparto de papeles, Pradales también asumió el de la defensa a brazo partido del autogobierno frente al PSOE y al PSE. Euskadi «va a pelear» por cada una de las transferencias –que cuestan tanto como «sacar una muela»–, advirtió. Pradales lamentó que en Madrid sean «todo sonrisas» pero se comporten «como trileros» en cuanto «llega el primer papel».
Los jeltzales celebrarán otra Asamblea General en diciembre
En un clima ya de urgencia electoral, Aitor Esteban encajó en su discurso el anuncio de la convocatoria de otra Asamblea General del PNV, seis meses después del cónclave en el que fue elegido en el Atano III de San Sebastián. La nueva cita, que zanjará definitivamente el proceso interno abierto hace más de un año, será el próximo 13 de diciembre en el Palacio Europa de Vitoria.
El objetivo es «fortalecer y activar a la militancia» con la aprobación de unos nuevos estatutos, una tarea que quedó pendiente en el frontón donostiarra, y que, como ya había anunciado el PNV, arranca ahora, a punto de que la comisión del partido encargada de revisar la normativa interna entregue el borrador de nuevo reglamento al EBB. A partir de noviembre, las organizaciones municipales debatirán y enmendarán la propuesta, que, lejos de ser un asunto menor, es la oportunidad que Esteban tiene para empezar a marcar su impronta, habida cuenta de que las ponencias política, económica y de política exterior habían sido elaboradas por el equipo de su predecesor, Andoni Ortuzar, presente ayer en primera fila.
Los grandes debates que planean sobre la reforma de estatutos son el de la limitación de mandatos, el de las dinámicas internas para elegir a las ejecutivas y la posibilidad de dar más poder a la militancia frente al aparato. Esteban pidió a las bases que «no tengan miedo» a proponer cambios drásticos. «Os pido que participéis, incluso que seáis disruptivos. Este partido va a seguir siendo reconocible en lo esencial, pero tenemos que adaptarnos al siglo XXI», invitó.
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